Después de componer para cine, teatro, singles de rap francés multi platino y álbumes de Chanson francesa, Gabriel Legeleux, también conocido como
Superpoze, continúa su viaje en la música electrónica e instrumental.
Amplía su trabajo íntimo y singular con un tercer disco denso y extenso, donde cuerdas, flautas y coros se unen a sintetizadores, pianos y percusiones.
Gabriel nos escribe una extensa carta de intenciones acompañando al disco de la que extraemos unos párrafos. En ella, cuenta la historia de la concepción del álbum, desde el nacimiento del impulso hasta la pura realización técnica.
“Nova Cardinale” es un álbum concebido como un mundo más que como una historia. Un lugar hecho de sonidos en el que uno puede encontrar un camino, perderse o quedarse quieto y observar el entorno. Un álbum en el que los temas viven a gran escala, yendo desde la intimidad hasta el énfasis. Un álbum con perspectiva y puntos de fuga. Fue un trabajo de escritura íntimo y sensible, y también un verdadero trabajo técnico de sonido y producción. Escuchando el álbum, estos dos aspectos me parecen hoy indisociables.
Doce rebanadas de exquisitez sonora que combinan mucho sonido orgánico
procedente de pianos, secciones de cuerda y percusiones reales con herramientas digitales para transmitir calma e incitar a la meditación como escape a los problemas del mundo real absurdo en el que nos movemos.
Cada tema tiene una razón de ser en el proceso creativo y el autor los describe en detalle en el libreto que acompaña al disco y los bautizó de forma muy personal: sonata techno, canción de cuna, aria, declamación, novela, mito…
De los discos más bonitos y sensibles que ha pasado por mi sistema auditivo últimamente y disco de cabecera por unos meses en mi reproductor portátil.
