Febrero llega a su fin y nada mejor que acudir a nuestra cita mensual de Crow con Shlomo, Milo y Jesus Riaño en las inmediaciones de Chamartín para poner el broche de oro al segundo mes del año. Así lo vivimos.
La escena techno madrileña está en completo auge llegando a posicionarse al nivel de capitales europeas como la inimitable Berlín o superando line ups de grandes como París o Londres. Comenzar un debate sobre esto es, cuanto menos, absurdo. Y es que no hay más que ver el nivel de las programaciones de todos los clubs madrileños, que no contentos con mantenerse, se superan. Nuevas sesiones emergen con propuestas sugerentes e innovadoras, antiguas sesiones ascienden nutriéndose de djs de renombre que hacen que la competencia sea cada vez mayor, y es por ello que ver un line up de estas características es algo admirable. Superar la rivalidad y transformarla en compañerismo y colaboración; eso es lo que han conseguido Crow y Cassette Club, formando parte de su último line up acompañando a Shlomo, Milo y Jesús Riaño, dos de sus residentes.
Nuestra noche comenzó sobre la 1.30, y con Jesús a los platos, fue el tema “Wire” del capo de Non series Psyk quien nos dio la bienvenida.
Acostumbrados a ver llenazos nada más pasar la puerta, esta sesión nos sorprendió. No es fácil llenar una sala con semejante aforo en un fin de semana, digamos, complicado. La CODE asomaba la cabeza y una gran parte de los asistentes de Crow, asiduos al titán de Fabrik, descansarían para lo que se avecinaba; un sábado de enajenación a las afueras de Madrid. O eso pensábamos. Fue sobre las 2am cuando la sala comenzó a llenarse, haciéndonos ver que el público de Crow se mantenía fiel.
Mientras tanto, Riaño transmitió la esencia que caracteriza el club en el que es residente, oscuridad, contundencia y dinamismo, donde pudimos escuchar Nida de Svreca, y uno de los temas sin titular del álbum ax 009cd b1de Jeff Mills para Transmat.
Las 3:30 en el reloj y el turno del gran protagonista de la noche: Shlomo. Acostumbrados a verle pinchar live o hybrid, el francés realizó un 3 de tres horas en formato dj set, y no os voy a engañar: mis expectativas eran bastante bajas. Una vez más en la misma noche, estaba equivocada.
En primer lugar, porque si no hizo el live que tanto le caracteriza, no fue por gusto propio o por contratación de la sala, sino porque en octubre perdió todo su trabajo desde 2017, tornándosele imposible realizar sets en directo los meses siguientes, una auténtica lástima que no se vio reflejada en la pista, pues supo llevar las 3 horas de sesión a la perfección.
La conexión con el público se hizo palpable desde el principio, suministrando la dosis apropiada de bpms a medida que la noche iba avanzando; una sesión totalmente progresiva donde se dejaron ver temas como “Metric”, de Virgil Enzinger & Eric Sneo, o “Eteroma”, de Oisel.
Antes de que pudiésemos darnos cuenta las 6 habían llegado volando, y los cuervos debían volver a sus nidos tras una noche en la que el techno con todas las letras, fue una vez más, el gran protagonista.