Gordo Traxx gestiona una de las noches de club más particulares de España, aquí una muestra de su sonido con su segundo compilado.
Gordo Club es ya una institución en la noche valenciana, por sus fiestas ha pasado la flor y nata del techno planetario y cuenta la leyenda que se lían gordisimas en su interior libre de cámaras y selfies.
Su recopilatorio pretende trasladar a nuestros tímpanos las vibraciones que se producen entre esas cuatro paredes y en esta ocasión cuentan con un muy interesante plantel de artistas representando.
Irazu es el primero con Relative Abstraction, bombo gordo como no podía ser de otra manera y secuencias histéricas contínuas cabalgando por encima en una especie de mantra marcial. Se nota que le gusta Regis a este hombre.
A continuación Bohm con Rotation Matrix, ritmos rotos, atmósferas tensas, barridos de filtro, excelente experimento de club.
Joton y Develop Mind se marcan el detalle marciano de la colección con esta orgía de sintes filtrados y profundidad que lleva por nombre Storm.
Vrød entrega Arrastournai tensa y también gorda, cómo no, sin broma alguna en un desarrollo super inteligente.
El último participante es H Paul, que despide este recopilatorio con Resuscitation, de nuevo ritmos rotos y atmósferas inquietantes como contrapunto emotivo.
A continuación el texto que acompaña al disco que no tiene fallo:
Gordo Trax A Tota Virolla V.A :
“Pensé que su memoria era como las otras memorias de los muertos que se acumulan en la vida de todo hombre: una vaga impresión en el cerebro de las sombras que habían caído sobre él en su paso rápido y final; pero ante la puerta alta y pesada, entre las casas altas de una calle tranquila y decorosa como un callejón cuidado en un cementerio, tuve una visión de él en la camilla, abriendo la boca con voracidad, como para devorar todo el tierra con toda su humanidad. Vivió entonces antes que yo; vivió tanto como había vivido alguna vez: una sombra insaciable de espléndidas apariencias, de espantosas realidades; una sombra más oscura que la sombra de la noche, y noblemente envuelta en los pliegues de una hermosa elocuencia. La visión pareció entrar en la casa conmigo: la camilla, los portadores de fantasmas, la multitud salvaje de adoradores obedientes, la penumbra de los bosques, el brillo del tramo entre las curvas turbias, el ritmo del tambor, regular y amortiguado. como el latido de un corazón, el corazón de una oscuridad vencedora”.