Entrevistamos a La Ind0: uno de los mejores DJs de la nueva escena electrónica madrileña: talento, gusto y clase. Mix exclusivo para Beatburguer.
Te conocimos hace unos años, cuando rebuscabas en cubetas de tiendas de segunda mano maxis de disco bizarro, una rara avis en un Madrid donde imperaba la zapatilla y lo más finito y raro se daba cita en el Space. Más tarde nos hiciste de guía por el underground de la capital: garitazos infames (por lo general panaderías y prostíbulos de baja estofa) donde pinchaban personajes anónimos una música equiparable a lo que se escuchaba por aquel entonces en círculos homosexuales y de sadomasoquismo en Nueva York o Berlín. ¿De Dónde sale La Ind0?
Empecé a pinchar a los 19 años, cuando me pude comprar mi primer equipo: un par de platos Gemini y una mesa Acoustic Control. Aunque la cosa me venía de antes, ya a los 13 años, un novio que tenía mi hermana empezó a pasarme cintas grabadas de Thë Omën, club mítico de la capital en el que era residente Oscar Mulero. Ahí me entró el gusanillo. Pero la verdad, siempre he sentido una especial atracción por sonidos más cálidos y cercanos al house, un estilo al que no siempre se trata tan bien como se merece. Sí es cierto que hoy en día trato de alejarme de etiquetas o estilos para buscar un sonido divertido en el que todo cabe: house, breaks, disco, italo, techno, afrobeat. Eso sí, sigo sintiendo pasión por las estructuras 4/4. Por otro lado, me estoy planteando desempolvar mis vinilos de techno por pura diversión, para pinchar con un nuevo aka.
Siempre te has movido por esos ambientes de mariconeo fino, de homosexualidad con gusto por la electrónica de calidad, alejada del petardeo histérico y del poperazo vulgar del house trotonero. ¿Con quién compartes gustos en Madrid? ¿Qué proyectos tienes?
El pasado mayo dijimos adiós a House Entre Amigas, la fiesta que durante dos años hemos organizado con Santi Xpansul, J Malevo e IMEK. Y lo hicimos por todo lo alto, con la visita de la neerlandesa Kamma como invitada especial. Y no defraudó. Esa mujer es una maravilla y me atrevo a decir que estamos ante una estrella internacional inminente. Respecto a la fiesta, han sido dos años en distintas salas (Republik, Ballesta, La Noche de el Sol) por las que han pasado cantidad de amigos y artistas locales, pero a la que de manera natural hemos decidido dar carpetazo para seguir cada uno con sus proyectos. ¡Y tan amigas! Luego está ¡VIVAS!, la fiesta que tengo con J Malevo, que se venía celebrando periódicamente en el rooftop del Hotel ME, en pleno centro de Madrid. Una fiesta dedicada a sonidos cálidos, que no cándidos, y sin más pretensiones que las de pasarlo bien pero que, por causas ajenas a nosotros, está en proceso de reubicación. Ahora estoy poniendo en marcha nuevos proyectos cara a septiembre. En breve tendréis notícias de ellos.
La escena electrónica nacional sigue siendo un campo de nabos. ¿Cómo ves el papel de la mujer en el mundo DJ?
Estamos viviendo un momento muy interesante para las mujeres artistas y creo que el que no esté de acuerdo con que las cabinas sean más inclusivas y abiertas, debería hacérselo mirar. Las mujeres llevan años esforzándose el doble para conseguir lo mismo que sus compañeros hombres, y esto no puede ser. Por eso, cuando las condiciones empiezan a ser favorables para que mujeres y/o artistas no cisgénero triunfen, muchos se sienten amenazados o atacados, cuando lo que deberían hacer es celebrarlo y apoyar. Solo así se entienden los ataques continuos a artistas como Nina Kraviz o Peggy Gou (lo de Vakula fue una vergüenza). Luego está el caso de Amelie Lens, artista a la que no dejan de criticar desde todos los flancos posibles. A mí, personalmente, no me interesa para nada lo que hace pero lo que está claro es que si fuese un hombre no se le criticaría de igual manera, y ahí está el verdadero problema. A nivel más local, creo que los promotores deberían tener siempre en cuenta el hecho de que hay que trabajar para incluir a más artistas femeninas en sus fiestas. Por supuesto, no hablamos de invitar a actuar a alguien solo por el hecho o no de ser mujer, sino de buscar artistas afines a tu concepto/fiesta e intentar configurar unos line ups cada vez más paritarios. Si se quiere, se puede. O al menos, hay que intentarlo porque es responsabilidad de todes.
Te hemos visto pinchar tanto con vinilo como con archivos digitales. ¿En qué ámbito te sientes más cómodo? ¿crées que es más meritorio pinchar en vinilo?
No entro en esta polémica porque me parece absurda. Si tengo que elegir, preferiré pinchar con vinilo siempre porque me gusta, me divierte y es lo más natural para mí. Pero en la actualidad no todas las cabinas cuentan con platos o, si lo hacen, las condiciones no son las más idóneas. Una pena, pero es lo que hay. Es cuestión de adaptarse. Para mí, un set perfecto cuenta tanto con platos como con CDJ’s. Lo que sí es cierto es que la democratización de los equipos tiene cosas buenas y malas. Está bien que cualquiera pueda empezar a pinchar sin necesidad de gastarse un riñón y parte del otro, pero creo que hacer ese esfuerzo extra que era invertir dinero no solo en equipo, también en discos, hacía las veces de filtro. Un filtro que hoy no existe, lo que hace que crezcan “djs” de todo a 100 como setas (Kiko Rivera y derivados). Que por supuesto juegan en otras ligas y tienen otros públicos, pero distorsionan la imagen de lo que es (o debiera ser) un dj.
¿Qué artistas tienes como referente? ¿A quién te gusta bailarle?
Del panorama nacional me quedo con Fabio Vinuesa, Savino & Baldman, Parallax, Jackwasfaster, el dúo Iguana (Gela/Madame Excuse), Dj F + F-On (Madrid), Pau Roca, Brenda (BCN); las chicas de Shakin Piñas (Valladolid). De fuera me gustan mucho Kamma, Masalo, Donato Dozzy, Antal, Hunee, Palms Trax, Jamie Tiller, Raphael Top Secret, Carista…
Nos entregas un mix… ¿Qué tenemos ante nosotros?
Una hora llena de reminiscencias tribales y africanas, regusto italiano y alma ácida. Muy mi rollo ahora mismo. Espero que lo disfrutéis tanto como yo grabándolo. No me gusta hablar mucho ni catalogar lo que hago o lo que pincho. De hecho no me gusta hablar con periodistas. El periodismo hoy en día es buzoneo delictivo.