El festival Burning Man,-con más de 30 años de historia-, y que se celebra en el desierto de Black Rock en Nevada ha sido protagonista, una vez más, por motivos más allá de los musicales. El festival, que en su origen nació como una de las apuestas más fuertes de contracultura americana -una especie de Woodstock, pero a lo bestia-, se celebra en un desierto sin gobierno alguno, solo existe durante la semana del festival en Burning Man una ciudad temporal construida por los participantes -en su origen y ahora comisionada por la organización- hasta el primer lunes de septiembre, día del Trabajo en Estados Unidos, con una duración que va más allá de la semana.
El festival, que ha ido perdiendo su espíritu primigenio de libertad y libertinaje, se ha convertido desde hace algunos años en un evento absolutamente mainstream y en destino de vacaciones para influencers, gente potentada en lo económico y en lo social, y ahora también en un festival para todos los públicos -los niños hasta doce años no tienen que pagar la entrada que cuesta 390 dólares-. La organización -netamente americana- ha declarado al festival como no Instagram-frinedly (no porque se vean imágenes de lo que allí se cuece, sinó porque se muestra claramente lo impostado y comercial que se ha vuelto).
Durante el set de Flame, su pareja Paige Elkington -conocida por vender tatuajes temporales a través de una web y por haber posteado el año pasado en su cuenta de Instagram una foto polémica con el actor Jeff Goldbum- se subió a la mesa donde estaba pinchando el susodicho y, poniéndose en pompa, Flume no pudo más que amorrarse al pilón.
Automáticamente, Paige subió a sus stories lo que parece un cunnilingus o un ass-licking -lo que en lenguaje coloquial sería una comida de coño o una comida de culo o ambas cosas a la vez-. Minutos después la borró, pero como siempre hay alguien que se lo guardó en su móvil y corrió como la pólvora en todas las redes.
La cuenta de Twitter de Pop Alerts compartió el vídeo y ha sido suspendida por ello. Juzga por ti mismo:
Australian producer, Flume had quite a moment during this year’s Burning Man. The Grammy winner was recorded by his girlfriend, Paige, eating uhm, ass on stage while performing. ?
This was caused by a fan’s sign, that posed the intriguing question, “Does Flume even eat ass?” pic.twitter.com/fynZO9mqSA
— Pop Alerts (@PopAIertNews) September 2, 2019
Desconocemos si esto es otra de las enésimas campañas de marketing a la americana para hacer más famoso al DJ de origen australiano o simplemente otra ola de puritanismo -la enésima- en las redes sociales (recordamos -también ya borradas- imágenes de bukkakes, sexo en grupo e incluso alucinaciones colectivas por la ingesta masiva de LSD en el festival). Lo que sí sabemos es que Burning Man es ya una ciudad de vacaciones semi asalvajada para pijos con american exprress platino en el bolsillo. Que desde el país que consume -y genera- más pornografía en el mundo se escandalicen por lo que supuestamente es simplemente sexo nos parece de bobos y cínicos integrales.