Adiós a Andrew Barker, fundador de 808 State

Andrew Barker. Foto: Paul Husband

Cuando la explosión de la electrónica dance llegó a los medios a principios de los 90 del siglo XX, 808 State ya estaban ahí hacía tiempo. Pero ellos no se quedaron en el underground oscuro y fugaz de los sonidos de temporada, fueron un paso más allá y llevaron la música electrónica al nivel de las potentes bandas de su Manchester de origen, sustituyendo guitarras, bajos y baterías con sintetizadores vintage recopilados en tiendas de segunda mano, cuando nadie los quería.
Este fin de semana nos ha llegado la noticia de la marcha al hiperespacio de una de sus piezas angulares, el teclista y bajista Andrew Barker, desde aquí transmitimos nuestras condolencias a sus familiares, allegados y fans.

A continuación una pequeña retrospectiva de sus trabajos fundamentales, para nosotros, los esenciales de su discografía.

Su primer álbum “Newbuild” vio la luz en 1988 y es uno de los discos de referencia del sonido acid house, en su esplendor más primitivo:

Un año después editan “Quadrastate“, una colección de jam sessions analógicas, con un estilo muy similar al anterior pero técnicamente más pulido y más psicodélico. Incluye una de sus obras maestras y hit universal, el grandísimo “Pacific State“:

Su salto al mainstream de la electrónica se produce justo antes de la llegada de los noventa con su impecable “808:90” en el que aportan composiciones menos caóticas en aras de un sonido más limpio y organizado. Coqueteos con los breaks, la sampledelia y con el baile como objetivo:

ex:el” supone el cénit de su carrera, de nuevo un trabajo impecable de electrónica personal, intrincada y la vez accesible (incluyendo cameo de New Order), con pelotazos atemporales como el tremendo “Cubik” que aún sigue haciendo mucha pupa en la pista cuando lo pones:

En mi opinión los discos que vinieron tras esta pequeña selección que os hacemos no han retenido el estándar de innovación y calidad y los han mantenido un poco al margen del radar de los DJs, mutando hacia algo parecido a lo que son hoy día otros contemporáneos suyos como Orbital o The Chemical Brothers, propuestas que viven de la electrónica en directo
con toda la carne en el asador.

Una gran pena despedir otra leyenda de la música electrónica en este maldito ‘annus horribilis’ que nos está trayendo tantas malas noticias.
Siempre nos quedarán sus grabaciones de sus lives, como este de 2018, uno de mis favoritos: