The Vow: diseccionando una secta

“The Vow” es un ejemplo detallado y descarnado de cómo funciona una secta 2.0, de cómo no importa tu estatus social o tus capacidades intelectuales: todos podemos caer en la trampa.

En 2019, durante una de esas etapas de sequía de series y de películas que a veces ocurre durante el año, me encontré con una serie documental de la que no había oído hablar y cuya sinopsis me llamó la atención. “The Vow” trataba sobre una organización llamada NXIVM, aparentemente una empresa de auto ayuda que ofrecía cursos de de desarrollo personal y profesional. La verdad resultó mucho más turbia, ya que detrás de esta presunta bondad y anhelo de la búsqueda de la paz espiritual, se escondía una trama de tráfico sexual, depravación y lavados de cerebros de lo más sofisticado. Recientemente ha finalizado la segunda temporada, una temporada que cierra el círculo con el seguimiento del juicio penal que tuvo lugar poco después de la emisión de la primera temporada. “The Vow” es un ejemplo detallado y descarnado de cómo funciona una secta 2.0, de cómo no importa tu estatus social o tus capacidades intelectuales, todos podemos caer en la trampa y ser abducidos por este tipo de organizaciones si no nos hacemos preguntas y nos dejamos arrastrar por argumentos maquievelicamente diseñados para confundirnos.

Primera Temporada

¿Cómo escapar de una secta? Esta es la premisa de la primera temporada de “The Vow”, en la que nos presentan la creación y el ascenso de NXIVM, que llegó a convertirse en una organización de moda en los círculos más pijos de la sociedad americana. Gente de pasta que se sentían insatisfechos con sus vidas y que buscaban un apoyo y herramientas espirituales que dieran sentido a su existencia. En principio NXIVM se nos muestra como un cuento de hadas, como un sueño hippie-hipster para cambiar el mundo, un paraíso de sonrisas y abrazos sinceros. Pero como en todas las utopías, comienzan a aparecer fisuras, personas que comienzan a cuestionarse los métodos y los resultados del concepto. Y cuando son conscientes de la verdad, cuando se dan cuenta que todo es un castillo de naipes ficticio, se encuentran con miles de trabas y de presiones para que no abandonen el culto.

En esta primera temporada te explican perfectamente las fórmulas de lavado de cabeza, de cómo sutilmente se puede manipular la voluntad de la gente. Y el maestro en este arte era el líder de NXIVM, Keith Raniere, un psicópata de manual que con el paso de los años había perfeccionado el arte de seducción mental hasta el punto de crear una organización que a los ojos de la opinión pública era únicamente un emprendimiento coaching moderno y sofisticado. Logró portada en revistas alabando sus métodos, artículos explicando las bondades de su fórmula y hasta consiguió reunirse y fotografiarse con el Dalai Lama como muestra inequívoca de su repercusión.  

Pero detrás de las bambalinas las cosas eran distintas, aparte de haber montado una estructura financiera que estafaba a sus seguidores y que les sacaba la pasta sin miramientos, el círculo más próximo a Keith Raniere creó una sección llamada DOS que básicamente servía para satisfacer los deseos sexuales de su líder. Hasta tal punto llegaba su control, que ese grupo de mujeres estaban marcadas a fuego con las iniciales de Rainiere cerca de su pubis. Este fue el punto de inflexión que llevó a algunos de sus miembros a abandonar la secta y comenzar una lucha por llevar ante la justicia a la organización. Y lo consiguieron, logrando la detención de los líderes del culto y sentarles en el banquillo de los acusados. 

Segunda Temporada

En esta segunda temporada la trama gira en torno al juicio, a las declaraciones de los testigos y las vivencias de la mano derecha de Keith Raniere, Nancy Salzman. Una mujer que trata de convencernos de las bondades de NXIUM, de que sus motivaciones eran puras y sobre todo de que en ningún momento fue consciente de las acciones paralelas que llevaba a caso su líder. Se nos presenta a Nancy como una víctima más, como una herramienta que servía para dar credibilidad al proyecto, un perfil sin maldad cuya ceguera llevó a que su propia hija fuera una de las esclavas sexuales de Raniere.

Los testimonios de esta segunda temporada son escalofriantes, los niveles de perversión y de manipulación te dejan con la boca abierta. Familias destrozadas, abusos a menores, pornografía, esclavitud sexual, tortura psicológica y un largo etcétera de atrocidades cometidas por un gurú cuya única motivación era satisfacer su pulsión y follarse a todo lo que se le ponía por delante. Si buscáis la definición de depredador sexual, Keith Raniere es el ejemplo perfecto. Utilizando el control mental, las amenazas veladas, la subyagación de la personalidad, lograba convertir a muchas de sus seguidoras en herramientas sexuales.  

También son protagonistas en esta segunda temporada la fiscal, el abogado, una periodista independiente y algunos de sus seguidores, que luchan ciegamente por sacar de la cárcel a su amado líder. Gracias a sus testimonios podemos tener una fotografía más amplia y más precisa de los entresijos de este juicio. 

Epílogo

“The Vow” destaca por la cantidad de metraje del funcionamiento de la secta. El ego de su líder le llevó a grabar horas y horas de sus actividades en calidad HD, y gracias a tener la información completa de lo que sucedía detrás de las cámaras, te das cuenta de la patraña y de las falsedades sobre las que se cimentaba esta organización. Una serie con un buen ritmo, que utiliza muy bien la animación para mostrarnos ciertos pasajes de la historia y que en cada episodio finaliza con un cliffhanger espectacular que nos deja con ganas de visionar en el siguiente.

Pero más allá de su guión y de su ejecución técnica, “The Vow” es una advertencia, una advertencia para todos los que pensamos que esto nunca nos pasaría a nosotros. Todos tenemos puntos débiles, etapas en nuestra vida en las que no encontramos respuestas, grietas en nuestra personalidad que timadores y estafadores del alma pueden aprovechar. No importa tu educación, tu inteligencia, tu situación económica, tu estatus social, todos podemos ser víctimas y dejarnos engatusar por los cantos de sirena y tirarnos de cabeza al abismo. Por eso nunca debemos olvidar que en realidad, las sirenas son monstruos que se alimentan de nuestro corazón. Nunca te fíes de ellas.