Hace muchos años conocimos a Ramiro Lopez. Por aquel entonces estableció una residencia muy especial en Family Club: allí “abrió” en innumerables ocasiones para primeras espadas del techno nacional e internacional. Pero lo de Ramiro se salía fuera de lo común: esas sesiones de “apertura” para figuras no eran meros warm ups. La sala ya estaba llena para verle a él, y sobre todo, para bailar lo que pinchaba Ramiro en sus sesiones. Family Club ejerce un papel fundamental en la cultura de club de este país. En Toledo surge un epicentro fundamental para el devenir de la música electrónica en España, no solo por la labor de programar buen techno -nacional e internacional-, también porque se siembra amor y devoción por el género, lo que comporta que en Castilla-La Mancha haya un cónclave de clubbers que, además de entender de techno -sí, culturalmente y en términos crítico/cualitativos, allí se “entiende” más de techno- no se les puede dar gato por liebre. Y Ramiro forma parte de ese epicentro y de ese cónclave.
En 2006 Ramiro Lopez decide dar el salto a la producción: sonidos frescos, elaborados, con él único propósito de hacer bailar al personal -de eso se trata, ¿no?-. Las producciones de Ramiro van paralelas ya a su éxito internacional como DJ. Y hasta hoy, que sigue siendo un tipo cercano, de desbordante sentido del humor y que trasmite la misma pasión y devoción por la música electrónica de baile que el primer día que le conocimos.
Ramiro Lopez nos habla así del álbum: “Todo parece en calma. Uno de mis momentos preferidos para crear. Muchas de las canciones de este álbum han empezado así, con mi mente conectada aún al mundo de los sueños. Nunca hubiera imaginado hacer mi primer álbum en un escenario como el que estamos viviendo aunque las situaciones difíciles e inesperadas traen a su vez con grandes oportunidades. Solo tienes que estar abierto a ellas, aprovecharlas y dar las gracias por tenerlas. Estos 14 tracks nacen desde muy dentro de mí, intentando dejar a un lado etiquetas, géneros y mis propios límites. Algunos están hechos para bailar, otros para sentir. “Al Retortero” es una expresión que mi madre, ‘La Candi’, solía decirme cuando era niño. Una palabra en desuso llena de memorias y significado que viene a definir que hay un orden desorganizado, una locura cuerda, muchas ideas en tu cabeza conviviendo y uniéndose unas con otras dentro del caos. Todos estos temas están hechos desde el corazón. Definen lo que siento, lo que soy. Podría extenderme más pero dejemos que la música hable por sí sola“.
Hoy tenemos el placer de estrenar “Traces“, track que abre “Al Retortero“, álbum que edita Odd Recordings el próximo viernes 8 de octubre.
Beatburguer · (PREMIERE): Ramiro Lopez, “Traces” (Odd Recordings)
¿Cuál fue tu primer contacto con la música electrónica?
Fue a través de la radio y los recopilatorios. Recuerdo escuchar un programa llamado It’s Your Time que dirigía Toni Peret. También Zona 3 de Sonia Briz. Aún no tenía edad para entrar a los clubs así que me pasaba las noches de los findes pegado a la radio.
¿En qué momento decides que tu afición pase de la pista como cliente a las cabinas como selector?
Diría que durante mis primeras incursiones en la noche como clubber novato. Concretamente en Family Club. Recuerdo quedarme boquiabierto viendo al grande de Cristian Varela tocando a 4 platos y moviendo la pista. Ahí me enamoré.
¿Cómo fueron esos primeros años, el paso de DJ de pub a la cabina del club más importante de la provincia?
Un proceso largo pero divertido. Aprovechaba cualquier oportunidad que me salía, desde tocar en una tienda de Ropa (Diggity, se llamaba) hasta hacer warm ups a puerta cerrada para los trabajadores de un club. Donde hubiera 2 platos y un mixer, allá que iba con la maleta de discos. Con el tiempo fueron surgiendo bolos más interesantes hasta que llegó la oportunidad de tocar en Family Club, la sala donde había pasado innumerables noches bailando. Y ese día vino a verme todo aquel que me conocía ¡Montamos una buena y ahí me quedé como DJ residente!
¿En qué sonidos basabas tu selección en los comienzos?
Techno, sobre todo el rollo más percusivo y groovy, hardgroove, aunque también compraba cosas más mentales. Artistas como Cristian Varela, Ben Sims, Mark Broom , Oliver Ho… todos estos me flipaban.
¿Algún disco que permanezca en tu repertorio desde aquellos tiempos?
¡Sí! de hecho, últimamente estoy recuperando varios que tenía olvidados. Me viene a la cabeza “Pontapé” de Renato Cohen, que pongo regularmente pero hay otros como la remezcla del “Birmingham” de Ben sims, o el “Mutate and Survive” de Oliver Ho que me ponen los pelos de punta siempre que suenan. Los puedo escuchar en modo loop por horas. De la vertiente más trancera, pongo varios de la mítica Bonzai Records. En realidad en todos mis sets cae algún track Remember.
¿Cómo fue el proceso desde la cabina hasta el estudio, cuáles fueron tus primeras herramientas creativas y qué métodos de producción utilizabas en los comienzos?
Siempre tuve curiosidad por producir pero pasé varios años solo como DJ. Una vez me decidí a probar, mi vida cambió. Encontré la pieza que me faltaba y pasé a pensar en música 24/7. Comencé con Logic y, aunque luego probé otros programas como Protools o Ableton, me he mantenido fiel. Me siento muy cómodo trabajando con este programa.
En nuestros días el acceso a la formación es algo muy común y hay multitud de academias que te pueden ayudar, ¿Cómo fue el proceso de aprendizaje en aquellos tiempos en los que comenzabas?
No recuerdo exactamente cómo, pero encontramos un profesor que nos dio clases particulares sobre Logic. Éramos mi querido amigo “Goldito” y yo… ¡que tiempos! y qué ilusión recordarlo… En unos meses aprendimos a manejar las herramientas básicas del programa. Pero el proceso creativo es algo sobre lo que sigo aprendiendo cada día.
¿En qué momento comenzaste a encontrar tu propio sonido? ¿Te costó mucho trabajo llegar hasta ese momento?
¡Mucho! de hecho, nunca llego a estar 100% convencido. Además, es algo que está continuamente en movimiento. Lo que por suerte si puedo hacer ahora es plasmar de una manera bastante fiel las ideas que tengo en mente. En los comienzos, era el track el que me llevaba a mí y el resultado era completamente diferente al que yo tenía en mi cabeza.
Actualmente, ¿Cuáles son las herramientas con las que trabajas en tus creaciones?
Como acostumbro a decir, soy más de software que de hardware. A parte de Logic, tengo una Maschine y el Komplete Control. La mayor parte de mi trabajo lo desarrollo con los plugins de Native Instruments y Arturia.
¿Cómo es la sensación cuando un sello de categoría internacional requiere tus servicios por primera vez?
Una gran felicidad y sensación de realización. Señal de que estas en el camino correcto y gran chute de energía para seguir trabajando.
Si repasamos tu discografía vemos que Suara es uno de los sellos en los que has sacado más material, ¿Cómo entras en contacto con Coyu y cómo es tu evolución en el sello con el paso de los años?
Conozco a Iván (Coyu) desde hace muchos años, antes incluso de que Suara existiera. Fue gracias al foro de la web ClubbingSpain, ahora tristemente desaparecida tras más de 21 años activa. Ambos escribíamos y coincidimos en una quedada de foreros. Fue de los primeros en creer en mi música y darme la oportunidad. Durante muchos años, mi carrera y evolución musical estuvieron muy ligadas a Suara. Siempre he tenido un hueco en los showcases del sello por lo que estoy muy agradecido.
¿Qué discos propios marcarías como fundamentales en el desarrollo de tu carrera?
“Brunch in Guadalmar” que salió en Mintgum (sello que dirigí junto a Javier Algarra) que fue el primero en tener feedbacks y support de artistas de primer nivel como Radio Slave.
“Burn In” que salió en Diynamic Music, el primer sello top en el que publiqué. “Back Trip”, Primer EP en el sello de Carl Cox y que me abrió muchas puertas.
“Pretending”, Primer EP en Drumcode, objetivo que me había marcado durante varios años.
“Pachamama”, tema que hice junto a Andrés Campo y que, sin buscarlo, se convirtió en uno de los más exitosos de mi carrera hasta la fecha.
Háblanos de Odd Recordings, sello en el que también has publicado varios trabajos y en concreto éste que presentamos en primicia.
Es como mi hijo. Un proyecto que llevo junto a Arjun Vagale y que nos ha dado muchas alegrías. Hoy el sello está consolidado y seguimos trabajando para seguir creciendo. No se me ocurre mejor plataforma para este lanzamiento.
“Traces” es un tema que no está pensado directamente para el consumo en la pista de baile, lleva un alto contenido vocal no tiene una rítmica obvia, se podría hasta considerar pop electrónico. Cuéntanos un poco sobre cómo ha sido la manufactura de este trabajo tan particular. Y danos algún detalle más sobre el proceso e intenciones del álbum completo con explicación del título “Al retortero” incluida que seguro que tiene miga.
Hay varios temas más para escuchar que para bailar. Este sin duda es uno de ellos. Tenía ganas de expresarme sin tener que pensar en la pista y creo que es precisamente en un álbum donde estos tracks tienen cabida. “Traces” fue creado en pleno confinamiento, cuando aún era todo muy confuso y desconcertante. En ese momento seguía también “Gomorra” (la serie sobre la mafia napolitana) y de ahí me vino la inspiración para crear los primeros acordes. Mi intención era hacer un tema oscuro, profundo y con mucha carga energética.
La idea del LP me rondaba la cabeza desde hace tiempo pero no llegaba a encontrar el momento oportuno. Mi prioridad venía siendo crear temas de pista, aplazando otras ideas más personales y arriesgadas, las cuales quería también mostrar en este primer álbum. La pandemia trajo ese tiempo de reflexión, de parar y mirar más dentro, de hacer lo que sintiera, sin pensar en nada más. Siento que el resultado es equilibrado. La gente que busque lo que vengo haciendo normalmente, lo encontrará pero además quién esté interesado en ir más allá descubrirá otras facetas menos conocidas. En cuanto al título, He elegido una expresión muy manchega y que mi madre solía utilizar. Tiene varias acepciones pero yo la entiendo como tener muchas cosas al rededor, en marcha y andar inquieto de uno a otra.
Una de tus últimas aventuras ha sido combinar la cocina con la música en las Chef Sessions. ¿Qué tiene en común ambos mundos y cómo es el maridaje?
Creo que guardan muchas similitudes. Ambas son un arte de combinar diferentes elementos para crear algo nuevo con lo que se busca el disfrute (tanto propio como ajeno) , agradar y en definitiva, hacer feliz a la gente. En ambas la creatividad es indispensable y el resultado depende de la persona que manipule los elementos.
La cocina es mi segunda pasión después de la música y creo que combinan de maravilla. La idea de los Cheflopez también surgió durante el confinamiento y con el objetivo de ofrecer algo diferente, entretenido y que me permitiera seguir en contacto con mis seguidores. Ahora lo hemos llevado más allá y tenemos invitados con los que comparto fogones y players en un paraje Manchego. Estoy rodeado de un gran equipo y mi objetivo es seguir desarrollando y mejorando el proyecto ya que le veo muchas posibilidades.