18 años para sellar la leyenda. 18 años esperando el último (y definitivo) disco de A Tribe Called Quest. A partir de ahora, el grupo podrá sacar más álbumes, incluso llamarse igual, pero ATCQ nunca será ATCQ sin Phife Dawg, fallecido en marzo de este año por complicaciones de salud.
Precisamente Phife Dawg fue el miembro que más bregó para que el grupo dejara de reunirse esporádicamente para tocar en directo y editara de una vez el esperadísimo sexto álbum. Y hubo que esperar a una actuación memorable en el Tonight Show de Jimmy Fallon, a finales de 2015, para que Q-Tip, embriagado por la energía de aquel directo, decidiera ponerse en mangas de camisa y reactivar la leyenda.
Un movimiento que, aunque súbito e inopinado, no estuvo exento de dudas. A Tribe Called Quest cambiaron la historia del hip-hop en los 90 con álbumes como People’s Instinctive Travels…, Midnight Marauders o The Low End Theory; obras maestras que introdujeron el jazz, el soul y los ritmos africanos en una escena dominada por la agresividad gangsta de la Costa Oeste y los beats pesados de la costra neoyorquina. No obstante, han pasado casi 20 años desde The Love Movement, un lapso abismal, y en plena era digital, con el trap como fast food dominante, los recelos acerca de la viabilidad de la fórmula ATCQ estaban ahí, bien visibles, en llamas.
Grabado poco después de la muerte de Phife Dawg, quien dejó sus ripios grabados a modo de epitafio, We Go It From Here… Thank You 4 Your Service es un milagro contra pronóstico. Una clausura a la altura de la discografía de ATCQ. Una obra infinitamente superior a The Love Movement, sin lugar a dudas el peor disco del grupo. Basta con leer los créditos para comprobar el crédito, valga la redundancia, que todavía conserva la Tribu. Busta Rhymes (por supuesto), Kendrick Lamar, Consequence, Jack White, Andre 3000, Anderson .Paak, y dos reinonas del calibre de Elton John y Kanye West ayudan a la causa. La fiesta del año.
Hay algo en este disco que trasciende las palabras. Se masca la magia. Es rap adulto hecho por y para adultos. Rap orgánico, vivo, con un alma resplandeciente que masajea tu cerebro como opio sanador. No hay ni un microgramo de nostalgia, todo parece responder a a lógica evolutiva del grupo. Los ritmos crujientes, los contrabajos jazzísticos, los punteos de guitarra, los saxos… el envoltorio habitual de la mandanga ATCQ se actualiza y se ajusta perfectamente a los nuevos tiempos.
Impulsado por el hit We The People, pegajoso, nervioso, cargado de mensajes políticos si no no sería ATCQ, el álbum es una obra de artesanía de estudio. En The Donald hay soul, percusión afro, funk, riffs improvisados, es como una jam session flotando en tu oído. Todos los tracks tiene un acabado que cuesta encontrar en estos tiempos de rap Youtuber. Space Program es un caleidoscopio jazzístico reparador. Solid Wall Of Sound es psicodelia dancehall en clave intimista a un nivel estratosférico, posiblemente uno de los mejores momentos del disco. Enough! te pide a gritos que abras la bolsita de hierba y te pongas a ello: soul narcótico sin adulterar. Mobius, bah, Mobius es una canción alucinante.
Y lo mejor es la voz gatuna que, cual dulcísimo pegamento, cohesiona todo el pastiche. En un mercado copado por perros ladradores, Q-Tip susurra, sestea, y seguramente por eso, por ese toque de desafección y pereza, la carga política de las letras del disco todavía cobra más impacto. Es otro de los triunfos contra pronóstico de un álbum que crece en mis adentros a medida que aumento el número de escuchas. En plena era del trap de laboratorio, We Got It From Here es un triunfo inesperado de los veteranos, una lección musical sanadora que debería sacudir el tablero de juego. Definitivamente, el rap necesitaba esta medicina más de lo que pensaba.