Muchos la descubrimos cuando el Santo Padre de lo Obsceno, el excelentísimo John Waters, vio en ella a Raven, la maquilladora satánica de “Cecil B. Demented”. Más tarde, en un universo paralelo, sería hermana ficticia de su propio hermano (el también actor Jake Gyllenhaal) en aquel enrevesado y poético misterio gestado en la inspirada cabeza de un debutante Richard Kelly que llevaba por título “Donnie Darko”.
Su carrera despegó mundialmente poco después, cuando encarnó a la complaciente y sumisa secretaria que se dejaba azotar por James Spader en la comedia erótica “Secretary”. El reconocimiento en forma de premios llegaría unos cuantos años más tarde, tras un largo trayecto interpretativo bien consolidado, con la mini serie “The Honourable Woman” con la que lo ganó todo. En uno de sus últimos papeles la pudimos ver ejercer la prostitución en las céntricas calles del Nueva York de los 70 para luego convertirse en directora pionera del cine porno en la sobresaliente “The Deuce” de David Simon (creador de “The Wire”). Un papel este, el de Candy, que como ella misma ha afirmado en alguna entrevista, resultó ser francamente inspirador.
Ahora, a sus 44 años, Maggie Gyllenhaal, nos deja realmente impresionados con su salto al otro lado de la cámara para encargarse del guión y la dirección de “The Lost Daughter” (La hija oscura), un notable y afianzado debut que adapta un texto de la tan consagrada como misteriosa novelista Elena Ferrante (También creadora de la serie “La amiga estupenda” que está siendo emitida por HBO Max) y que ha dado la campanada al alzarse con tres nominaciones para los Oscars este año, mejor guión adaptado, mejor actriz (Olivia Colman) y mejor actriz de reparto (Jessie Buckley).
Y es que “The Lost Daughter” no parece ni de lejos una opera prima. Maggie Gyllenhaal se enfrenta con mucho pulso, valentía y un alarde de madurez al desafío de rodar esta turbia y compleja historia que esconde un profundo estudio sobre la maternidad.
En el arranque de la película acompañamos a Leda, una profesora de literatura comparada, a la que da vida la insuperable Olivia Colman (“El Padre”, “La favorita”, “The Crown”, “Broadchurch”) en sus solitarias vacaciones veraniegas en la costa griega. Allí, de la misma manera en que Gustav observaba a Tadzio en “La muerte en Venecia”, Leda quedará fascinada por una joven madre, Nina (Dakota Johnson) y su amenazante y peligrosa familia que también están disfrutando de sus vacaciones.
Un día la hija de Nina se perderá en la playa, Leda la encontrará y la devuelve con su familia pero en un inquietante e irracional acto se apropiará indebidamente de la muñeca favorita de la niña lo cual resultará un hecho traumático para la pequeña. Con maestría, Gyllenhaal irá añadiendo ingredientes y aliñando esta oscura e incomoda intriga que poco a poco, se convertirá en una olla a presión de inesperado desenlace.
Al mismo tiempo, mediante un acertado y elegante uso del Flash-Back, iremos descubriendo el traumático pasado de Leda (a la que Jessie Buckley interpretará durante su juventud) descubriendo importante información, las decisivas decisiones que irá tomando como mujer y madre en el pasado y que nos servirán para intentar comprender su extraño comportamiento en el presente.
Rodada a pleno sol, haciendo uso magistral, en constante tensión, de la intriga y del suspense nos sumergirá en una turbadora, oscura y en ocasiones políticamente incorrecta disertación sobre el hecho de tener hijos. “The Lost Daughter” teorizará sobre cual es la línea que separa a la buena madre de su libertad personal. Divagando inteligentemente sobre las consecuencias que conllevan ciertas decisiones o las cicatrices que las mismas pueden causar a posteriori.
Gyllenhaal se erige en su debut como una brillante guionista y una soberbia directora demostrando un enorme talento en cuanto a la dirección de actores se refiere, algo sin duda adquirido durante su extensa carrera como actriz. Su película se convierte en una de las grandes sorpresas de la temporada, en un excelente estudio sobre feminismo, feminidad y maternidad.
Un film que transita de manera sensual sobre lo contradictorio y lo incompatible y que pone en tela de juicio el idealizado e imperante instinto maternal a la vez que construye una reflexión adulta sobre las imposiciones sociales y lo acelerado del paso del tiempo.
Todo un acierto. ¡Brava Maggie! ¡Bravísima!
“The Lost Daughter”, se alzó con el premio al mejor guión en el pasado festival de Venecia. Se estrena en cines de toda España el viernes 18 de Febrero y próximamente podremos disfrutar de ella en Netflix.