Pop discoide del futuro en el impresionante álbum de Tatyana.
Un viaje luminoso y trepidante este LP traza el equilibrio ondulante entre riesgo y recompensa.
“Te gustaría perderte en tu propia cabeza durante el proceso de enamorarte de alguien. Los efectos de deformación, giro y perspectiva larga intentan mostrar cómo se siente uno cuando empiezas a perder el control de tus pensamientos y emociones. Perder un poco el control de la realidad . Ojalá eso se entienda”.
Esta música es un tapiz de las credenciales musicales y la educación ecléctica y transitoria de Tatyana. Nacida en Londres, antes de mudarse a Rusia, Holanda y Singapur en su adolescencia, antes de aterrizar finalmente en los EE. UU. para estudiar música con una beca completa en Berklee College, donde, saltando entre la escena de discotecas y música electrónica underground de Boston y Nueva York, Comenzó a descubrir aún más su sonido. De regreso a Londres, Tatyana imbuye su música con un dominio técnico desquiciado y gustos enciclopédicos y lejanos.
Combinando una producción expansiva, delicada y deliberada con influencias de artistas como el uso de plug-ins KORG por parte de Maurice Fulton y sintetizadores Elektron, como The Knife, su sonido se origina en un amor puro por la pista de baile: Robyn, Tirzah, Mica Levi, Jessy Lanza…
Criada con música rusa estrictamente clásica, no sorprende que Tatyana consiguió una gira mundial tocando el arpa con Neneh Cherry.
Se trata de un disco para sonar en la radio, para servir de lanzadera a una carrera artística que puede situarla entre las grandes del pop contemporáneo. Si te haces con este disco podrás fardar de que tú la escuchabas cuando era underground.