Después de 6 años, el de Ziontifik vuelve a sacar trabajo en solitario. Y en medio de un panorama saturado por la referencialidad constante a Atlanta y a América Latina, nos hace viajar de nuevo a la meca de esta cultura: Nueva York.
Desde que a finales del 2012 Dano sacase a la luz su Ep Equilibrio (realizado en estrecha colaboración con el productor Emelvi), en la escena urbana española las cosas han cambiado y mucho. En este tiempo el de Ziontifik, sin duda alguna uno de los arquitectos más lúcidos de la cultura hip hop en España, no ha parado de hacer movidas y colaborar en infinidad de proyectos. De hecho, cualquiera que lo siga con cierta regularidad en sus redes sabe que este hombre siempre está trabajando en diferentes ámbitos culturales, pero todos relacionados de un modo u otro con la transmisión del knowldege que da sentido a este fenómeno. Sin embargo, muchas de las personas que llevamos toda la vida vinculadas al mundo del hip hop nacional sentíamos la necesidad de escuchar un trabajo en solitario de este artista para poder entender en profundidad, y desde un plano musical, lo que estaba pasando por su mente creativa. Afortunadamente, y tras más de seis años de espera, el momento ha llegado, y desde el 20 de febrero su nuevo trabajo ISTMO ya está disponible en todas las plataformas.
Para analizar esta obra es necesario enfrentarse a una especie de experiencia artística total, y en los dos días que llevo acercándome a ella desde que salió a la luz, siento que constantemente me sobrepasa y necesito volver a escuchar sus canciones, volver a ver el cortometraje que acompaña al Lp, y en definitiva, volver a sentir todo ese torrente de conocimiento atravesando mi cuerpo. Porque en estos tiempos en donde predomina la producción de fast food music, muy entretenida, agradable y disfrutona, todo sea dicho, encontrarse con trabajos de este calibre, tan completos y profundos que cada vez que los reproduces aparecen nuevos códigos y matices, consumirlo resulta un auténtico goce estético. 50 minutos de viaje por un paisaje urbano musical inspirado en la vida callejera de los projects de Madrid, Buenos Aires y New York, 14 tracks cuidados hasta el último detalle en donde participan probablemente varios de los artistas referentes del underground patrio: Elio Toffana, Ébano, N-Wise Allah, Israel B, H Roto, Rels B, Ergo Pro, y Manu Beats, único productor que ha tenido la fortuna de colarse en este exclusivo elenco. Pero a mayores del disco, este trabajo incluye un cortometraje de 20 minutos de duración, dirigido por Gonzalo Hergueta y rodado en New York durante el verano del 2017. Esta pieza audiovisual ofrece un contrapunto argumentativo que nos permite entender desde una perspectiva holística el proceso creativo que hay detrás de este ISTMO, que motivaciones, deseos y frustraciones ha atravesado Dano para, finalmente, conseguir producir este proyecto después de tanto tiempo.
Quizás la magnitud de esta obra era algo esperado por algunas personas, especialmente si se presta atención a lo dicho hace unos meses atrás en el Related dónde Dano y Frank Piza mantuvieron un diálogo imprescindible entorno a la figura del artista multidisciplinar. Pero la praxis artística que hay detrás de la conceptualización de este trabajo como una obra multidisciplinar superó probablemente todas las expectativas. Porque ya solo su presentación, realizada el martes 19 de febrero en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, podría ser interpretada como una especie de performance independiente que se relaciona y completa el significado de la metaobra total que representa ISTMO en su conjunto. Como señala de manera muy acertada Dasar en la crónica del evento que realizó para la gente CryptaMag “el ISTMO no sólo conecta dos formas de entender la vida (rap, graffiti, street wear, lo-life, sampling…) de dos masas terrestres, también las condiciones urbanísticas en las que vivían los artistas a sendos lados del charco. El rap y el arte de Dano viene de los proyectos, y eso se pretende reflejar en ISTMO”.
El fenómeno geográfico del istmo, caracterizado como aquella franja estrecha de tierra que une, a través del mar, dos áreas mayores de tierra, le sirve al artista madrileño como metáfora para representar lo que significa, no este trabajo en concreto, sino más bien toda su trayectoria hasta este momento. Porque el ISTMO de Dano debe entenderse como una cristalización sublime y depurada de todo el sonido y el trabajo cultural que ha realizado durante sus casi 20 años de dedicación a la escena urbana de este país. Debe comprenderse como el resultado de una búsqueda existencial eterna que nunca llega a alcanzarse del todo, pero que aún así siempre genera cosas. Pues realmente, detrás de este istmo lo que aparece en relieve es el proceso de transformación realizado por él y su gente de Ziontifik, quienes en los 2000 ayudaron desde su Madrid natal a reconstruir y regenerar los diques de la cultura hip hop en España cuando todavía estaba muy lejos del status popular que hoy posee, y que ahora mismo está a punto de desaparecer por la erosión de una marea cada vez más grande, y que paradojicamente ha sido el fruto resultante de lo que ellos construyeron en su momento. La época dorada de la cultura hip hop nacional se acabó, y como él mismo narra en la película, ISTMO es ante todo un último intento por “agarrar este momento y tratar de plasmarlo, porque se va, porque desaparece. Y no es algo malo, simplemente evolucionas y cambias hacia otra movida”.
En el momento en el que estoy escribiendo este artículo, he escuchado el disco completo unas 5 veces. Y la película la he visto 2 veces. Pero no me cabe ninguna duda de que todavía no he descifrado ni la mitad del contenido de esta obra maestra. Me quedan muchos paseos por Granada, Madrid, Compostela y Lugo escuchando esta banda sonora. Muchas horas enfrente del espejo soñando con ese Polo, ese Tommy y ese North Face que todavía no tengo. Muchos trayectos en bus desangrándome con este istmo. Y sobre todo, me quedan muchas caladas de hash y weed que inhalar mientras me pierdo por los paisajes urbanos y los códigos estéticos que este ermitaño, capaz de transformar la oscuridad más profunda en luz, nos ha regalado.