Post Malone, ostentación y opulencia en la cita del año en Fuego

Post Malone | Fuego

Una estética desarbolada que se complementa de forma casi azarosa con atrezzo OG, destacando sus llamativos grillz, y un carácter tímido en las distancias cortas que se transforma en una de las personalidades más explosivas de la música contemporánea cuando está sobre un escenario o tras la lente. Cierta humildad e introspección se transforman en ostentación y opulencia con la naturalidad que define a uno de los nombres propios de la industria musical.

El éxito de Post Malone sólo puede entenderse a partir de White Iverson, videoclip lanzado en verano de 2015 que se acerca a los 250 millones de reproducciones en YouTube, cifras que hablan de la dimensión mediática en la que ubicamos a este jovencísimo artista original de Siracusa.

En él precisamente se detectan esas características casi antitéticas que señalábamos: un lujoso Rolls-Royce derrapa sobre la arena mientras él aparece abrazado a un balón de baloncesto junto a una canasta que apenas se tiene en pie, comprando botellas en un drugstore como ocurre en Too Young, o en estado de embriaguez evidente reversionando un clásico de 50Cent en #mood.

Esa estética y propuesta musical reconocible en segundos, tan importante teniendo en cuenta las nuevas formas de consumo, le han valido a Post Malone para posicionarse como una de las personalidades más notorias de la industria hip hop norteamericana, a base de colaboraciones tan importantes como la de Kanye West, Lil Yachty o Quavo, además de su coqueteo con artistas más puramente vinculados al mainstream como Justin Bieber, con quien trabaja en uno de los cortes de su álbum, Stoney.

La figura que arrastras consigo todo este estrambótico background será protagonista de la fiesta Fuego de hoy viernes 3 de febrero en Razzmatazz, en la que será seguro uno de las citas más importantes del año por el calado del propio artista y por lo que implica que se acerque a España.

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