Comenzamos una serie de artículos de bolsillo con los que serán los protagonistas del cartel de uno de los festivales alternativos más rompedores del panorama nacional: Ombra Festival que se celebrará en Barcelona del 25 al 28 de noviembre de este año fatal, si todo va bien, que esperamos y deseamos que así sea…
De entre el elenco que protagoniza el cartel debemos destacar, por veteranos y prolíficos a Clock DVA. Esta formación mutante oriunda de Sheffield, ciudad industrial donde las haya, lleva haciendo ruido desde finales de la década de los 70 del siglo pasado, concretamente 1978.
Coetáneos de bandas tan emblemáticas como Throbbing Gristle, en su germen está Adi Newton, protagonista de todas las diversas mutaciones que ha tenido la banda durante sus décadas de actividad. Adi Newton provenía de un proyecto seminal de nombre The Future en el que convivió con posteriores miembros de The Human League y Heaven 17, con lo que podéis observar que las raíces del proyecto están relacionadas muy profundamente en la tradición de la música de riesgo británica de finales del siglo XX.
Durante su larga trayectoria, el proyecto ha mutado desde formaciones tradicionales de guitarra / bajo / batería / vocalista hasta convertirse en una banda electrónica extremadamente pura, siempre bajo la batuta de Adi Newton.
La discografía de Clock DVA es apabullante: desde los cassettes autoproducidos de sus inicios hasta su primer release oficial en Industrial Records pasando por las reediciones digitales del siglo XXI. Entre esta inmensa obra destacaría el impoluto álbum “Man Amplified” de 1991, que me pegó directamente en la frente cuando tenía tan sólo 20 añitos y me enseñó que la perfección minimalista existe.
La combinación de tonos puros a lo Kraftwerk y la voz perturbadora de Newton suman, en esta oda futurista, oscuridad y profundidad con los elementos precisos y nada más. No sabría destacar un único tema de este trabajo, el conjunto se fagocita con fruición en una sola toma completa que puedes escuchar bajo estas líneas.
Aunque la época noventera de Clock DVA ha sido la que personalmente me ha afectado más, a raíz de este descubrimiento tardío tuve tiempo de profundizar en la parte más primigenia de sus trabajos como su “White Souls in Black Suits” (1980): delirante y experimental, combinando el proceso artesanal de cintas con flautas traveseras y guitarras crudas y distorsionadas.
Otro de sus trabajos más aclamados es “The Hacker” (1989), con sonoridades muy cercanas a lo que se convino en denominar EBM y que supuso la transición desde los laboratorios experimentales hacia las pistas de baile más avanzadas.
En la actualidad su sonido ha derivado hacia terrenos más ambientales y texturizados, conservando la pureza sónica de los 90 combinada con el espíritu industrial y transgresor de sus comienzos, con un directo muy pulido que rezuma distopía y apocalipsis futurista, pero desde una tradición que les hace totalmente creíbles en escena (rara avis hoy en los directos electrónicos de estas características. Esta actuación en Moscú da fe de ello.
Desde aquí te recomendamos encarecidamente que no te los pierdas en la próxima edición de Ombra Festival, uno de los escasos festivales en el mundo que es capaz de convocar a referentes históricos de la música electrónica injustamente olvidados. Nos vemos el 25 de noviembre en Barcelona: nos vemos en las sombras.