µ-Ziq: 1979 (Balmat)

Dos años después de su debut en Balmat con “1977”, Mike Paradinas regresa con “1979”.

La continuidad entre ambos discos es evidente, y no solo por sus títulos. Ambos capturan al líder de Planet Mu adentrándose en la inmensidad, buscando algo: recuerdos a medio formar, pensamientos suspendidos en el aire, en algunas de las composiciones más abstractas y exploratorias que ha publicado.

Al igual que “1977“, “1979“presenta un amplio abanico de paisajes sonoros etéreos, ominosos abismos y extrañas fugas psicodélicas, con predominio de sintetizadores. Como su predecesor, la atmósfera del nuevo álbum lo distingue de gran parte del trabajo que Paradinas ha publicado como µ-Ziq en Planet Mu. No es estrictamente un disco de ambient, pero se le acerca bastante, tanto como este artista, famoso por su versatilidad, se acerca a un género en particular.

La inspiración de Paradinas para este disco surgió de sus visitas a las ciudades españolas de Ávila y Majadahona, de donde procede su familia.
Esto podría explicar la sensación de que hay espíritus revoloteando en esta música, presencias que se pueden intuir aunque no comprender del todo.

Pero 1979 es también un disco para descubrirlo a tu manera y encontrar tus propios significados. Es un disco impresionante, cada tema un mundo en sí mismo: los misteriosos contornos de “Majadahona at Dawn”; los juguetones
toques melódicos de “Clari”; la etérea melancolía de “Galletas”; el abandono total del breakbeat (sí, has leído bien) de “Houzz 14”, la más inusual incursión de Balmat en la pista de baile. Hay ecos del braindance clásico y del ambient aislacionista, y del IDM de la época dorada; hay guiños, temas recurrentes y simetrías ocultas. Cada vez que lo escuchamos, descubrimos algo nuevo. A pesar de lo que pueda sugerir el título, se trata menos de un viaje en el tiempo que de un portal a otro universo, un destino cuyas coordenadas exactas solo conoce Mike Paradinas.