“Sintiéndolo mucho” es un documental súper recomendable no solo por lo que muestra, también por lo que se intuye. Una dirección exquisita, un ritmo perfecto que consigue que te quedes pegado a la pantalla y una moraleja sobre la existencia de la que todos debemos tomar nota.
Te guste más o te guste menos, te caiga mejor o te caiga peor, lo que es indudable es que Joaquín Sabina es un referente de la música española. Un mito con una historia densa, con una vida de excesos y de leyendas urbanas que le han convertido en un mito. Su imagen ha sido durante años un icono y sus canciones himnos que han traspasado generaciones hasta convertirse en parte de la banda sonora del país. Pocos artistas se merecían más un documental que él, pero afortunadamente ‘Sintiéndolo mucho’no es un documental al uso, es un retrato intimista de un Sabina en su otoño y en su invierno vital.
Un documental valiente
No esperes que ‘Sintiéndolo mucho’ te relate la carrera de Sabina de forma cronológica, no se basa en la típica fórmula desgastada de explicar la vida de un artista a través de su música, es justo lo contrario, nos explica su música a través de su vida. Y esta vuelta de tuerca se debe en gran parte a la visión de ese gran director llamado Fernando León de Aranoa, que ha acompañado al músico durante los últimos 14 años documentando momentos, reflexiones y sentimientos del protagonista. Se trata de un retrato íntimo de Sabina, que inmortaliza al cantante a través de sus acciones y de sus viajes. En el documental podemos ver a un artista en su proceso creativo acompañado del alcohol y del hachís, muerto de miedo en el backstage antes de un concierto, en México disfrutando rodeado de mariachis y sufriendo tras presenciar una cornada a su amigo José Tomás, o reconciliándose con su Úbeda natal recordando con emoción a su padre.
‘Sintiéndolo mucho’ está cargado de sarcasmo, chascarrillos y exabruptos propios de un dios de la música. Pero no edulcora nada, muestra con crudeza la decadencia física del artista Duele ver la vitalidad del comienzo del rodaje y como se va apagando poco a poco hasta encontrarnos con un Sabina casi sin voz y con dificultad para moverse. Se entrevé una especie de despedida melancólica aunque Sabina quiera teñirla en todo momento de humor. Sin pelos en la lengua abre su corazón y explica sus motivaciones, sus temores y sus adicciones superadas y no superadas. Su imagen es la de un genio en el ocaso de su carrera, frágil, humano e imperfecto, la de un ser humano que nos muestra su lado menos glorioso, su tos crónica y desgarradora, sus vómitos inseguros, sus tropezones y sus caídas literales como la que tuvo en el Wizin Center.
Fernando León de Aranoa marca la diferencia
Como os comentaba antes, éste podía haber sido un documental más, un repaso random a la carrera de Sabina con entrevistas y opiniones tanto del artista como de sus colaboradores, salpicadas con imágenes de archivo. Pero no, ‘Sintiéndolo mucho’ nos regala una visión más profunda, y el culpable es sin duda alguna Fernando León de Aranoa. Se nota la mano del director desde el primer minuto, es capaz en cada escena y en cada plano de crear un universo intimista que acompaña al mito de Sabina. Los pequeños detalles, las imágenes cotidianas de un mundo que se mueve y se transforma alrededor de la trama principal, los primeros planos sostenidos en el tiempo, las situaciones incómodas perfectamente reflejadas, los movimientos de cámara precisos…, un trabajo de dirección perfecto, que pese a ser hecho por un fan, no huye de la objetividad en ningún momento.
Lo jodido de envejecer
Los mitos, las leyendas, las personas a las que admiras, suelen generar en ti una sensación de que nada puede pasarles, que son seres inmortales eternamente jóvenes. ‘Sintiéndolo mucho’ crea en el espectador desasosiego, porque aunque Sabina intenta en todo momento quitarle hierro al asunto, en sus ojos cansados se nota una resignación dolorosa de no ser quién fue y de no poder responder de la misma manera que solía hacerlo cuando su salud era más fuerte. Sabina se muestra frágil físicamente, cansado, superado por los achaques, pero aunque en algún momento parece que va a tirar la toalla, continúa avanzando apoyado por su entorno, que le mima y le alienta a no rendirse. El documental es brutalmente honesto, no oculta nada, no trata de maquillar la realidad, no edulcora, te muestra la vejez de Sabina sin filtros. Como dice Sabina: ‘En el documental se nos ve haciéndonos mayores sin delicadeza”.
Conclusión
‘Sintiéndolo mucho’ es un documental súper recomendable no solo por lo que muestra, también por lo que se intuye. Una dirección exquisita, un ritmo perfecto que consigue que te quedes pegado a la pantalla y una moraleja sobre la existencia de la que todos debemos tomar nota. Aunque a muchos no lo crean, este documental engrandece aún más la figura de Joaquín Sabina, simplemente porque le hace más accesible, más humano.