Algo está cambiando, ya no solo en el consumo musical de nuestro país, sino también en la correspondiente oferta de ocio nocturno de nuestras ciudades, y Fuego, la fiesta barcelonesa capitaneada por los creadores de Trill que acoge la sala principal de Razzmatazz cada viernes, se ha erigido recientemente como una de las mejores alternativas a la hora de reflejar la sensibilidad y los gustos de esta nueva era. Si el primer evento introductorio y su posterior encuentro a cargo del colectivo Banana Bahía Music, con DJ set casi sopresa de Dellafuente tras su concierto en el Apolo, ya fueron reveladores del potencial de esta cita como imán para atraer a los amantes del hip hop, el R&B y el pop de corte más urbano, su última fiesta, con Jarreau Vandal como principal protagonista, ha puesto el nivel de la celebración semanal por las nubes. Y es que escoltado antes y después por un b2b de los habituales DJ2D2 y Will Blake, el holandés ejerció como excelente embajador europeo de la plafaforma, sello y colectivo Soulection, referencia clave del R&B internacional nacida en Los Ángeles que ya protagonizó un categórico evento de Trill el pasado mes de octubre –en esa ocasión a cargo de Esta, su cofundador Joe Kay, The Whooligan y Sosupersa–, al poner la enorme Razz Club patas arriba como pocas veces se ha visto antes.
Quizá años atrás Razzmatazz llegó a ser el principal enclave de la música indie en Barcelona, pero si alguien hubiese accedido por primera vez al emblemático club este viernes difícilmente se lo habría creído. A altas horas de la noche, una cola más que notoria de público jovencísimo y procedente de estratos sociales diversos rodeaba la manzana a la espera de refugiarse de la lluvia a cobijo de los nuevos sonidos de la música de baile. Lejos de ser un capricho de los organizadors del festejo que nos ocupa, la amalgama de géneros que configuran cada vez más el nuevo sonido pop cobran hoy presencia mires donde mires. Prueba de ello es que, en los dos minutos que tardé en atravesar el Pop Bar –la sala pequeña donde suelen ubicarse las propuestas más accesibles del club– para llegar a la principal, dio tiempo a que un DJ hiciera sonar Controlla de Drake y Antes de Morirme de C. Tangana y Rosalía. Pero el inagotable arsenal de hits, sin duda, llegaría de la mano de Jarreau Vandal, un artista que ya nos ha traído la Trill Squad en el pasado y que sin lugar a dudas encarna la filosofía de ocio que propone Fuego, cumpliendo a rajatabla con su propuesta estilística al combinar con soltura lo mejor de la escena comercial y underground, que en definitiva es lo que hoy en día se debe exigir a cualquier gran sala que no quiera quedarse en lo fácil.
El DJ, productor y grafitero, que pese a sus solo 24 años cuenta con una importante trayectoria de actuaciones y residencias en la escena de Amsterdam a sus espaldas y acumula un extenso bagaje musical que coquetea sin restricciones con el soul, el funk, el R&B, el hip hop e incluso el jazz, siempre desde un acercamiento electrónico, estuvo unas buenas dos horas ametrallándonos con algunos de sus apabullantes edits ‘vandalizados’: sonaron desde sus revisiones de Alright de Kendrick Lamar y Formation de Beyoncé hasta Stalker Ha de Kingdom, pasando por su versión de Lovesick Fuck de Mura Masa o el Black Beatles de Rae Sremmurd, entre muchos otros temas salpicados de enérgicas pinceladas future bass, house e incluso kuduro y favela funk que pusieron sobre la mesa su espléndido eclecticismo. Además, para acabar de redondear una velada que coincidía con el día de la toma de posesión de Donald Trump no faltó FDT de YG y Nipsey Hussle, momento en el que tanto Vandal como el público arrearon a diestro y siniestro peinetas y cortes de manga que seguro que se sintieron hasta en la Casa Blanca. El beatmaker incluso tuvo a bien incluir –¿guiño al público local?, ¿recomendación de los residentes?– Pai de la catalana Bad Gyal, quien no sabemos si será asidua a Fuego, pero nos consta que se encontraba entre los asistentes de la fiesta anterior.
Will Blake y DJ2D2 también aprovecharon su tiempo previo y posterior para desmadrar al personal con una atractiva selección a medio camino entre los sonidos periféricos y los guiños comerciales. Sonaron fogonazos de ANKA, Ellzo, Playboy Carti x Unotheactivist, Stööki Sound, Migos, Farruko – vía su versión española del Starboy de The Weeknd -, una oportuna Decidi de Fuego y una remezcla de Patient de Post Malone, flamante confirmación del evento que actuará en directo el próximo 3 de febrero. Una cita ineludible que, después de lo vivido este viernes, aún recibimos con más ganas. Y es que es un privilegio que se acojan propuestas tan interesantes en Barcelona, cuyo barrio del Poble-sec amaneció este fin de semana con un grafiti a cargo de Jarreau. Una huella todavía fresca de su regreso a nuestra ciudad que nos servirá de documento visual hasta que volvamos a verle, esta vez junto a uno de los máximos responsables de Soulection, Joe Kay, actuando en la próxima edición del Sónar, en la que daremos la bienvenida, de nuevo, al sonido del mañana.