“Magic Never Dies” de Seelenluft es como una película de cine negro francés con un cigarrillo de melancolía al estilo de Berlín.
Beat Solèr, el hombre detrás de Seelenluft, combina ritmos de club orgánicos con la calidez de los instrumentos tocados en vivo en su nuevo álbum. En este punto central es el piano en el que Solèr compone los temas básicos de sus piezas. Estos fragmentos están flanqueados por arreglos de cuerdas de la Orquesta Sinfónica SIF309 de Sofía, con la que el músico ha colaborado en los últimos años para su música de cine. El resultado son temas brillantes e iridiscentes que son bailables y al mismo tiempo elevan el alma: indiferentes, embriagadores y complejos.
Una característica esencial de su nuevo sonido son los ritmos de sonido acústico que Solèr toca y programa principalmente a mano utilizando su colección de percusión. Aunque los sonidos electrónicos todavía tienen su lugar en los arreglos, el álbum tiene una vibra de “unplugged”. Una influencia significativa en su nuevo enfoque de sus piezas: cita el nacimiento de su hijo (“Moonlight feat. J.J. Youngblood”).
Los tracks están enriquecidos con elementos de batería adicionales interpretados por el suizo Domi Chansron y otras minigrabaciones, como la flauta de Tim Astublieft (Tim y Puma Mimi), un interludio de piano de Can Erdogan o la coctelera del artista sonoro Achim Treu (Dauerfisch).
Los cantantes que Seelenluft incorpora en el nuevo álbum, como el gran Komi Togbonou (“Come Holy Spirit”, “Toys, Toys, Toys”), el impresionante Lou Vahou (“Magic Never Dies”, “Mother”), y el inconfundible Arvild J. Baud (Waldorf), que cantó “Someone”- suman con simpatía sus voces a la alfombra sonora de Solèr. A veces con cantos de sirena hipnóticamente cálidos o con la experimentación aterciopelada de un músico de jazz.
