Hd Substance reflexiona sobre el reciente cese de actividad de la plataforma Aslice.
Como muchos sabréis la plataforma independiente y autogestionada de reparto de derechos Aslice se vió abocada a cesar su actividad la semana pasada.
El cierre vino acompañado de un extenso informe en el que los datos hablan por sí solos. Leedlo por favor que es absolutamente revelador.
Este hecho ha provocado no pocas reacciones en la comunidad techno, destacando las de Oscar Mulero o Richie Hawtin entre otras, pero también un gran silencio entre muchos de los dj ‘s más relevantes de la escena, aquellos de los que se esperaba una colaboración más valiosa.
No hay que ser muy listo para deducir que aquellos que guardan silencio son o bien aquellos que no utilizaban la plataforma en absoluto o bien los que sólo la utilizaban en su beneficio sin aportar nada a la misma.
Ambos han sido culpables del fracaso de la iniciativa, que siempre ha sido voluntaria, los primeros todavía tienen un pase, atendiendo a su derecho a no utilizar algo que por lo que sea no les cuadra. Pero los segundos dan directamente vergüenza ajena.
En este país en particular, hemos sido muy pocos los que hemos colaborado con Aslice al completo, muy pocos, de hecho casi se podrían contar con los dedos de una mano. Esto me enfada, pero no me sorprende, conozco bastante bien el ecosistema en el que sobrevivo.
Acompañando a este fenómeno de insolidaridad va unido el uso de música adquirida de manera ilegal para su uso profesional. No me refiero a promos que te mandan por ser vos quien sois, si no a hacer piña entre varios conocidos residentes de la capital, por ejemplo, para costear el pago de un servidor ruso en el que puedes descargar lo que te dé la gana, incluso antes de que salga a la venta.
Esto es es de juzgado de guardia. No se gastan el dinero en los que les dan de comer y sí en una mafia ilegal.
Por otro lado, ¿cómo es posible que música aún no editada aparezca en esos servidores rusos?, seguramente porque alguno de estos pájaros lo ha subido de lo que generosamente recibe de promoción de los sellos.
He visto comentarios en redes por parte de algún prominente artista de la escena underground reclamando que si todos pagaran por la música, ni Aslice ni la SGAE y similares serían necesarias. Suena más a excusa que a sentencia, se debe pagar por la música, por supuesto y más si la usas de forma profesional, pero también se debe reportar el uso de música ajena para tu beneficio.
Como Aslice era una plataforma autogestionada, eran los dj ‘s los que donaban un porcentaje voluntario de sus ganancias para retornarlo a los productores. En el caso de las entidades tradicionales sólo se requiere hacerse socio una vez y luego rellenar online las hojas correspondientes reportando aquellos temas que has utilizado en tu sesión.
Si los productores que citas son a su vez socios, estas entidades se supone que les reporta a su vez el beneficio correspondiente, pero no ocurre así, Aslice lo consiguió, estas no.
Además, se da el caso de que muchos rellenan esas hojas de forma fraudulenta, con sus propias creaciones, no con lo que realmente han pinchado con lo que el beneficio retorna a ellos de manera vergonzosa.
Si los dj’s no reportan manualmente la música que utilizan en su beneficio es de momento imposible que un sistema automatizado detecte la reproducción fielmente y reparta beneficios en consecuencia.
Conclusiones, hemos perdido una oportunidad excelente para ser una comunidad justa y equitativa. Pero este triste hecho, al menos para mí, ha puesto sobre el tapete muchas realidades que permanecían complacientemente soterradas y que ahora por lo menos serán reivindicadas, que no solucionadas.
Ha quedado demostrado que somos una comunidad egocéntrica, donde prima el individuo y su imagen en redes, donde no se respeta ni a la música ni a sus creadores, donde se usa el arte de los demás para beneficio propio de manera flagrante y a cara descubierta.
Sí se tiene tiempo para llevar al día unas redes basura y sí se tiene dinero para empujar los posts, pero no se tiene ni para comprar la música que se usa ni para aportar a aquellos que hacen posible el trabajo que se desarrolla, muchas veces con suculentos beneficios y nulo esfuerzo por parte de los dj’s y con muchas horas y dedicación por parte de los creadores.
La semana que viene nadie se acordará de esto, las cosas seguirán como estaban y nadie sufrirá las consecuencias, pero este texto se quedará escrito y por mi parte, nunca olvidaré este disgusto tan grande que me he llevado con la escena a la que pertenezco por derecho propio desde hace más de tres décadas y de la que ahora me avergüenzo profundamente.
Desde aquí mi profundo agradecimiento a Zak DVS1 y su equipo por crear Aslice, a todos los dj ‘s que han reportado mis trabajos y a todos los productores que hacen posible mi repertorio como dj y locutor radiofónico y a los que espero haber ayudado con mi aportación. También mi rechazo absoluto a todos los que usan mi música por la cara sin mi permiso.