La Unión de Músicos Profesionales presenta un estudio sobre el impacto de la Covid-19 en la profesión y exige al Gobierno un plan de reconstrucción ante la crisis sin precedentes en el sector.
Según los datos de la encuesta realizada por la Unión de Músicos Profesionales (UMP) a casi 1000 músicos para conocer el impacto de la Covid-19 en la profesión, 3 de cada 4 músicos ha sufrido una disminución de la actividad de más del 90% respecto al mismo periodo del 2019, 1 de cada 3 no tienen ningún concierto apalabrado o contratado para el último trimestre del 2020 y 3 de cada 4, ninguno para la primera mitad del 2021. Datos que sin duda empeorarán con la reciente declaración del Estado de Alarma, las nuevas restricciones y las cancelaciones que ya se están dando en el sector.
Ni 2 de cada 10 músicos han podido acogerse al paro extraordinario para artistas o al cese de actividad para autónomos, debido a la falta de ordenación y regulación normativa de la profesión en las últimas décadas, junto con la existencia de numerosas empresas pantalla de facturación que copan las contrataciones de los músicos. A esta alarmante situación se suma la absoluta falta de regulación del entorno digital, produciéndose la paradoja de que en el momento en que el consumo musical a través de las redes sociales, las plataformas digitales y el live streaming despega, los beneficios económicos que se generan para los músicos en materia de retribuciones directas y liquidaciones de derechos de propiedad intelectual son mínimos o directamente nulos.
Ante este panorama desolador, los músicos profesionales exigen que se apliquen de manera inmediata una serie de políticas concretas para fomentar la actividad de la música en directo, a la vez que se implementan reformas estructurales y normativas para que la profesión de músico resulte viable, ya que ante la situación actual, los músicos se ven empujados a cambiar o abandonar la profesión para poder subsistir. Por ello la UMP ha presentado al Gobierno un Plan de Reconstrucción con tres objetivos: Preservar, fomentar y favorecer el trabajo de los músicos, ofrecer la debida protección social (y mejorar la situación económica y laboral de los músicos estableciendo un nuevo marco legislativo adecuado a la profesión actual), así como reconocer el valor esencial y fundamental de la cultura.