El segundo trabajo del alias tribalista dub de Hunter Thompson, Tegu, se inclina más hacia lo espectral y lo ambiental, un dosel de teclas en cascada, percusión manual y oleadas de graves de los Everglades: Owl Island.
Grabado a principios de 2024 en las orillas de un canal de Florida, las 11 pistas del álbum se deslizan como una niebla cálida sobre un pantano antiguo, balanceándose con graves y bucles de sintetizadores húmedos.
A lo largo de 53 minutos, la música se mueve entre la sesión espiritista y la visita, alternativamente acechante y expectante, bañada por un brillo de luz de estrellas y farolas. Los compañeros de viaje Wave Temples y X.Y.R. se unen para un par de cameos cósmicos y humeantes, pero por lo demás se trata de un asunto solitario: encerrados, mirando hacia arriba, cartografiando nuevas constelaciones en el vacío en expansión.
