16 años después de aquel maravilloso DJ-Kicks (manufacturado junto a su pareja de baile Richard Dorfmeister), el DJ y productor austríaco aterrizaba en solitario en Gijón con una sesión de tech-house elegante e intensa. Kruder, responsable -también junto a Dorfmeister– de G-Stone Records, ofreció en Lanna un set que dejaba a un lado esos patrones downtempo a los que solía ir ligado en sus comienzos, para agarrarse fuerte a la premisa de lo bailable.
Decían James Murphy y los 2manydjs en el pasado Sónar “Despacio is Happiness”. Y lo cierto es que la afirmación era rotundamente verídica. La unión de todos los elementos que conformaban Despacio provocaba una sensación que probablemente sólo se podía explicar a través del baile (y las sonrisas). Pero había algo que llamaba especialmente la atención y que iba más allá de gustos musicales: ese sonido pulcro y perfecto de un equipo diseñado minuciosamente para la propia Experiencia del club. En Lanna ocurre algo parecido con su sound system (no quiero pensar cómo puede sonar ahí un Delroy Edwards -por poner un ejemplo y por ponerme nerviosa-); hay un ensimismamiento peculiar inducido por el sonido en esa primera vez que uno aparece en la sala. Y cuando ya se ha superado el momento inicial de abstracción, resulta bonito encontrarse con el gesto sosegado de Peter Kruder en cabina.
Kruder -que también funciona en solitario con el alias Peace Orchestra-, llevó a Lanna una sesión marcada por ritmos deep house y tech house, más cercanos a sus trabajos más recientes (como “Young Girl”, “Hard To Find” o aquel set junto a Dorfmeister con motivo de los 15 años de Compost Records) que a sus primeros años (más vinculados a sonidos como el trip hop o la IDM). El vienés trazó un recorrido de estructuras simétricas y naturaleza deep que escondían melodías dulces y voces houseras (como la del tema “Walking Boots” -de ME & Her & David Keno– y que llegaba prácticamente en la recta final de su tiempo).
Como siendo consciente de que sus primeros años le preceden, Kruder quiso mostrar justo antes de irse su perfil más actual, distanciado en cierta medida de aquel que le dio a conocer en los 90. Y así, a modo de despedida, hacía sonar “Orquestral” (incluido dentro del EP “Die Wiener Festwochen” [2014] para el sello International DeeJay Gigolo); como queriendo decir que él sigue ahí, que no se quedó en aquel DJ-Kicks.