Conoce a Anabel Sigel, el salvaje talento español de Burn Residency

Hablamos con la embajadora de España en el Burn Residency, la canaria Anabel Sigel, tras las charlas que tuvieron los participantes con Loco Dice y Nastia, para conocer sus motivaciones, objetivos y anhelos en primera persona. Sin duda, un diamante en bruto…

 

 

¿Qué tal la primera charla 1to1, con Loco Dice?

¡Muy bien! Nos ha contado toda su historia, desde los comienzos hasta hoy. Muy interesante, ¡me encantó!


¿Te gusta su propuesta musical?

Lo he escuchado bastante, me gusta su estilo. Incluso he intentado mandar algunos de mis temas a Desolat, pero es un sello que funciona bastante bien y hay que esperar muchos meses para que te contesten, porque hay mucha competencia. ¡Pero no pierdo la esperanza! De momento vamos sacando cosas en otros sellos y así, poco a poco…

 

No eres nueva en esto, ya que al menos tu Carrera se remonta a 2012… ¿cómo empezaste en la electrónica?

Desde pequeña, mi familia tiene una cabina en casa. Mi abuelo toca el timple canario, yo siempre me moría por pinchar, pero durante mucho tiempo no me veía capaz, tenía miedo escénico. ¡La primera vez que lo hice me subió la fiebre! (Risas). Tuve que superar muchas inseguridades.

Cuando de verdad empecé fue con 15 años, mientras mi madre trabajaba y me cuidaba mi tío… A él le regalaron una controladora Hercules pequeñita (risas), y los dos nos poníamos a descargarnos música, y los dos nos lo flipábamos las tardes tocando en ella (risas). ¡Y así empecé! Luego me compré un Traktor S2 y ahí es cuando empecé a pinchar en restaurantes y demás, para ir haciéndome y quitándome el miedo escénico.

Luego, me vine a Ibiza un verano y me traje los vinilos del hermano de mi expareja. Ahí fue cuando me entró finalmente la pasión por esto.

Luego Carlos San Juan, un gran amigo y que hace fiestas en Canarias, me convenció de que pinchara en sus fiestas, y me acabó de dar la moral para ponerme delante de los platos.

 

Vienes de Canarias, ¿cómo es la escena de allí?

La música electrónica allí siempre ha tenido presencia. Lo único malo es que el tema del reggaetón siempre ha tenido fuerza y la cosa está un poco dividida. La gente ahora está abriendo más el oído, vienen más artistas, hay más clubes que poco a poco se están ganando el respeto entre los canarios y sus seguidores. Crece muy rápido.

 

No solo pinchas, sino que también produces… ¿cómo es tu proceso creativo? Qué te gusta usar en el estudio?

Tengo Ableton, es el entorno en el que me manejo de momento, y me encantaría producir en analógico, pero no me lo puedo permitir todavía. ¡Esa es la siguiente fase en mi plan de crecimiento como artista! Me encantan las melodías, el Mini Moog y su sonido… Me encantaría tener la TR-8, me gustaría producir con sonidos analógicos potentes, estoy cansada ya de usar los plugins o descargarme sonidos que no llegan a lo que yo quiero. De momento hago todo en entorno digital… modulo un poco con una controladora Akai que tengo y el resto lo hago digital. También uso mucho los plugins Waves.

 

¿Algún referente?

Me gustaría hacer directos, en algún momento, como hace Stephan Bodzin, es mi auténtico referente. Lo que hace él es traspasar la música y hacerla suya, delante de la gente. Otro directo que me impactó fue el de Derrick May y Francesco Tristano, ¡me encantaría poder hacer eso! En plan concierto, para vivirlo. Así me sentiría completa. Pero para eso sé que tengo que formarme más y dar clases privadas de canto, de piano, me encantaría tener mis temas como lo han hecho Green Velvet o Miss Kittin, en los que ellos hacen todo.

 

Pero, ¿tienes formación musical?

Solo autodidacta. Llevo formándome yo misma, como he podido, durante los últimos tres años. Hasta donde he podido llegar con tutoriales y trasteando. Por eso soy incapaz de autoevaluarme. Prefiero pensar que estoy por debajo del nivel que estoy para así seguir poniéndole esfuerzo y empeño en ser mejor. Yo me recluyo en mi casa, en Santa Brígida, en Gran Canaria, y no paro hasta que no consigo dar con el sonido que quiero. Todos mis amigos o tiene trabajos normales o les gusta el reggaetón (risas). El único momento en el que desconecto es cuando saco a mi perra (risas).

¡Incluso me he masterizado yo misma los temas! Sé que no es perfecto, pero yo me hice mi mapa de frecuencias y con eso me guío para masterizar con auriculares. ¡Hasta Ed Is Dead – al que le pedí opinión – me dijo que mis temas estaban bastante bien! Sobre todo en el campo estéreo. Gracias a esa confianza me he animado a mandar más cosas y mi tema en Clap Records, que estuve en el top20 dos semanas, con ‘Eltema’, que lleva la voz de mi sobrino. Ahora estoy con un remix, que tiene violines, pianos, etc. Cuando me dan temas así me vengo arriba porque tengo el instrumental real grabado.

Este año la figura de la mujer está ganando un peso tremendo en la industria… ¿qué opinas del camino que se ha tenido que recorrer para llegar hasta aquí? ¿Te has sentido discriminada por ser chica en esta industria?

Un poco sí. Por no decir siempre, en realidad. Antes, incluso, era mucho más femenina vistiendo – por mi trabajo de modelo – pero yo me veía fuera de lugar. Yo quería que la gente viera que yo no son una Barbie, ¿sabes lo que te digo? Sino que viera mi potencial, mi talento y que lo llevo dentro. Eso me ha frustrado toda la vida, sobre todo cuando trabajaba de modelo. Me gusta transmitir a la gente y que puedan ver que soy mucho más que fachada.

 

¿Qué te hizo dar el paso y presentarte al Burn Residency?
Quería ser escuchada. Porque veía que tenía muchas oportunidades y no sabía como aprovecharlas. Ahora dices a cualquiera que te encuentras “Soy DJ”… Y la mirada que te devuelven es como de “¿Qué quieres? ¿Un premio?” (risas). No me tomaban en serio y la única manera que vi fue presentarme al concurso. Me dije “me voy a apuntar a ver si esto me da el empujón necesario” y así fue. En Canarias me iba a quedar encerrada produciendo o intentando buscarme la vida con el modelaje… Y hay que ser realistas, pero con la edad que tengo ese mundo ya no tiene sentido…


¡Pero si eres súper joven!

Con 26 años ya eres vieja en el mundo de la moda. ¡Por lo visto se me cae la cara! (Risas) Ahora la cosa está en ponerse ácido hialurónico desde pequeña para tener la piel tensa y sin ojeras. ¡No sé que es peor! ¡El mundo de los DJs o del modelaje! (risas). Pero yo siempre fui muy creativa, presenté dos colecciones en Madrid, he corrido, me gusta hacer cuadros. Pero con la música es el único arte con el que he conseguido conectar con el alma. Poder desahogarme de la negatividad y convertirla en cosas positivas. La música es lo único que me mueve y cada vez que pincho y a la gente le gusta es la sensación que más me llena. ¡No sé como explicarlo! ¡Me siento comprendida!

¿Qué opinas de la oportunidad que marcas como Burn y su Residency da a sus participantes? Porque muchos se enfocarán en la parte comercial del asunto…

Yo creo que, más allá de la promoción que obtiene la marca con estas acciones, se trata de un intercambio. La marca te mueve a ti, tú mueves a la marca. ¡Hay cosas que no podría hacer yo sola en mi vida! Los recursos que tiene alguien como Philip Straub, para ponerte a gente como Loco Dice o Nastia a hablar con nosotros es impagable. Y menos hoy en día. Las posibilidades que te da Burn no te las da nadie y yo particularmente estoy muy agradecida.

 

¿Qué harás después de que acabe la Residency? Ganes o no…

¡Seguir pinchando! No sé qué ocurrirá pero ya están saliendo varias oportunidades y estoy muy contenta. Así que lo más seguro es que después de esto me gane el respeto que merezco y empiecen a salir más cosas. Y algunos sitios en los que ya no me querían ni ver – por aquello de los intereses y tal – se vean obligados a contar conmigo por mi talento. ¡Ser embajadora de Burn Residency 2018 en España da mucha confianza! Y tener eso en mi curriculum, con toda la gente que se ha presentado, tiene su valor.

 

¿Y si ganas?

¡Que me fliparé toda! (Risas). La competencia está fuerte este año, vi fuertes – sobre todo por la experiencia que tienen – a algunas propuestas que hasta tienen sus propios sellos desde hace años. Gente como Morttagua, de Brasil, o Metha, de Hungría. También a Kerem Tekinalp, de Turquía y Just2 de Rumanía.