
Hablamos con uno de los artistas más prolíficos y excéntricos de la escena de club de Nueva York, Daniel Fisher (Physical Therapy). Después de cuatro años lanza su segundo álbum con su pseudónimo Car Culture, focalizado en el ambient, la música experimental o el chill out.
El pasado 9 de octubre Daniel Fisher (que también lleva el excelente sello Allergy Season) presentaba su segundo trabajo como Car Culture: “Rest Here”. En él mantiene la propuesta nebulosa, marciana y algo regresiva de su predecesor “Dead Rock”, pero esta vez lo hace en el sello de Priori, naff recordings, con un sonido mucho más orientado al indie de fin de siglo. Esta mirada retrospectiva hacia los sonidos formativos adolescentes no es, sin
embargo, una deriva reaccionaria, sino una reconexión con emociones que se entienden como espacios seguros; lugares a los que su autor volvió en cuarentena… Y al mismo tiempo contextos para el desenfado, una experimentación algo más tontorrona, extravagante, e instantes de una sensibilidad tenue y sutil. Aprovechando dicho lanzamiento, entrevistamos a Fisher, que nos atendió desde La Gran Manzana mientras preparaba los últimos detalles para las que están siendo sus primeras actuaciones en
riguroso directo.
Para mí, Car Culture es un proyecto que establece una extraña conversación sobre el tiempo. Liminal y también refractando el pasado. Recuerdo que en “Dead Rock” hay un track que está en “Safety Net”, creo que es “French Exit“, pero sin el breakbeat. Igualmente, en “Rest Here“, el spoken word de “Rockland Country”, se puede encontrar en “Remissions 3”. Siento que en este nuevo álbum hay una especie de reconciliación con la música que te interesaba antes de pasar a dedicarte al clubbing, y me fascina mucho este viaje que muchos de nosotros hemos hecho desde performar el Pitchfork Toy Boy a ser nerds de la música electrónica. “Rest Here” conecta con esa herencia indie, dejando de ser un álbum basado en samples como
las otras cosas que has hecho y quería preguntarte cómo fue a nivel personal reconectar o hacer este tipo de música y también cómo fue trabajar instrumentos de verdad, más con música analógica y algo menos basada en el sampling.
Para mí fue un proceso muy orgánico. Me consumió tanto la música electrónica cuando me convertí en DJ y empecé a salir a fiestas que, como puedes imaginar, se transformó en toda mi vida y realmente no tenía mucho tiempo ni interés para escuchar lo que escuchaba en el instituto. Sigo escuchando mucho folk, reggae y cosas así, pero la conexión con el indie rock, shoegaze… Eso lo había perdido un poco y durante la pandemia empecé a reconectar con ello. Estaba deprimido y solo quería escuchar lo que me gustaba en el instituto. Eso me llevó a profundizar más, a descubrir cosas nuevas, a conectar con amigos hablando sobre ello, a conocer el Midwest post-emo… Así que eso era lo que escuchaba y luego, cuando pasé a ver las maquetas de Car Culture definitivamente había muchos de esos sonidos y melodías allí. Las maquetas originales comenzaron como una mezcla de muestras y aromas que luego convertí en sonidos de guitarra mediante mi procesamiento de efectos y demás. Más tarde, trabajando con Patrick Holland, Priori y J. Albert, empezamos a reproducir muchos de los sintetizadores, de los breakbeats con instrumentos en directo para
añadir nuevas partes y seguir avanzando. Es gracioso, porque mientras preparaba el show en directo, lo tocaba y había bajo, guitarra y pensaba que cada vez se parecía menos a un proyecto de electrónica. Pero gran parte del álbum sigue inclinándose más hacia la música electrónica.

Oh, sí. Una cosa que he anotado, pero que no iba a mencionar, es que me encantó algo que decía la nota de prensa sobre el álbum, una descripción del sonido: “en algún lugar entre la disonancia cognitiva que pudre el cerebro y el sentimentalismo lacrimógeno.”. Es cierto que “Rest Here” suena completamente diferente en términos técnicos al disco anterior y me sorprendió mucho que tenga un estado de ánimo tan similar sin resultar ni siquiera parecido.
Soy una persona un poco tontorrona, incluso en mis proyectos más serios intento crear imágenes divertidas y cosas por el estilo. Es como si, aunque esté componiendo música muy intensa emocionalmente, quisiera que también existiera de una forma en que se pudiera poner para relajarse. No es que consuma por completo en esa faceta o resulte central, pero está ahí si la necesitas y si la quieres de la música, como si estuviera presente melódicamente y en las capas. Si es lo que quieres de esta música, también es algo agradable para poner y desconectar.
Recuerdo una playlist que hiciste para The Interview Magazine y que describías como “triste y cachonda”, y sí, de algún modo, tu música puede ser triste si quieres, pero también es un poco tonta, no tonta en el sentido de poco seria, sino más bien agradable y desenfadada como «eh, relájate”. Trabajas con muchos estilos y mentalidades diferentes en la producción, pero creo que, como decía, con Car Culture, siempre hay una dulzura o ternura, algo curativo o protector. Ahora vas a hacer conciertos en directo, así que, sabiendo que ya no se trata de la pista de baile, me gustaría que me contases cómo vas a enfocar los conciertos en directo y cómo ha sido la experiencia de preparar una actuación en vivo, qué equipo técnico vas a utilizar, etc.
Sinceramente, ha sido una experiencia de aprendizaje muy intensa para mí. Nunca había hecho un directo, mi forma de hacer música es muy espontánea, durante días, meses, semanas, años, simplemente jugando con ella. Con “Rest Here” mucha gente acabó contribuyendo con pequeñas partes. El disco no está hecho de la forma en que algunos de mis amigos lo hacen, porque simplemente utilizando samples no les resulta difícil recrearlo. En mi caso, tengo que empezar desde cero absoluto. Luego ha evolucionado mucho. Al principio quería tocar la batería porque es un instrumento que manejo. Luego empecé a aprender a tocar el bajo. Así que ahora la forma en que lo voy a hacer es tener un ordenador que toque parte del acompañamiento, que se conecta a una mezcladora, y luego tengo mis efectos y también toco el bajo en gran parte y hago algunos vocales. Normalmente, también habrá otro guitarrista. Como el álbum es así, hay mucha guitarra y se centra mucho en esos sonidos, cuando lo estaba montando no me parecía bien limitarme a darle al play en un solo de guitarra. Así que creo que, dependiendo de dónde y cuándo sea, algunos amigos se unirán y tocarán y sí, creo que todavía queda mucho trabajo por hacer para los conciertos de dentro de dos semanas, pero siento que está evolucionando muy bien hacia algo genial. Es difícil con los directos de música electrónica, te puedes imaginar, a menudo estás viendo a alguien sentado frente a un ordenador y, por lo que alcanzas a entender, solo está pulsando el play. Muchas veces creo que es así, especialmente si tienen visuales complejas sincronizadas. Quizá no tenga mucho sentido hacer cosas en directo, pero yo quería hacer algo que fuera un poco interesante para mí y para el público y que, con suerte, transmitiera una sensación más humana. En lugar de solo ver un ordenador.
Eso está bien y también puede relacionarse con la herencia indie. Ya sabes, porque hay una obsesión con que todo sea real, todo sea en directo y auténtico…
Me encantaría que el proyecto siguiera adelante. Me encantaría tener una banda, creo que sería una forma genial de presentar las canciones y el nuevo material que estoy componiendo, que es aún más complejo, pero ya veremos. Eso depende de lo que internet decida, por así decirlo.

También me interesa mucho cómo enfocas este rechazo a la seriedad techno, lo llamaré así, en el modo en el que te vistes y presentas. Negarse a ser una persona seria en el mundo del techno y hacer cosas divertidas, ese humor del que hablaste antes, creo que es algo incluso plástico. He oído que te gusta ser travieso, creo que eso se manifiesta en muchas áreas de tu mundo creativo y quería saber por qué crees que es importante renunciar a ese academicismo techno, incluso sabiendo que tienes un impresionante conocimiento y bagaje musical.
Creo que es interesante echar la vista atrás a los años 90, aparte de gente como Jeff Mills y otros, que obviamente siempre se lo tomaban muy en serio. Además de eso había un elemento de humor en mucha música electrónica como esta. Siempre ha estado ahí, y luego, cuando todo se derrumbó, lo que sobrevivió fue esa música techno underground muy seria, con sus portadas solemnes y todo lo demás. Cuando otras personas y yo intentamos recuperar parte de la energía, la ligereza, la diversión, la tontería, el material promocional, no fue muy bien recibido. Pero creo que ahora ha cambiado mucho y es bastante común que muchos de los grandes artistas sean bastante bobalicones, la música es más tontorrona, todo el mundo hace estas cosas. Cuando empecé a hacer mis sesiones de fotos raras era muy poco común, pero ahora no creo que sorprenda ver a un artista hacer fotos divertidas para promocionar su música y cosas de por el estilo. Así que, en ese sentido, ha cambiado completamente. Pero, sin duda, cuando empecé a hacerlo y la gente me llamaba el bromista del techno o cosas así… No creo que la gente lo entendiera. No lo veo así.
Yo tampoco lo creo, porque siento que es parte esencial de tu proyecto. Sí, eso es una de las cosas que lo que la hace tan interesante y mi siguiente pregunta era precisamente sobre ello. Creo que hay una inmensidad y una variedad enormes en el rango de cosas que están presentes en la música que utilizas, produces, combinas y las cosas que mezclas, pero también en la forma en que te presentas, por ejemplo, en público. En cómo te vistes y demás. Estos cambios de estilo y vestuario, como ir vestido de vaquero, por ejemplo, me parecen un poco un drag, y siento que esta identidad con múltiples marcadores y atuendos es realmente interesante. Me gustaría, si quieres hablar un poco de ello, saber por qué te interesa esta distorsión, aunque ya lo hayas insinuado.
Si quieres puedo desarrollarlo un poco más. Fui a una escuela de arte poco antes de empezar a dedicarme a la música, me gustaba hacer un poco de modelaje, así es como empecé a ver que podía utilizarme a mí mismo como parte del proyecto artístico. Sucedió y sí, solo intento crear estos conceptos más directos y luego, se me ocurren los outfits, como todo, pensar en qué llevar, porque es divertido para mí y es genial. Fue como al hacer el vídeo de “Is love knowing“. Rodar con la armadura de caballero a más de 30º en agosto, caminando por la playa con la armadura, horrorizado, la gente me señalaba y se reía, me grababa en vídeo… Es humillante, pero para mí eso es el proyecto artístico; vale la pena hacerlo y luego es divertido. Antes la gente a veces me miraba, como cuando era el vaquero y decía: «¿por qué no llevas un sombrero de vaquero cuando pinchas? ¿Por qué ahí no? ¿Puedes pinchar?» Y yo les digo: «Bueno, ahora es que no es sobre eso…». Para
mí, eso es crear una obra de arte. En cambio una actuación tonta, como pinchar con una máscara o lo que sea, no es realmente de lo que trata el proyecto.
Esto es interesante. Este verano tuve una entrevista con Isabella Lovestory y me dijo que ella, que al igual que tú fue a una escuela de artes, es su propia directora artística y que ella era el arte, no solo era por la música, sino también por cómo lo interpretaba y los personajes que construía.
Sí, y creo que eso tiene una larga historia en la música. No es nada nuevo. Pero se perdió un poco durante algunos años, cuando la autenticidad se convirtió en lo más importante en la era Pitchfork o la era Grunge… Era como «la música pop es estúpida. La gente que lleva esa ropa era estúpida ¿dónde estaba la música de verdad?». Así que para mí es guay tratar de recuperar esa energía de, por ejemplo, David Bowie, o artistas así.
Sí. Esa es buena. A principios de año, hablé también con Ela Minus y me explicó algo muy curioso. Me dijo que cuando estaba de gira por trabajo, le gustaba llevar sudaderas con capucha porque así siente como si la protegieran de la sobreestimulación de la vida digital y del estrés del tour. Esto me hizo pensar en la armadura que llevas en la promoción y quería preguntarte por qué la armadura (creo que para mí tiene bastante que ver con la propia propuesta musical).
Es curioso, alguien dijo, -ojalá pudiera recordar a quién le leí esta cita- sobre el significado del arte “que viene después de crearlo”, y creo que para mí y para esa situación fue similar, se me había ocurrido este concepto de hacer una sesión de fotos para la armadura, ni siquiera estábamos seguros de que fuera a ser la portada del álbum, luego no creíamos que fuéramos a conseguirlo en absoluto y una vez que quedó bien, puedes mirar atrás y decir: «Ah, sí, claro, esto puede representar la armadura que llevamos para protegernos de las emociones y nuestros teléfonos, del horror del mundo en el que vivimos, todos llevamos cierta armadura solo para tomar cierta distancia cognitiva para, sí; sobrevivir». Así que creo que ahora, al verlo, pienso: «Claro, eso es lo que significa», pero no puedo decir que tuviera
un concepto así desde el principio. Me gusta admitir que, a veces, está bien que el significado venga después.
Creo que es maravilloso cuando después tiene sentido, como si el significado se procesara. Esto tal vez suene extraño, pero hay algo en el color y la luz de tu trabajo que también me llama mucho la atención. Está en la estética Allergy Season pero también en la presentación angelical del caballero medieval en “Is love knowing” o la portada regresiva de “Dead Rock”, que parece algo para niños. Creo que hay una sensibilidad alternativa y particular, una forma de mirar muy personal en cómo se siente lo que presentas. A raíz de eso recordé la entrevista que le hice a Brian Piñeyro (Dj Python), en la que hablamos de que compartimos una obsesión por el perfume y el olor. Quería saber si tú también tienes alguna obsesión con algo pequeño que realmente te atrapa y te altera o cambia tu vida o tu proceso creativo.
Sí. Es divertido que algunos de mis amigos, incluido Brian, estén tan metidos en este mundo de los sentidos. Nunca me he adentrado en él, no sé, supongo que sí que estoy obsesionado con la ropa, aparte de la música, lo único que colecciono es ropa, y creo que todo está relacionado con esta cuestión de la identidad: lo que llevo puesto, cómo me visto y cómo me presento, puede cambiar mucho y muy rápidamente. Supongo que eso sería todo. No sé si afecta a mi proceso creativo. Quizás…

Bueno, la forma en que lo presentas se ve afectada por ello, desde luego. Porque al principio tú eras el bromista del techno o la cultura de club.
Sí. Recuerdo cuando vivía en Luther, Berlín, en 2013, creo que fue. Mi estilo en ese momento era algo así como un mecánico de coches. Y era muy diferente de lo que era popular allí en ese momento. Recuerdo que iba a la entrada del club y los puertas no sabían muy bien qué pensar, porque no era como si yo estuviera vestido como alguien que está en el club equivocado, pero desde luego tampoco iba como alguien que está en el club adecuado. Y ellos simplemente estaban ahí pensando «¿es un mecánico o es un tipo con look de mecánico que desconocemos?». Así que siempre les costaba un momento de pausa, como preguntándose qué estaba pasando allí.
Otra pregunta extraña, quería mencionar algo que me ha interesado particularmente durante el último año, una cosa en la que he estado trabajando con mi pareja, que es la idea estética de la vuelta al útero, esta experiencia cálida y sensible y su relación con la música. Quería preguntarte si te interesa eso, si has pensado sobre esta experiencia intrauterina o prenatal por decirlo así, porque hay algo en tu música como Car Culture que me remite a ello.
Sí. No sé. No puedo decir que me identifique mucho con eso. Me alegra que mi música pueda relacionarse con ello. Tío, no creo que sea realmente mi forma de ver el mundo. No creo que sea bueno pasar demasiado tiempo mirando atrás. Está bien tener momentos de sentimentalismo y nostalgia, pero siempre siento que el tiempo es una fuerza irresistible. Y hay que mirar hacia adelante, sí.
Una última pregunta sobre bucear en Discogs, Soulseek y demás. Tengo entendido que te interesa mucho el contexto, leí que te encanta comprender a fondo el marco de la música que escuchas. Y quería saber por qué es tan importante para ti. Los contextos históricos de la música, las escenas…
Siempre me han obsesionado las escenas y las épocas, ya sabes, y sin embargo la forma en que la gente absorbe la música ahora a través del streaming y YouTube… La música está muy aislada. Creo que un buen ejemplo es este, te lo enviaré [Nos pasa el track “Stopp, Seisku Aeg!”, de Velly Joonas]. Es un tema como Disco chill out de Estonia muy raro, y es
solo porque, debido al algoritmo de YouTube, se ha convertido en algo enorme que le gusta a la gente, pero realmente no saben qué es. No sé, simplemente existe de la nada. Y hay mucho de eso. Es algo que emerge en tu algoritmo. Algo está en una lista de reproducción y realmente no sabes cuándo o de dónde viene y ahí se pierde algo, porque encontrar música y luego escuchar la que ha hecho otra gente, escuchar la música que han hecho sus amigos y lo que estaba pasando en esa época y volver atrás y encontrar sus influencias… Así es como se aprende sobre música y así es como se cultiva el interés. Del otro modo en cambio es: «Aquí hay una canción, vale, está bien, aquí hay otra canción que suena muy
bien». Pero eso no te aporta tanto.
Sí, y no es que sea elitista, pero sí, necesitamos experimentar esto de la forma más intensa posible.
Solo quiero que la gente vuelva a escuchar activamente. Y no creo que eso signifique dejar todo lo que estás haciendo y ponerte a escuchar un disco con velas encendidas o algo así. Siento que para mucha gente ahora la música se ha convertido en algo que simplemente suena, quizá escuchan más música que nunca porque Spotify te pone una canción tras otra, pero no absorben nada de ella. Cuando me enamoro de una canción, la escucho hasta que ya no puedo escucharla más, prácticamente. Y luego voy y averiguo todo lo que se puede saber sobre ese artista y todo lo que se puede aprender.
