Obsidiaan presenta su techno crudo y primitivo en un nuevo EP autoeditado.
Desde Santa Bárbara, California, una espera tablas de surf y tías en bikini depiladas con láser como mínimo. Musicalmente me vienen a la cabeza los Beach Boys o el rap mafioso, nunca para nada podría imaginar que el techno primitivo tenía una sucursal allí y vaya si la tiene y su director debe ser el tal Obsidiaan.
Como supondréis a estas alturas, lo primero que me ha llamado la atención de este trabajo ha sido su portada, entre neoclásica y absurda, tipo el pie de una lámpara de esas que hay en casa de tu abuela.
Siguiendo la norma de que las portadas llamativas, ya sean por feas o por excelsas siempre llevan a música interesante, vuelvo a acertar con estos dos cortes.
Dos ejercicios de baile que suenan a maqueta en cassette datadas en los 90 del siglo pasado. Cajas de ritmos crudas, sintes vintage, ausencia casi total de proceso y efectos y porqué no decirlo, un sonido bastante justito.
Pero esto no es problema en un club, donde los errores técnicos se subsanan con decibelios y a estas dos rebanadas de basicidad el volumen les sienta de muerte.
Techno en su incepción primigenia administrado sin vaselina, crudo y lofi pero con mucha alma.