Seleccionamos un puñado de sesiones que pasarán a la historia del genero fundacional del clubbing: sets para enmarcar, House con mayúsculas. Hedonismo, baile, libertad.
Larry Levan – Paradise Garage (1979)
Con él empezó todo: Larry Levan en el mítico Paradise Gargage de Nueva York un año antes de que la cultura del club estallase en EE.UU. Disco, funk, ritmos sincréticos, soul, garage, gospel, loops hechos en directo con magnetófono de bobina Revox… Calidad, genio e ingenio a espuertas en el padre fundacional de lo que después sería el house.
Ron Hardy – The Music Box (1984)
Así sonaba Chicago a mediados de los 80. Ron Hardy fue pieza principal en el desarrollo de la house music desde que estuvo trabajando con Frankie Knuckles en The Warehouse: el templo del house que luego se llamaría The Music Box, precisamente esta sesión fue grabada allí. Su manera de pinchar, enérgica -casi agresiva-, siempre jugando con la ecualización (Eric Morillo tomó buena nota) distaba mucho de otros DJs de la época con el picht mucho más bajo. Philly sound, italo disco, funk: energía en vena.
Tony Humphries – Club Zanzibar (1988)
Embajador fundamental del género en ambos lados del Atlántico. Son míticas sus sesiones en Kiss FM (haciendo mixes en directo) de la mano de otro indispensable del género, Shep Pettibone. En 1982 se convirtió en el residente del Club Zanzibar de New Jersey, uno de los mejores clubs de la época, fundando lo que después sería el Jersey sound: staccatos, bajos gordotes, ritmos rápidos, parte vocales que son casi conversaciones, muchas de ellas sampleadas de temas hip hop o pop. Exportó con gran éxito este estilo en la Gran Bretaña de los 90.
The Martinez Brothers B2B Masters at Work – IMS Ibiza (2017)
Una sesión histórica por su significado: el presente y el pasado del house cocido en el Bronx de Nueva York con ascendencia latina. No entenderíamos el house de los 90 sin “
Danny Tenaglia – Sound Factory (1994)
Se crió en la cabina del Paradise Garage de Nueva York con Larry Levan (¿se puede tener mejor mentor?) donde llegó a pinchar hasta más de 20 horas seguidas en sus famosos Marathon Sets. Envidiable selector y productor, sus sets derivaron hacia terrenos más progresivos, mezclando techno y house tribal. “Music is the answer” sigue siendo uno de los mejores himnos del género. Maestro.
François Kevorkian – Space Ibiza (2016)
Con la isla tomada absolutamente por la comercialidad, el 4 x 4 y el house trotonero allí se plantó el francés de origen armenio y residente, entre otros, de templos del calibre de Studio 54 o Paradise Garage en Nueva York para dar un golpe encima de la mesa y ofrecer un absoluta catarsis housera ante un público entregadísimo. Conjuntamente con algunos sets de David Morales a finales de los 90 y mediados de los 2000, esta es una de las pocas veces que se ha escuchado y bailado House con mayúsculas y canónico en Ibiza.
David Morales – The Haçienda (1993)
Morales (uno de los mejores DJs y remezcladores del mundo) jugando fuera de casa. una lección housera en un Manchester entregadísmo al sonido genuino americano. El trasiego de DJs americanos en los 90 en UK era tremendo. Hubo un tiempo en que incluso se pensó trasladar la embajada americana al Ministry of Sound. Otro americano de ascendencia puertorriqueña haciendo historia en el templo por antonomasia de la música electrónica de baile. Una sesión para enmarcar.
Ralphi Rosario – WBMX (1984)
Casi nadie al aparato. Otro que viene de Chicago con ascendencia latina (los padrinos, la casa…)Miembro de los Hot Mix 5 nacidos en la emisora de la ciudad WBMX: gang formado por Farley “Jackmaster” Funk, Mickey “Mixin” Oliver, Kenny “Jammin” Jason, Scott “Smokin” Silz y él. Una auténtica orgía de house vocal, chillón, histriónico: fundamental.
Lil Louis – The Haçienda (1992)
Otra pieza clave en la house music. El autor de “French Kiss” desembarca en Manchester en pleno apogeo (histeria colectiva) del house. Masterclass de house de Chicago al otro lado del charco. Hedonismo, vocales, una auténtica celebración a la vida y a la libertad en la pista de baile en uno de los clubs que hicieron más por mantener la llama encendida: “Keep the vibe alive”.
Armand van Helden – Club Karma (1999)
El de Boston puso patas arriba la escena housera en los 90, tanto desde el estudio (sus remezclas en clave speed garage de Sneaker Pimps, Janet Jackson o Tori Amos dieron la vuelva al mundo) como en las cabinas de los mejores clubs. Esta sesión en el Club Karma de Chicago es el vivo ejemplo de ello: esa manera de pinchar (más próxima al hip hop que al techno) es pura fiesta noventera. Demoledor.
Todd Terry – Hard Times (1995)
De Brooklyn para el mundo. No entenderíamos el house sin él. Absoluto maestro, tanto en la producción como en cabina. Sin duda uno de los mejores DJs del mundo. Garage americano en uno de los clubs de referencia en los 90 en Gran Bretaña. Gracias a él y a otros tantos americanos UK en los 90 era prácticamente un estado más de los USA. Todd God Terry.
DJ Sneak b2b Daft Punk – El Divino, Ibiza (1999)
Otro americano de origen puertorriqueño (Carlos Sosa aka DJ Sneak) con dos franceses inyectando funk al house (y viceversa) en uno de los mejores b2b que se recuerdan en la isla. Una fiesta sin fin, desde el primer al último track. De eso se trataba. Se nos antoja imposible volver a ver una sesión de estas características en la isla o fuera de ella. Directo al museo.
Harry ‘Choo Choo’ Romero – Club Cielo (1999)
La calidez latina indisoluble a la house music en el mejor club de Nueva York de la época. Sin él y sin Eric Morillo gran parte del house facturado en la segunda mitad de los 90 no existiría. Subliminal era el sello que compartían y desde el que lanzó una pieza fundamental en el género: “I just can’t get enough”. Mucho antes de que el trap escarbase en su raíces latinas ya estaba Harry dándole esa bendita pátina de cumbia y merengue al sonido genuinamente americano. Digamoslo ya: sin la comunidad latina no hubiese nacido el house.
Junior Vasquez – Twilo, NYC (1999)
Uno de los grandes del ramo en uno de los mejores clubs del mundo: house enérgico y sin tregua. Sin transiciones ni para coger aire: garage, 4 x 4, diabluras tras la mesa de mezclas que hacían que la pista enloqueciese. Ya lo decía él: “si me llama Madonna decidle que tengo mejores cosas que hacer, que no moleste”. Otra muestra más que sin la comunidad latina, en Nueva York no hubiese existido un genero referente en la electrónica de baile.
Angel Moraes – Essential Mix (1996)
Caliente y picante, como su discográfica. Desde Brooklyn, con una de las mejores técnicas del sector, sus mezclas en directo han sido loadas por los mejores DJs del mundo. Otra muestra más: sin latinos no existiría el house tal y como lo conocemos. Un histórico a menudo olvidado. Dale al play y comprueba por ti mismo porqué es injusto.