YOU GOT TO GET IN TO GET OUT: una investigación hacia la cultura del techno y la pista de baile

Performance de Michelle Rizzo

YOU GOT TO GET IN TO GET OUT es una investigación curatorial desde y hacia la cultura del techno y la pista de baile llevada a cabo por Sonia Fernández Pan y Carolina Jiménez en La Casa Encendida de Madrid. El proyecto, incluye una exposición, performances, talleres, un libro de autoría colectiva con diferentes ensayos críticos, una radio mensual de podcasts, un ciclo de cine y sesiones de música en directo. Entendido como una zona de contacto entre la cultura techno y el arte más allá de las diferentes representaciones que se han hecho de la pista de baile o el club, el proyecto se centra en la cualidad experiencial y material, tanto de la escucha y la pista de baile, como de las prácticas artísticas. Pone en valor así los conocimientos situados y que derivan de una experiencia directa, la dimensión sensorial y las diferentes historias que confluyen en una cultura que también forma parte de las problemáticas sociales actuales, así como de las historias de lucha y resistencia del pasado, presente y futuro.

Performance Ania Nowak

La exposición funciona por sinestesias y gestos subjetivos y repetidos (aspectos fundamentales de la pista de baile) entre las obras de los diferentes artistas, abandonando de manera consciente un relato homogeneizador e histórico para dar lugar a diferentes perspectivas de un “cuerpo de cuerpos” cuyo origen se ha ido perdiendo en las sucesivas hibridaciones dentro de la globalización sonora de las músicas techno. La creciente virtualidad de las comunidades, el carácter orgánico y vital de la arquitectura del club, el tránsito de los objetos de unas subculturas a otras, la supervivencia del patrón, la pérdida del origen de un tipo de sonido con infinitas hibridaciones, la historia colonial trasatlántica en la música techno, el afrofuturismo, la importancia animista de la luz y sus usos culturales, la condición espectral de las voces en la música house, el baile como espacio para la expresión y los vínculos sociales, la construcción de nuevos futuros resilientes y resistentes son algunos de los elementos que la exposición remezcla y pone en contacto dentro de los diferentes espacios de La Casa Encendida.

John Akomfrah

YOU GOT TO GET IN TO GET OUT, del 7 de octubre de 2021 al 9 de enero de 2022, es un trabajo colectivo de más de dos años que –en un momento en el que de nuevo y tras el cierre generalizado vuelven a abrirse los clubs y las pistas de baile– se suma a la complicada pero excitante biografía del techno, un término desbordado por sus propias prácticas sociales, hibridaciones sonoras y experiencias estéticas. El proyecto se presenta como un mix deliberadamente fragmentado de obras y artistas, conectados “mediante la síntesis de lo que podría llamarse la transitividad del ritmo 4×4 de la música electrónica”, donde es posible salir y entrar del techno sin abandonar un continuo sonoro que traspasa la membrana del club gracias a John Akomfrah, Sergi Botella, Lucía C. Pino, Tony Cokes, Lou Drago, Cyprien Gaillard, Paula García-Masedo, Frédéric Gies, Rubén Grilo, Ania Nowak, Michele Rizzo o Alona Rodeh.

Love Parade 1991 (Berlín)

En el título del proyecto convergen dos frases que las comisarias toman prestadas del pasado. YOU GOT TO GET IN TO GET OUT fue el rítmico lema de la carroza del club Tresor en la Love Parade berlinesa de 1991, carroza que albergaba una pista de baile en su interior. El continuo sonoro que nunca se acaba es una alteración de una frase dicha por Miguel Ángel del Ser, bajo el nombre de Psicolabio, en su programa mensual de la estación de radio madrileña Svala Radio.

Exposición

YOU GOT TO GET IN TO GET OUT ocupa cuatro de las cinco salas expositivas
de La Casa Encendida con siete piezas (tres de ellas de nueva producción) a cargo de Tony Cokes, Cyprien Gaillard, Alona Rodeh, Jon Akomfrah, Lucía C. Pino, Rubén Gilo y Paula García-Masedo. Como en un club nocturno, el conjunto de obras y espacios recrea el ritmo 4×4 propio de la electrónica no tanto desde el sentido del oído, como desde la vista (cambios de luz, oscuridad), el tacto (temperatura, la vibración de la piel ante el sonido, los cuerpos) o la experiencia colectiva (el ritual, el control y la seguridad, el baile “en espejo”. Así mismo, invita a romper estereotipos sobre el origen de las músicas techno y el eurocentrismo -Berlín, Detroit, Chicago, Jamaica-.

Nightlife (2015). Cyprien Gaillard.

Instalación y película en 3D que se rodó durante dos años en varios lugares,
incluidos Cleveland, Los Ángeles y Berlín. Nightlife comienza a los pies de El
pensador de Auguste Rodin, una escultura expuesta en el Museo de Arte de
Cleveland que fue parcialmente destruida en un atentado con bomba en 1970 atribuido al grupo político de izquierda radical Weather Underground, que tenía como misión derrocar el imperialismo estadounidense. El segundo episodio sucede en Los Ángeles, gracias a la danza nocturna de la exuberante vegetación que habita la ciudad y que incluye plantas exóticas importadas para los Juegos Olímpicos de 1932 que allí tuvieron lugar. A continuación, un drone asciende por el aire para ofrecer la visión de un evento de fuegos artificiales celebrado en el Olympiastadion de Berlín, sede de los Juegos Olímpicos de 1936. Este edificio, construido durante el régimen nazi, fue el lugar en el que el atleta Jesse Owens ganaría cuatro medallas de oro y recibiría el mismo número de robles ingleses por parte del Comité Olímpico. La película termina con un descenso a tierra, hasta el
único de aquellos robles que se conserva en la actualidad y que sería plantado posteriormente por Jesse Owens en el instituto de Cleveland donde se entrenó a lo largo de su carrera como deportista olímpico. La estructura circular de la película se acompaña por una banda sonora original que utiliza en bucle un fragmento de la versión dub de la canción “Blackman’s Word” de Alton Ellis, sustituyendo una frase de la letra original, “I was born a loser”, por “I was born a winner”.

Grand Bal (2021) Medidas variables. Lucía C. Pino

El término techno incluye muchas experiencias, espacios y arquitecturas
diferentes entre sí. Más allá de la referencia directa a un tipo de música, es una cultura que trasciende su dimensión sonora para incluir diversas manifestaciones políticas y estéticas a lo largo de sus casi cuatro décadas de historia. Grand Bal es una escultura de gran formato donde resuenan estos espacios y estéticas a través de elementos arquitectónicos y materiales agregados que parten de una noción de “muro”. La improvisación que existía en los muros de los clubs es también parte de la escultura. Otros elementos de Grand Bal funcionan como metáforas físicas y sinestesias: los fluidos corporales y las sustancias recreativas de la pista de baile también producen momentos de deshidratación, reflejados aquí como fósiles de un cuerpo colectivo que se evapora con su propio movimiento. Grand Bal está basado también en la propia experiencia personal de Lucía C. Pino en clubes como ACTV (Valencia) o Libelo 57 (Bologna, Italia) a finales de los años 90 y principios de los 2000, lugares en los que pasaban cosas que ahora difícilmente podrían pasar.

Orbe (2021) Video vertical 4K en bucle. Rubén Grilo.

El control del fuego, una de las tecnologías más antiguas y esenciales, no solo es indispensable para la supervivencia, sino que desde el principio de los tiempos logra inevitablemente reunir a los humanos a su alrededor. Forma comunidades. Comunidades que comparten con las de la cultura de club una condición efímera y ubicua a la vez, subordinadas a la duración del fuego y de la música. Orbe muestra una hoguera que ha sido generada íntegramente por ordenador, y que por lo tanto solo existe en la pantalla. La pantalla, que también en sus orígenes estaba vinculada a la comunidad, pero ha evolucionado hasta el uso individual. Orbe es una hoguera imaginada artificialmente que, aunque consigue recrear el poder narcótico y concertador de las llamas, nos hace dudar sobre la calidez de una comunidad sin cuerpos.

Umbral (Flight Jacket) (2021). Paula García-Masedo.

Las chaquetas militares y las vallas son dos dispositivos materiales que hablan sobre la repetición seriada y la fabricación industrial de la que participan ciertos objetos culturales de las subculturas techno. Aparece la dimensión tecnológica del recorte, del patrón, como un proceso sin fin de doble identificación y alienación como estrategia para la propia supervivencia de una subcultura. La pieza reflexiona sobre la circulación global de la sociedad de consumo a partir de la experiencia concreta de las chaquetas bombers y las vallas, desde una mirada que posibilita destrabar la sensualidad y el significado micropolítico de sus implicaciones para comprender las formas de antidisciplina y resistencia que se sostienen en la vida cotidiana.

Dark Ages 2020. Instalación (2019) Alona Rodeh.

En medio de la oscuridad surgen seis esculturas lumínicas instaladas siguiendo un patrón en forma de cuadrícula. Estos objetos, híbridos de farolas, bolardos de gran tamaño, columnas, piezas de ajedrez o tótems futuristas se encienden y apagan siguiendo una repetición continua que genera una ritmicidad plástica. Dark Ages 2020 indaga en los usos culturales (especialmente modernos) de la luz y la oscuridad (especialmente arquitectónicos), así como las tecnologías actuales de iluminación producidas para infraestructuras públicas, obras viales, servicios de
emergencia o pistas de aeropuertos. La instalación introduce un haz de tensiones entre iluminación y oscuridad, entre inseguridad y protección, entre oscuridad íntima y oscuridad pública.

The Last Angel of History, 1995 Vídeo. Jon Akomfrah.

Un examen de las relaciones entre la cultura panafricana, la ciencia ficción, los viajes intergalácticos y la tecnología informática en rápido progreso. Un
documental-ficción con Derrick May, Octavia Butler, A Guy Called Gerald, DJ
Spooky, Juan Atkins, entre otros, y la ‘participación’ estelar de Sun Ra. Y con el ritmo, que viaja a través del tiempo y el espacio, como “la primera tecnología afrofuturista de la historia”, que se convierte además en hilo que enlaza la carrera espacial, la diáspora, la ciencia ficción, los cantos espirituales negros, el P-Funk y el techno.

Mikrohaus, ¿or the black atlantic?, (2008), video. Tony Cokes.

Cinta de 30 minutos que presenta la transcripción de una serie de entrevistas con música. Usando la estrategia del DJ, Tony Cokes construye discurso mediante citas. El proyecto se inspiró en la obra del crítico musical Philip Sherburne que acuñó el término Micro House para describir la conjunción entre el minimal techno y el house a principios del siglo XXI. El video sitúa en primer plano cómo se consumen las expresiones culturales pop afro y se reinterpretan e hibridan para consumo de masas globales. El trabajo también presenta entrevistas fragmentadas con productores de techno / house alemanes contextualizadas por comentarios de artistas de techno de Detroit y que discuten la relación entre sus prácticas, las tradiciones musicales afroamericanas, y cuestiones de política racial, percepción e identidad.

Performances

HIGHER xtn., de Michele Rizzo.

HIGHER xtn. es una adaptación de la pieza HIGHER creada por Michele Rizzo en 2015 para el Stedelijk Museum de Amsterdam, que explora el club como espacio para la autoexpresión y para generar vínculos. A partir del trabajo de autores como Julia Kristeva, Boris Groys y Mihaly Csikszentmihalyi, Rizzo examina cómo la danza puede facilitar estados de fluidez, totalidad y trascendencia, y reconoce la conexión entre la danza y las prácticas pararreligiosas. La pieza se interesa por el poder catártico y transformador del techno, cuyos ritmos repetitivos pueden difuminar temporalmente los límites percibidos del cuerpo. Atiende al importante papel que los clubes desempeñan como espacios de reunión para los grupos minoritarios, así como al modo en que fomentan la intimidad pública, mientras sirven como entornos para la experimentación de identidades. En HIGHER xtn. los bailarines navegan los límites entre el yo y el colectivo. Mientras despliegan movimientos mínimos y repetitivos, la repetición de la coreografía reconfigura el grupo en un solo cuerpo. La hipnótica banda sonora de Lorenzo Senni se intensifica en sincronía con los movimientos de los bailarines.

Deep Inside, de Ania Nowak.

En su nueva performance, la artista escucha las voces que impulsaron los
ritmos del house para convocar a muchas cantantes olvidadas desde hace
tiempo, a menudo marginadas por su género y su raza. Nowak habla con los fantasmas de esas voces, honrándolas como líderes y compañeras. La pieza ha sido desarrollada en colaboración con Justyna Stasiowska (sonido) y Grzegorz Matląg (vestuario).

El tío Caramelo, de Yandira aka Sergi Botella.

Un tío valenciano llamado Carmelo, a quien Sergi Botella cambió el nombre, da título a este proyecto musical, textual y performativo. La pieza parte de la escena musical valenciana de finales de los 80, exactamente en el mismo momento en que el artista tomaba sus primeros vinos con el tío Caramelo. Diferentes mezclas de estilos sonaban en los clubes de la ciudad,
especialmente en la Albufera: EBM, techno primigenio, punk o electrónica
experimental que condujeron a la producción de una música específica que
bebió de estas influencias. Diferentes artistas de la ciudad de Valencia fueron conformando un sonido con denominación de origen, con multitud de artistas y plataformas discográficas. Tan rápido evolucionó la escena que muy pronto terminaría viéndose inmersa en la masificación y la mutación de estilos. Durante aquel corto periodo que se sitúa entre el 86 y el 92, una nueva música de club basada en la repetición rítmica y melódica menos agresiva que las venideras se proponía tanto para el baile como para la escucha. Esto sucedía en Valencia mientras Underground Resistance aterrizaba en Europa. La performance El tío Caramelo incide en un aspecto de la doble escucha de la música de club, la de baile y la cerebral: la revisión del sonido de la época dorada de Valencia mediante la construcción de composiciones musicales basadas en aquellas estructuras desde una revisión personal y el análisis a través del texto y el habla de todo aquello que relaciona su escucha con cierta ficción generada desde lo autobiográfico.

Lou Drago: Conferencia performativa y sesión de escucha

Conferencia. Radical Sociability: Enacting Intersectional Affinity (15 de octubre). Durante el movimiento #metoo fue patente el auge de la cultura de la llamada (call-out), una técnica que se fundamenta en el uso de las redes sociales para amplificar voces hasta ahora silenciadas. En esta conferencia performativa en inglés, Lou Drago subraya la importancia de preservar su potencia e introduce un nuevo término que imagina un futuro alternativo donde la sociedad polarizada puede construir relaciones y coaliciones resistentes. Drago presentó por primera vez una versión de estas ideas en febrero de 2020. Esta charla incluye el concepto inicial y amplía las formas en que este pensamiento ha sido moldeado durante el último año y, quizás lo más importante, algunas sugerencias sobre cómo mitigar los males de la cultura de “la llamada”.

Sesión de escucha. Suspending Time: Meditations for accessing alternate
space/time in music. La sesión de escucha especula sobre diversos tipos de música que potencian la experiencia de un tiempo no lineal. Se invita al público a interactuar con la música con el objetivo de intentar experimentar una suspensión del tiempo. La mayor parte de la música occidental suele escucharse dentro de un marco lineal, recordando lo que ya se ha escuchado y anticipando lo que vendrá después. A menudo, sin haber escuchado nunca una pieza musical, es posible anticipar la siguiente frase por la forma en que fue sugerida anteriormente en la pieza. Johnathan Kramer introdujo el concepto de tiempo vertical en la música
tras experimentar una interpretación de las Vexations de Erik Satie. Kramer se encontró con la sensación de haber agotado el contenido informativo de la obra y dijo “aburrirse, quedar preso de una pieza irremediablemente repetitiva”. La experiencia del tiempo se hizo cada vez más lenta, amenazando con detenerse. Pero a través de este aburrimiento, Kramer descubrió un modo diferente de escuchar. Al liberarse de considerar el pasado y el futuro de la música, el presente se expandía; de repente era posible entrar en el “tiempo vertical de la pieza”. Se puede trazar un vector entre este modo alternativo de escuchar música y numerosas prácticas de meditación y atención plena que, de forma similar, hacen hincapié en la importancia de hacerse presentes en el presente. Tal y como la concibe Lou Drago, la meditación puede utilizarse para obviar el pensamiento con el fin de aliviar temporalmente el peso de la autoconciencia y otras ansiedades.

Technosomatics, taller con Frédéric Gies.

En este taller, el bailarín y coreógrafo Frédéric Gies comparte, por primera vez en España, una práctica de movimiento desarrollada por él mismo que consiste en una exploración colectiva –e individual– de las glándulas endocrinas (el principal sistema químico de nuestro cuerpo) y los chakras (centros de energía) a través del baile de club con música techno. Pero también es al contrario: una exploración del baile de club mientras se encarnan las glándulas endocrinas y los chakras. Technosomatics, como forma de meditación en movimiento, explora los estados de conciencia en trance y reconoce el potencial curativo del acto de bailar. También aborda el baile de club como una herramienta para el autodescubrimiento y para ampliar el alcance de nuestras percepciones. Se practica sobre todo con los ojos cerrados, en una habitación muy oscura. Gies hace hincapié en la experiencia del cuerpo y explora mapas alternativos que coinciden y se desvían del mapa científico convencional del cuerpo.

Cine

Del 19 de junio al 9 de enero de 2022. Ciclo “Luces en la noche”. Un recorrido sobre la esencia de la música techno con una sesión dedicada a
sus principales representantes; otra centrada en el paisaje local a través de dos territorios icónicos, Ibiza y la ruta del Bakalao, y, por último, una aproximación al techno desde otras perspectivas. Más allá de un movimiento musical y de la imagen hedonista tradicionalmente asociada a ella, la música electrónica de baile se ha convertido en una poderosa arma emancipadora, creando espacios de libertad en los que los cuerpos disidentes, no normativos, los excluidos y los oprimidos, han encontrado el refugio para expresarse tal cual son creando también espacios políticos y comunitarios de intercambio de ideas, de activismo y luchas sociales. Comisariado por Enrique Piñuel. Programa:

Never Stop – A Music That Resists, de Jacqueline Caux. Francia, 2017.

If I think of Germany at night, de Romuald Karmakar. Alemania, 2017.

Manchester Keep dancing, de Javi Senz. UK – España, 2017.

Es imposible no puede ser, de Andrea González. España, 2020.

Donde nada ocurre, de Irene de Andrés. España, 2013-2016.

Bring Down the Walls, de Phil Collins. EE.UU. Alemania, 2020.

Everybody in The Place: An Incomplete History of Britain 1984-1992, de
Jeremy Deller. Reino Unido, 2019.

Si c’était de l’amour, de Patric Chiha. Francia. 2020.

Brontosaurus, de Sam Taylor-Wood. Reino Unido. Reino Unido, 1995.
Fiorucci made me Hardcore, de Mark Leckey. Reino Unido, 1999.

Dancing in the space, de Kaoru Katayama. Japón / España, 2005.

Instructions of the immortal jellyfish, de Rosana Antolí. Reino Unido, 2019.

Programa de conciertos


5 noviembre. Peder Mannerfelt, Suiza

12 noviembre. Valentino Mora, Italia

19 noviembre Topanga Kiddo, España

26 noviembre Rrose, EE. UU / Reino Unido

3 diciembre Adriana Lopez, Colombia

10 diciembre Grand River, Italia / Países Bajos

Libro

El libro YOU GOT TO GET IN TO GET OUT pretende ser una posibilidad, entre muchas, de inscripción, sentido, memoria y expansión de la cultura techno. La experiencia y el conocimiento situado de sus autoras y autores, tan diverso como complementario, producen una historia de historias donde entrelazamientos continuos y tácticas de resistencia dan lugar a una pista de baile corpórea que traspasa muchas fronteras, incluidas las del club y de la noche. Esta publicación ha sido concebida, incluso desde el diseño, como una sesión de lectura a la manera de un mix, en la que sus textos no sólo expanden un continuo sonoro material, sino que comparten gestos, ecos y movimientos de una cultura global que lleva varias décadas bailando. Participan en el libro: Tony Cokes, Carolina Jiménez, Matthew Collin, Frankie Decaiza Hutchinson, Magui Dávila, DeForrest Brown Jr., Mateusz Szymanówka, Gavilán Rayna Russom, Sergi Botella, Cio D’Or,
Tara Rodgers, Enrique Mena, Miguel Ángel del Ser, Sonia Fernández Pan y
Kentaro Terajima.

Podcast

La serie de podcasts recoge dos de los aspectos que están en el origen del
proyecto general: la escucha y el gesto. Una escucha situada e hipervinculante que es capaz de contaminar todos los espacios de la vida, más allá del club o de la temporalidad ambigua de la noche y sus presunciones; y la dimensión gestual del baile techno, gracias al “baile en espejo”, préstamo iterativo de movimientos en constante transformación y expansión entre numerosos los cuerpos anónimos de la pista de baile.
En el programa de podcast participan F-on (Alfonso Pomeda), rkss, Cio D’Or,
tuuun, Magui Dávila y Felisa, Efe Ce Ele aka Feli Cabrera López, Damián
Schwartz, Aho Ssan, Rey Sapienz, Refracted, Paula Koski, Hyperaktivist –
DJ, Adriana Lopez y Femanyst.

Tienes toda la info de YOU GOT TO GET IN TO GET OUT aquí.