Wade: “A los artistas tech-house no se nos respeta”

El sevillano reflexiona sobre el estado de salud de la música tech-house tras vivir un 2019 revolucionario, en el que se ha convertido en una de las sensaciones del género.

 

Nos habían avisado de que Juan Carlos Cruz, más conocido por su alias Wade, tenía un día muy ajetreado. Nos dieron 30 minutos. Fueron más que suficientes. El sevillano Wade es un tipo natural, campechano, cercano y honesto. No tiene pelos en la lengua a la hora de dar su punto de vista acerca de un género que siempre está en boca de todos. “Hay gente que odia a muerte el tech-house y no entiendo por qué”, nos reconoce.

El pasado 1 de enero, se cumplió un año desde que Por Ejemplo, el tema de Wade con las vocales de Dani Rovira, puso Fabrik patas arriba. Wade cree que ese fue el día en que empezó todo. A partir de ahí, y tras años de lucha, el sonido de Wade se hizo al fin un hueco -y vaya hueco- en la escena tech nacional. Hablamos de eso y de mucho más con la gran revelación tech-house del 2019, pocos días antes de que estrene su propia fiesta Criterio en el mismo lugar con el que dio el pistoletazo de salida a su fama: Fabrik Madrid.

 

Juan Carlos para familia y amigos… y Wade para el resto. Tengo entendido que el alias viene de cuando jugabas al baloncesto, en honor a Dwyane Wade. ¿No deberíamos pronunciar Wade con pronunciación inglesa?

(risas) Sí, es cierto. La idea era pronunciarlo en inglés. De hecho, yo siempre lo he hecho así. Pero, al final, el público manda y, en España, lo de Wade leído literalmente pega con el cántico que me dedican siempre y ya se ha quedado así. En Latinoamérica son más bilingües y, siempre que voy a actuar allí, hay debate en las redes sobre cómo pronunciarlo.

 

Empezaste a escuchar electrónica en el Ohju de Cádiz. Hoy en día eres ídolo en Sevilla e Industrial Copera es, posiblemente, el club más importante para ti. Wade y Andalucía parecen ir de la mano.

Sí, ahora mismo sí, aunque, en realidad, yo empecé mi carrera en el extranjero. No mucha gente lo sabe. Ya dicen que nadie es profeta en su tierra… Yo no empecé a ser conocido en España hasta el 2018 y mucha gente cree que mi carrera empezó entonces, pero no es así. Yo he sido siempre un DJ internacional. Debuté en Nápoles en 2013 y, a partir de 2014, empecé a girar por países europeos como Suiza, Grecia, Austria, Reino Unido, Países Bajos… En 2016, me estrené en Latinoamérica, en países como Argentina, Brasil o Chile. No sé por qué, pero mi perfil o mi sonido no terminaban de encajar en España. Hasta que llegó el boom en Andalucía este año. Málaga me ayudó muchísimo, así como el all night long en Industrial Copera y mi visita a Jaén siete años después.

 

Hablemos de este boom. ¿A qué crees que se debe? ¿Por qué ha sucedido?

Estoy convencido de que mi vida como artista cambió el 1 de enero de 2019 en la fiesta de elrow en Fabrik Madrid. Allí fue donde, de la nada, nació el cántico de “Wade, Wade”, que luego se extendió. ¿Por qué? Me temo que el detonante fue “Por Ejemplo”, el tema en el que utilizo las voces de Dani Rovira. Ese tema hizo el 80% del boom. Tres meses antes de aquello, ya estaba trabajando en el tema. El 1 de enero, cuando lo puse, la sala se vino abajo. Aquella reacción no fue normal. Aquello era de otro planeta. Ahí me di cuenta de que me esperaban grandes cosas en este 2019.

Sin embargo, imagino que “Por Ejemplo” no es el 80% de lo que ha hecho Wade en todo este 2019…

Por supuesto que no. A partir de aquel boom, seguí trabajando tan duro como lo había hecho hasta la fecha… o más. Yo siempre intento innovar. Nunca bajo la guardia. Me considero muy humilde y creo que este año he trabajado muchísimo. Quien diga lo contrario, es porque no me ha seguido de cerca.

 

Hablando de bajar la guardia… Hace poco, en una entrevista con otro medio dijiste: “En esta profesión cambia todo muy rápido y cada mes me exijo mi máximo, ya que la competencia es alta.” ¿Con competencia te refieres al resto de artistas?

A ver, primero de todo, debo matizar que no veo a la música en sí como un terreno 100% competitivo. La música no es un deporte o un partido político, por ejemplo. Pero sí que, en este trabajo, desgraciadamente, hay mucha envidia y mucha gente que intenta trastabillarte. Es algo así como la deep web de esta industria y es muy, muy dura. Es difícil de explicar. Cuando hablo de la competencia hablo de que siempre me autoexijo. Intento innovar y ser el mejor o, por lo menos, ser todo lo bueno que esté en mi mano. Me gusta que la gente recuerde mis sesiones por aquel tema inesperado o aquella mezcla sorprendente. Si veo que repito demasiada música o que no avanzo como DJ, tengo que autoexigirme más. En este mundo, hay que intentar destacar para no morir, pero hay que hacerlo sin pisar a nadie.

 

¿Cómo defines tu música? ¿Dónde la encasillarías?

La gente me encasilla como artista de tech-house, pero en mis sesiones toco todos los palos: minimal, house, tech-house y, últimamente, en los últimos 30/40 minutos siempre suelo tirar techno. Mi seña de identidad son los mashups. Con ellos, intento que la sesión ‘suene a mí’. Trato de evitar que me encasillen en un género concreto, pero sí es cierto que aproximadamente el 70% de mis sesiones son de música tech-house.

 

El tech-house es un género tan atacado que, a veces, parece que incluso a los propios artistas del género os cuesta encasillaros en él.

Es, de largo, el género más atacado. A la gente más underground les da coraje criticar al tech-house. Hay gente que lo odia a muerte y no entiendo por qué. Hay tech-house muy malo, pero también lo hay muy bueno, igual que hay techno muy malo y techno muy bueno. El tech-house también puede presentar ritmos rotos, muchas vocales y, sí, es un género más feliz que otros más oscuros, pero es igualmente enérgico. Los artistas tech-house respetamos a los artistas techno y no me parece que suceda a la inversa. A nosotros, no se nos respeta.

¿Tú has encontrado en el tech-house tu género definitivo o quizás conoceremos a un Wade distinto en un futuro?

En realidad, yo he publicado ya música techno en los sellos de Coyu o Nicole Moudaber, así como otros sonidos minimal o deep tech, que es con lo que yo empecé. El techno me gusta mucho en cabina, sobre todo por ver las reacciones de la gente. A la hora de producirlo, me resulta demasiado machacón. El minimal, en cambio, es un género que me tienta mucho en el estudio. Tiene mucho groove, que es lo que yo necesito, y es muy puro. Creo que el minimal sería el mejor candidato si tuviera que producir otros géneros.

 

¿En este momento, Wade es más DJ o más productor?

Absolutamente 50-50. Aunque no esté lanzando música al mercado, estoy constantemente trabajando en mi estudio, produciendo mashups o temas que, aunque no lance, utilizo en mis sets. Yo nací como productor y lo de DJ me vino después. No hay tema que utilice en mis sesiones que no haya pasado antes por mi estudio. Los manipulo absolutamente todos, ya sea agregándoles compresión, claps, hats, vocales o lo que se tercie. Nunca utilizo un tema tal cual lo he comprado.

 

¿Puedo preguntar qué utilizas para editar los temas?

¡Claro! Utilizo Fruity Loops, el mismo programa que he utilizado a lo largo de toda mi vida para producir, crear y editar música.

 

Dreambeach ya en el saco y clubs como Industrial Copera o Fabrik ya asiduos en tu calendario. ¿Qué es lo próximo para Wade?

Acabo de abrir mi propia marca de fiestas, Criterio, que se estrenará en España, pero tiene proyección internacional. Todo arrancará el 11 de enero en Fabrik con una sesión mía all night long. Este año, me voy a centrar mucho en hacer crecer mi marca, junto a mi nombre. Seguramente, crearé también un sello discográfico paralelo y una marca de ropa. Todo, siempre, mientras crezco como Wade.

 

Y, en cuanto a fechas, ¿algo que ansíes especialmente?

Tomorrowland y Ultra Miami son dos festivales en los que me encantaría actuar. Llevo ya un par de años trabajando en ello, pero aún hay que esperar.