Síntesis electrónica, instrumentos orgánicos y grabaciones de campo en el segundo LP de Oberst & Buchner que edita Heimlich Musik.
Reducido a la esencia misma, hay un denominador común en las obras musicales de Oberst & Buchner: los elementos colosalmente masivos se colocan magistralmente contra un telón de fondo brillante de capas increíblemente detalladas.
El agua clara golpea la superficie de una bola granulada. El chorro se disuelve lentamente y fluye por la estructura esférica hasta que finalmente cae sobre una vela. La llama se extingue; frágiles vetas de humo ascienden hasta chocar contra la rugosa superficie del colosal globo.
La portada de “Marble Arch“, el segundo LP de Oberst & Buchner -con sede en Viena y Berlín-, describe magistralmente las yuxtaposiciones dramáticas que los músicos siempre han reflejado en su resultado musical.
La densidad masiva de un muro de sonido gigante se contrasta con la espaciosa apertura. Los frágiles detalles sónicos brillan en las colosales nubes negras. Las canciones están llenas de una calidez suave y una frialdad áspera, una brillante claridad digital y un profundo crujido analógico, con un estilo que va desde el pulsante disco oscuro hasta el pop clásico y el ambient experimental.
La residencia artística de dos semanas del dúo en una casa de 250 años de antigüedad, ubicada en el paisaje místico de los bosques bávaros, creó este estado de ánimo específico para el álbum de 10 pistas que se convirtió en una mezcla de síntesis electrónica, instrumentos orgánicos y grabaciones de campo. Líneas de bajo de peso pesado en combinación con instrumentación orquestal agridulce y las minucias de grabaciones de percusión precisas y programación de batería son las características que formaron el sonido de “Marble Arch”.
