Supreme, ese icono contemporáneo de lo que antes se llamaba el prêt-à-porter, ahora es referencia mundial en el mundo de la moda, la marroquinería y el complemento high level para camellos, personas del circulo urban (Pablo Alborán inclusive), jugadores del Betis, el FCB o el Alavés -por poner solo unos ejemplos del cono sur- .
Supreme es capaz de lo mejor y de lo peor (como esa nave industrial a las afueras de Moratalaz, Jaén o Lugo, donde te puedes llevar las Classic Retro RARE Old School Basketball Dominique Wilkins Brooks Candy CANE10, pero también un VIH si te rozas con un hierro o un disgusto si se te cala el coche).
Supreme es capaz de facturar una de las mejores chaquetas del siglo XX (en colaboración con Louis Vuitton) y a la vez generar una necesidad vital por tener la llave para cortar pequeñas cantidades de hachís en la plaza, en el coche de xxxtentacion o detrás de Marco Carola mientras pincha en La Pava de Castelldefels: es un complemento imprescindible, vital.
Si estás en una plaza en marzo de 2019 y no llevas algo Supreme o bien eres policía nacional (de servicio, claro) o una persona excluida socialmente. Supreme genera un negocio mundial (entre prendas y complementos reales, colaboraciones y fakes) superiores al producto interior bruto de Aragón -desde que se tienen datos-, Namibia -desde que llegó la máquina de vapor- o todo el tinglado de Calzedonia.
Te puede salir un miércoles a mediodía por la televisión de Vasile un tronista-camello con la sudadera comprada en la misma finca (distinto piso, pero misma portería) donde pilla los cuartos en las 3000 viviendas y no la sabes distinguir de la hoodie de 22.700$ de verdad. La magia del streetwear, la magia de la droga, la magia de la mierda.
Una de las mierdas más caras de esta primavera / verano 2019, es la figura de porcelana Meissen Cupid, una colaboración entre Supreme y el principal fabricante de porcelana de Europa, Meissen, casa fundada en 1708 por Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, y reconocida mundialmente en el mundo del kitsch y entre los coleccionistas de imagenireía homosexual porcelánica del siglo XIX.
En el vídeo podemos comprobar que el nivel de artesanía está en la línea de los altos estándares de calidad de Meissen, pero podemos comprobar que es una puta mierda infecta al lado de las estatuíllas de LLadró que puede tener tu madre o tu abuela en el comedor de su casa, al lado de la foto de un ser querido muerto o incluso encima de la televisión Sony Trinitron con un culo como un tráiler de 16 ejes. La figura colaborativa de Supreme recuerda a un cupido que forja dos corazones juntos -al estilo de los que había en el Pub Arny– representando así esa idea del amor liberal y profundamente subnormal en lo capitalista. Nos encanta. Gracias Supreme.
