
La productora y DJ chilena Valesuchi lanza “Futuro Cercano” en Discos Nutabe.
Muchas culturas amerindias comparten la creencia de que el futuro yace tras nosotros, mientras que el pasado es lo que nos espera. Sin embargo, este desafío a la cronología occidental se basa en el sentido común: las posibilidades abiertas de lo que está por venir son, en teoría, lo que no podemos ver —lo incierto—, mientras que los acontecimientos que ya han sucedido se despliegan ante nuestros ojos y están a nuestro alcance para que aprendamos de ellos.

Este segundo álbum de la productora, artista y DJ chilena Valesuchi podría describirse como un experimento con el tiempo a través de la música. Años después de mudarse a Río de Janeiro, lanzó Tragicomic LP (2019) con MAMBA rec, sello fundado por la innovadora fiesta brasileña Mamba Negra, y el EP autoeditado Cascada (2024). En ambos trabajos, ya podemos apreciar su impronta musical: líneas tímbricas rítmicas y emotivas: húmedas, filtradas, matemáticas, devocionales, multilingües, fantásticas e irreales. Sin embargo, en Futuro Cercano (Discos Nutabe, 2025), podemos percibir un salto: la sedimentación de sus experiencias vividas en comunidades electrónicas de Latinoamérica, su búsqueda de un lenguaje universal pero personal para transmitir emociones y un nuevo significado espiritual, encuentra en este lanzamiento una consistencia y espontaneidad que rara vez se escuchan hoy en día.
En una época en la que no solo se espera que toda expresión cultural sea etiquetable, sino que también se produce cada vez más a partir de patrones que precondicionan nuestra percepción —favoreciendo la categorización y las conexiones con obras o escenas del pasado—, las canciones de este álbum son genéricamente inclasificables. Representan una apertura a la experimentación sin prejuicios con instrumentos y ritmos electrónicos tan ancestrales como futuristas. Revelan públicamente una intimidad nacida del proceso compositivo, un vínculo forjado a través del encuentro —a veces tenso, a veces armonioso— entre la voluntad humana y la de las propias máquinas. O, como lo expresó Valesuchi, «ciborgizar mi amistad con la máquina y convertirme en tempestad». Tempestad como una erupción de lo desconocido en el presente, el resultado de abrirse a un estado casi meditativo para descubrir los sentimientos más profundos mediante la improvisación sobre retroalimentación y bucles cibernéticos. Y en esa improvisación, desarrollar «técnicas para estirar o medir el tiempo», como canta en 22, el primer tema del álbum. “Conectando saberes” como portal para acceder a ese futuro tan cercano que yace tras nosotros, y para anticiparlo como intuición y prospección.

Por eso, Futuro Cercano es más que música electrónica: es un ritual tecnológico, una inmersión en los secretos que las máquinas guardan como artefactos del conocimiento humano y no humano, como objetos misteriosos que nos permiten conectar con nuestra propia alteridad: ese extraterrestre personal que se esconde bajo la piel y que nos abre a la incertidumbre como posibilidad en lugar de catástrofe.