Tommy Rawson: Sacrifice EP (Boogie Cafe)

Es posible que no hayas oído hablar de Tommy Rawson, pero seguro que lo has bailado. Y es que este DJ y productor oriundo de Watford, Reino Unido, es todo un veterano en esto de hacer moverse al personal. 

Cabeza pensante detrás del sello, ya desaparecido, Fresh Minute Music, y poseedor de un talento y un gusto refinadísimo, Rawson ha formado parte de festivales como Southport Weekender o Bestival, además de recorrer con su maleta a cuestas todo el territorio nacional británico junto a grandes como Gilles Peterson, Deetron, Karizma, Motorcity Drum Ensemble, Jimpster o Roy Davis Jr, por nombrar solo a algunos. Ahí es nada. 
Ya en lo que concierne a su trabajo como productor, el bueno de Tommy cuenta con releases en sellos de la talla de Local Talk, GAMM, King Street o Bergerac. Todo ello con el support de gigantes como DJ Harvey, el ya nombrado Gilles Peterson, Benji B, Jamie 3:26 o Dave Lee (de Faze Action). Como veis, no hablamos de un newcomer.

Así, con este “Sacrifice EP”, editado en el sello de Bristol con sucursal en Rotterdam, Boogie Café, Rawson da buena cuenta de su buen hacer y presenta cuatro temas que respiran y se empapan de dos de las corrientes que más fuerte pegaron a principios de los 2000: el soulful house y el broken beat.
Se puede decir que “Sacrifice”, el tema que abre el EP, se encuentra a medio camino entre ambos estilos, montando pads sinuosos, cercanos al deep house, sobre una base rota, sincopada y hipervitaminada a la sazón de un bajo criminal. Las vocales souleras y las pinceladas jazzísticas no hacen sino poner la guinda a un tema perfecto para pistas de enjundia.

“Soldier Dub” y “Losing Your Way” son dos ejercicios de broken beat dosmilero de manual en los que encontramos todos los elementos que encumbraron la tendencia: ritmos quebrados con elegancia, melodías con alma y destellos funk. Y sí: nos sigue gustando 20 años después.
“Let It Be” es un ejercicio de house clásico, muy neoyorquino, ideal para insuflar de amor y devoción cualquier set que se precie, mientras que en “Vick’s Music Box”, el británico parece barrer para casa y nos planta un temazo de 2 step garajero lleno de emoción y nostalgia de lo que ya pasó, pero dejó buen poso.