Late Music presenta una nueva colección de Sarah Davachi: música para conjuntos de cámara y para intérpretes solistas: para órganos, cuerdas, trombones, instrumentos de viento, voces y electrónica.
Sarah Davachi, compositora electroacústica canadiense, combina la síntesis analógica con instrumentos acústicos, desde órganos y pianos hasta cuerdas y vientos. Te hemos hablado sobradamente de su obra, puedes recuperar esta entrevista que le hizo Miguel Pardo justo hace un año.
Late Music presenta una nueva colección de Sarah Davachi: música para conjuntos de cámara y para intérpretes solistas: para órganos, cuerdas, trombones, instrumentos de viento, voces y electrónica.
“Las siete composiciones de este álbum, escritas entre 2022 y 2024, forman una suite conceptual y una observación de las danzas mentales que construimos para comprender los actos de paso; las formas en que nos comunicamos, conmemoramos y llevamos símbolos de regreso al mundo más allá de la representación“, dice Davachi.
“Con este fin, The Head As Form’d In The Crier’s Choir utiliza dos referencias al antiguo mito griego de Orfeo: Sonetos a Orfeo de Rainer Maria Rilke, una colección de poemas de 1922, y L’Orfeo de Claudio Monteverdi, una ópera barroca temprana de 1607. El mito de Orfeo cuenta la historia de un músico que, afligido por el fallecimiento de su esposa, Eurídice, desciende al Hades para persuadir a la deidad de los muertos para que regrese. En el camino, Orfeo seduce a quienes bloquearían su paso con la música profundamente lamentable que evoca de su lira. Hades acepta, pero con una condición: Orfeo no debe darse la vuelta para mirar a Eurídice hasta que ambos vuelvan a entrar en el mundo de los vivos. No es de extrañar que, cuando se acercan a la superficie, Orfeo se ponga nervioso y se dé la vuelta para confirmar la presencia de Eurídice detrás de él, con lo que la enviará de vuelta al inframundo para siempre. Según cuenta la historia, Orfeo canta a la muerte para que se lo lleve; cuando un grupo de ménades le concede finalmente su deseo, la cabeza desprendida de Orfeo y su lira flotan río abajo, continuando su triste canción“, añade Sarah Davachi.