Algunos conciertos son más especiales que otros. No sólo por el saber hacer de la banda en cuestión, sino por los sentimientos que se generan en ti cuando ves a esa formación sobre un escenario. Y en el caso de Pink Turns Blue más si cabe.
La última vez que había disfrutado de los alemanes en directo fue en Madrid, en la nueva sala Rock-Ola, club que no suena excesivamente bien, con lo que el show no lució todo lo que se merecía (el clásico de una banda excepcional y un sonido regulero). Para más inri, esa noche de hará unos 3 años no fue la mejor de mi vida. Obviando los detalles de tan fatídico día, necesitaba hacer catarsis de alguna manera y por fin pude llevar a cabo esa transformación, rodeada de buenos amigos y en un club en el que me siento como en casa.
La pasada noche del viernes, en Zowie (Barcelona), pude resarcirme de ese sabor agridulce con el que recordaba a Pink Turns Blue. La banda que lidera Mic Jogwer destiló elegancia y clase de principio a fin. El escenario de la sala barcelonesa se llenaba con la presencia de un trío que ya forma parte de la historia de la música reciente, siendo banda de culto de la escena dark.
Clásicos como “Walking on Both Sides”, o el himno por antonomasia de esta banda, “Your Master Is Calling” eran taraterados por los asistentes al directo, uno de los mejores conciertos del año, sin duda alguna. El público se entregó desde el inicio a los adalides de la darkwave europea y desde el inicio la energía que se palpaba era la de entrega, disfrute y admiración.
Los alemanes no necesitan hacer aspavientos ni llevar visuales impresionantes para destacar sobre un escenario. Les basta con hacer lo que mejor saben, tocar, regalar a su público un directo para recordar y llenar de azul Barcelona.