EL 14 de mayo de este año, Warp lanzaba una reedición de todos los trabajos que Seefeel habían hecho con ellos y Rephlex durante los noventa. La colección, que llevaba por nombre “Rupt and Flex (1994-96)” contenía nada menos que 43 temas, versiones y edits de aquella época. Siendo como es el sonido de Seefeel, vaporoso, repleto de loops y extraordinariamente etéreo; esta extensión -por otro lado, dividida en cuatro partes- a veces podía hacerse algo soporífera… Y como si desde Warp lo intuyeran, han revitalizado este proyecto de coleccionistas como un mix de una hora y cassette realizado por KMRU.
Joseph Kamaru (KMRU) es un artista sonoro keniano que reside e investiga en Berlín, desde donde el año pasado se granjea una importante reputación como músico ambient gracias al éxito de su segundo trabajo, el fantástico “Peel”. En estas que Warp le ha pedido que haga una selección y mezcla de esas 43 canciones, o sea una síntesis de las cuatro horas aproximadas de la colección original en una. Y KMRU ha hecho lo que parece que es su especialidad: emplearse en un continuo sonoro vasto, onírico y hasta cierto punto ominoso. En este mix llamado “Rapture to Rupt” el keniano ha pasado olímpicamente de la mayor parte de las canciones con fuertes percusiones para centrarse en los samples más exóticos, los timbres más evocadores y los ambientes más retorcidos y ambiguos. En alguna que otra ocasión, surgen de una manera alentadora algo parecido a una voz, una caja de ritmos sucísima o los restos de una melodía, pero la mayoría del tiempo KMRU logra hacer bastante suya esta cinta.
Se convierte así en casi coautor del trabajo, pero lo importante es que trae al oído algo que el oyente medio de Seefeel intuye, pero no es capaz de poner en palabras. ¿Por qué Seefeel sufrieron tal denostación en aquella década? Porque hacían música demasiado abstracta para la escena indie y demasiado integrada para el círculo Rephlex. Moviéndose en tierra de nadie, su recepción fue más discreta de lo que debería haber sido, uniendo los tránsitos de proyectos como el final espacioso y silente de Slowdive o el loop vasto e infinito de GAS. Kamaru nos muestra en “Rapture to Rupt” la facilidad con la que el grupo británico podría seleccionarse y ponerse con los relevantes del ambient; precisamente la mitad de las dos propuestas (indie vs experimental) que menos se ha tratado de resaltar de su repertorio.