Originaria de Estados Unidos, el nombre de Oshana ya resulta inseparable de la ciudad de Berlín. Allí se mudó para desarrollarse como productora y adquirió la reputación que a día de hoy le precede y que durante los últimos tiempos le ha facilitado actuaciones en los espacios más respetados del panorama underground. Nada menos que Dana Ruh sería la primera persona en confiar en ella, escogiendo a Molly Oshana (pues ese es su nombre completo) para grabar su primer lanzamiento en su sello: Brouqade Records. Aquel trabajo, que vería la luz en 2013 y llevaba por nombre “Reminisce”, planteaba ya un momento del desarrollo de la sesión determinado en el que utilizarse. Horas tardías, previo amanecer… Esta referencia tiene un tono nocturno, oscuro y minimal, de quién conoce y homenajea las veladas en la pista de baile. Sin miedo a equivocarse, la producción de una experta en acudir como público a dichos eventos.
Ya perfectamente afincada en Berlín, Oshana continuó un exigente y constante recorrido como productora, que le llevó a sellos como Body Part, TheSounds o Rue De Plaisance, en el que en 2016 lanzaría otra referencia de lo más potente: “Missionary”. En un equilibrio improbable entre el techno y el house y en tres largos tracks, la productora se interesaba ya por percusiones muy finas, complejas y llenas de tonos agudos. Sus desarrollos sobredimensionados, su propuesta ecléctica pero a la vez muy concisa y bien desarrollada, lograron cerrar uno de los mejores EPs de su carrera; a partir del cual ya sólo le quedaba empezar a experimentar más.
Y así fue. A este momento álgido en la producción de su sonido le siguieron nuevas formas de utilizar sus herramientas y muchos materiales nuevos con los que trabajar. Tanto es así que durante la segunda mitad de la década pasada pudimos ver a Oshana haciendo tracks cercanos al electro o al acid, como en “Acid Disco” o “Iwa”. En el 2021 y ya en su propio sello, el interesantísimo Psionic, llegaría su LP debut. “Disciples of Dystopia” aplica todo lo aprendido y lo pone al servicio de un gran formato, en el que se desarrollan ideas de mayor complejidad. Pero es el release de 2018, “Iwa”, el que más nos llama la atención de los mencionados. Su combinación de géneros, su perfecto armamento para la pista de baile, lo convierten en un trabajo indispensable dentro de la discografía de Molly.
Otro mundo aparte son sus sesiones. Los gustos de Oshana como selectora son variados, divertidos y sutiles. En sus selecciones ha estado presente desde los orígenes el sonido de los 90 tardío, con un especial interés por el house que proponía percusiones sorprendentes y melodías variadas, dulces y contagiosas. Esta sesión, seleccionando temas del catálogo de la distribuidora Subwax, lo ejemplifica perfectamente. Una progresión cósmica, permanente y siempre llena de matices y producciones de mucho paladar.
Ese mismo afán por escoger siempre lo mejor, le llevó hace nada, dos años, a el Lab de DGTL en India. Sesión serena, llena de groove, con tracks muy variados entre ellos y con una curiosa atención sobre recursos vocales. La DJ, midiendo el mood y el espacio, es capaz de combinar los elementos que más le caracterizan como selectora (progresiones de 909, suntuosas bases rítmicas, sonidos tradicionales) con otros menos esperados y que resultan altamente elocuentes. Su conocimiento vasto y grueso del minimal hace lo demás, pues le permite ir mezclando entre sí temas poco o nada similares. El resultado es una sesión apasionante y de lo más seductora, en la que viejos y nuevos sonidos se mezclan, siempre al servicio de un ritmo que conoce de dónde viene y cómo se mezclan el techno y el house.
Oshana es la invitada de Sigh Club de esta semana. La DJ residente en Berlín será acompañada en The Hole por una habitual de nuestra escena, Mari.te, mientras que en The Lounge serán Arnic y The Dry quienes animen la parte de arriba del Club Cadavra. Tienes toda la info y entradas aquí.