Preguntas es lo que nos deja Richard D.James con Syro. ¿Era necesario tanto marketing? ¿Cuándo ha creado estas canciones? ¿Esto es el principio de un relanzamiento de su carrera como Aphex Twin con más material en camino? No nos engañemos, Syro es el DISCO del año por la importancia del personaje y por el gran torrente mediático que ha traído consigo. En este sentido enumeremos unas cuantas anécdotas: Zepelines en Londres, grafitis en Nueva York, información vía deep web, escuchas colectivas en diferentes lugares del mundo, desglose de gastos de producción, distribución y promoción y hasta un listado de todas las herramientas que ha usado en el álbum. Una gran bola que no ha parado de crecer a lo que hay que añadir los 13 años que han transcurrido desde su último trabajo en largo, Drukqs. Expectativas por las nubes con la creación de un Hype en toda regla. Un artista de culto con una personalidad sonora arrolladora en el punto de mira, otra vez. En similares circunstancias nos encontrábamos el año pasado con los trabajos de Daft Punk y BOC (míticas formaciones con nuevo disco brazo el brazo y una campaña de marketing brutal) que a la postre decepcionaron a la mayoría.
Pero el caso de Richard D.James es otro y, por su aura tan peculiar, parecía que tenía que venir a salvar nuestras corrompidas almas electrónicas innovando una vez más como hizo hace 20 años, cuando este pelirrojo era un continuo desafío para el oyente. Así que la pregunta es simple ¿Syro muere por Hype? Y aquí entran las dos corrientes de opinión de sus fans: los irreductibles están más que satisfechos con este trabajo y la de un sector que directamente piensa que Aphex Twin ha patinado con un disco que encierra un talento creativo funcionando a medio gas.
Ni tanto, ni tan calvo. Syro tiene fallas. No es ni mucho menos tan completo y complejo como Richard D. James Album y probablemente no penetre en el imaginario colectivo como sus volúmenes de Selected Ambient Works. Lo que hace especial a Syro, y sea al mismo tiempo su punto débil para algunos, es que en su primera mitad nos encontramos al Aphex Twin más amable y accesible para todos los públicos. Sus drones y forma de programar patrones siguen ahí. Las voces (suyas y de su núcleo familiar cercano) deconstruidas, fantasmagóricas y a veces ininteligibles, también. No aporta nada que no hayamos escuchado antes, pero se centra en otros aspectos; sobre todo melódicos abrazando un funk de corte sintético con el ácido por delante. No es casualidad los tonos amarillos de su artwork.
James ya no es un furibundo outsider de veinte años que quiere reventarte la cabeza y los pies. Es un cuarentón que disfruta de las pequeños placeres de la vida con su familia (hijos y esposa) en un pueblo escocés. Syro refleja ese estado de ánimo y lo comparte con el resto de la humanidad. Un IDM con poso relajante, tonificante y luminoso. Y los mansos 10 minutos de “XMAS EVET10 (Thanaton3 Mix)” dan fe de ello. “Minipops 67 (Source Field Mix)” es un acercamiento pop y “Produk 29” parece una pieza jazz oscura y juguetona. Su punto esquizo se empieza a vislumbrar en “4 bit 9d ap and 6“, el que para un servidor es de los cortes más compactos del disco. Esta dinámica es lo que marca la obra. Para unos es una losa insalvable y aburrida, para otros es un enfoque emocional diferente de un creador de atmósferas impredecible. Si te llega de primeras bien, déjalo fluir y disfruta. Si no, no lo fuerces porque sacarás más y más taras al mito.
Tras un interludio algo sosete ya vemos a ese productor aguerrido de siempre que retoma su amor por el Jungle y el D&B en los ritmos. Muchos detalles y requiebros técnicos esparcidos desde “CIRCLONT14 (Shrymoming Mix)” hasta “S950tx16wasr10 (Earth Portal Mix)” para que comprobemos que este hombre ha sido, es y será un prodigio. Puro Aphex Twin a nivel de producción; aunque nunca llega a recrudecerse como antaño, ni tiene intención de sumergirte en el lodo, quizá contagiado por el aire contemplativo de la primera mitad. Se echa de menos un punto más duro con algún bombo de los que te cambian la cara. Y es que, al fin y al cabo, hasta los más duros tienen su corazoncito y vena romántica. Porque acabar con un solo de piano dedicado a su mujer Anastasia, es otra muestra más de lo bien que le van las cosas a este hombre y lo ñoño que puede ponerse si quiere. Y no hay problema en tener que pillar a contrapie a sus fans que tanto odia. Genio y figura, que vuelve a hacer lo que quiere sin importarle lo más mínimo opiniones y reseñas como esta.
Solo el tiempo pondrá en su sitio a Syro dentro de la carrera de este tótem electrónico. Un disco notable que esconde más de lo que muestra a simple vista. Pero la perfección llegará otro día y en otro álbum. Esperemos que pronto.