Crónica: MUTEK 2022, el festival que nunca paró

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Los más afines a la vanguardia de la música electrónica, especialmente si viven en o suelen merodear por Barcelona, recordarán nítidamente cuál fue el último fin de semana antes de que todas nuestras vidas quedaran paralizadas por el maldito virus. En efecto, aquel fin de semana de marzo de 2020, estuvimos recorriendo múltiples espacios de la capital catalana para vivir la 11ª edición de MUTEK Barcelona.

Horas después, todo cerró, todo se paró. Hasta que, pasados 14 meses, en mayo de 2021, la música en directo empezó a reaparecer en exteriores e interiores, permitiendo que, aunque dos meses después de lo habitual, MUTEK pudiese celebrar también su 12ª edición con cierta normalidad, coincidiendo con el fin del estado de alarma. Cosas del destino.

Ya en 2022, la 13ª edición del certamen volvió a su formato habitual en todos los aspectos: fechas, espacios, modalidades de eventos y potencia de la programación (aunque, en realidad, esto último nunca faltó… y nunca creemos que falte en un evento en el que ondee la bandera MUTEK).

Inauguración (Roca Barcelona Gallery)

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Waves Interference

Un año más, el festival se inauguró el miércoles en Roca Barcelona Gallery, el espacio más espectacular -sobre todo en el campo visual- de cuantos componen el recorrido MUTEK. En esta ocasión, el invitado fue el quebequés Robyn Moody, primer protagonista del fin de semana que aterrizaba en Barcelona fruto del 25º aniversario del tratado de colaboración artística entre el Quebec y Cataluña.

Tras exponer su trabajo en una rápida entrevista con Mónica Rikic, Moody nos llevó al piso inferior de la galería, donde nos esperaba su obra ‘Waves Interference’. Una escultura cinética de 88 tubos fluorescentes era animada mecánicamente mediante un órgano de bombeo del siglo XIX. El resultado era una cascada de luz ondulante acompañada por un dron infinito en constante cambio, simulando un espectro electromagnético.

A/Visions (Institut Français)

Ida Toninato y Pierre-Luc Lecours

Ya en jueves, la primera cita nos llevó a otro recinto clásico del festival: el Institut Français. Allí se celebró el programa A/Visions, centrado en los componentes audiovisuales de las performances y en las capacidades escultóricas de la luz y el sonido.

Las virguerías de Ida Toninato al saxo, mientras Pierre-Luc Lecours llevaba al público de la electrónica contemplativa a los kicks graves característicos del techno, dieron como resultado un contraste que fue la gran magia de aquel evento. Sumergidos en parajes tan acuáticos como acrílicos en apariencia, ‘Inner Seas’ condujo a los asistentes gracias a una guitarra eléctrica y un sintetizador modular a través de dos pantallas cargadas de energía y un único flujo de audio.

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Myriam Boucher

Antes, en ‘Littoral’, Myriam Boucher experimentó con los efectos sonoros y visuales de pequeñas dosis de agua aplicadas sobre cuatro paneles verticales, explorando la subida del nivel del mar a través de la escultura, el sonido y la luz. El medio acuático marcó la tónica de un evento que acabó siendo el más experimental de toda la semana.

Nocturne 1 (Laut)

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Guillaume Coutu-Dumont

Si fuese imprescindible escoger un highlight de la noche, podríamos estar horas discerniendo entre el grandísimo Guillaume Coutu-Dumont y su compatriota quebequés CFCF, el gran descubrimiento de la noche para la mayor parte de los presentes. Guillaume debutó en la ciudad con ‘Les Empires’, un directo que se inspira en el krautrock para componer piezas retrofuturistas. Percusiones delicadas y una repetición constante llevada al vertiginoso límite del loop y al borde del drop inexistente convirtieron su hora de directo en un hechizo.

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CFCF

CFCF, por su parte, desconcertó al público de Laut con su guitarra y su sonido casi soft rock, aunque enseguida se entendió su apuesta por una electrónica de baile amable y nostálgica, de aires 2000s, cargada de contrastes tan desconcertantes como convincentes. Antes, Oriana abrió la noche de jueves con un exquisito recital downtempo. Babsy la cerró con un eclecticismo incluso exagerado por momentos. Nocturne 1era sólo un aperitivo, una primera toma de contacto con la pista de baile.

X/Visions (Phonos – UPF)

Maoupa Mazzochetti y Hospice 1er

Los que estuvieron en Phonos la tarde del viernes aún se frotan los ojos recordando el recital de violencia futurista de Maoupa Mazzochetti & Hospice 1er. Vendían CDs a la salida y apenas sobraron. No era para menos. Probablemente, su live av fue lo mejor de este MUTEK Barcelona 2022. Destruyeron cualquier idea preconcebida a base de IDM, breaks megaprocesados, techno futurista ultrarruidoso y violencia industrial a raudales. Los adjetivos son necesariamente exagerados.

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Sofie Birch

Antes de su demolición, Sofie Birch había hipnotizado a la audiencia con un trabajo visual perfeccionista, mega-relajante y súper inmersivo, que estuvo acompañado por un trayecto ambient preciosista, horizontal y bucólico, ofreciendo una descomprensión sensorial completa. Tras ella, Astrid Sonne apagó la pantalla y planteó un concierto a teclado y violín, intenso por momentos, aunque con margen de mejora en lo narrativo. El excelente sonido de Phonos y el respetuoso silencio del público acompañaron en una de las mejores tardes que se recuerdan en ese rincón de la Universitat Pompeu Fabra, siempre fiel a su cita con MUTEK.

Nocturne 2 (Nitsa/Astin)

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VTSS

Dos años después, MUTEK volvía a abrir las puertas de Nitsa Club. Y, con él, muchos de sus fans. En esta primera noche en la sala con más solera de Barcelona, el festival apostó más que en ocasiones anteriores por el experimentalismo en horario y entorno de club. Conlleva sus riesgos, pero, si sale bien, es un gran punto a favor.

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Flat Erik & Merca Bae

Hay que reconocer que ver Nitsa a oscuras, rodeada por cortinas negras y expuesta durante una hora al paraíso ambient cargado de intensidad de Tim Hecker fue una brutalidad hermosa, una fantasía tan real como la vida misma. Fue, de hecho, lo mejor de una noche ecléctica como pocas, en la que nos fuimos de la horizontalidad dark del canadiense al rap transgresor acompañado por breaks y ritmos garage de Flat Erik & Merca Bae -interpretaron su aclamado álbum “Qubits”-, al techno futurista y experimental con bases y percusiones complejas y avanzadas de Blawan y al sonido rave contemporáneo -y bastante facilón, todo sea dicho- de la polaca VTSS, acompañados todos ellos por el trabajo de Acid Thermal en el campo visual.

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Sunny Graves

Mientras tanto, Astin se divertía con la selección musical de la senegalesa MBODJ, una clásica de las mejores noches de club de Barcelona, antes de dar paso al enésimo hechizo, esta vez en clave slow-motion con el esperado retorno a casa de Sunny Graves. Loraine James sigue haciendo crecer su nombre y, este año, volvió a MUTEK, donde ya brilló en 2020, para ejecutar sus nuevos trabajos y llevar de la mano al público por parajes más acogedores y reposados de los que mostró hace dos años en su primera aparición en el festival. Anz firmó la clausura. La británica cerró la noche por todo lo alto, mezclando ritmos tropezados y acelerados incluso con momentos ghetto-house.

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Loraine James

Play (Antiga Fàbrica Estrella Damm)

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Ryoichi Kurokawa

¿Qué sería de un sábado de MUTEK sin pasar la tarde en la Antiga Fàbrica Estrella Damm? Buenos recuerdos permanecen de aquellos eventos Experience, en los que la fábrica albergaba varios escenarios y actividades simultáneas. En las últimas ediciones, el evento ha mutado a Play, una propuesta más íntima, de un solo escenario ubicado en la Sala Máquinas y ofreciendo una experiencia sonora 360º sin igual en la ciudad. Ello, sumado a la magnitud de la pantalla y la potencia del proyector, convierte a las performances que se ven ahí en auténticas bombas de relojería. Suma a un público entendido que sabe a lo que va y, voilà: la Damm fue, una vez más, el mejor evento de MUTEK.

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Sweatmother

Los siete directos que se vieron allí convencieron por igual. El ambient bucólico de Carmen Villain, con la flauta de nuevo como protagonista y con claros homenajes a Ucrania en lo visual. La enésima consagración de Marina Herlop como uno de los mayores diamantes de nuestra vanguardia, en esta ocasión más emocionada que nunca tras presentar su inminente álbum (que saldrá por PAN) y más temas inéditos. El intenso y perforador ambient av de France Jobin & Markus Heckmann; Ryoichi Kurokawa, volviendo a demostrar -por si a alguien se le había olvidado- que la vanguardia japonesa sigue en lo más alto; aya, poniendo a la pista en pie con su propuesta trash rompeesquemas, acompañada por las grabaciones tan violentas como ella de Sweatmother; y, una vez más, un cierre por todo lo alto, que hizo que la Damm bajara sus puertas entre chillidos, sudores y gente descamisada. Esta vez, el culpable no fue HD Mirror, ni Aquarian. Esta vez, el responsable de la locura final fue el canadiense Nahash, un deliver de breaks cada vez más acelerados.

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Nahash

Pero, por encima de todos ellos, quedó Bendik Giske. El saxofonista noruego hizo gala de su portentosa presencia y envolvió a la audiencia con su característico sonido, interpretando la mayoría de sus temas más conocidos y homenajeando también a Ucrania con su himno, en lo que fue el momento más emotivo de la semana.

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Bendik Giske

Nocturne 3 (Nitsa/Astin)

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SHYGIRL

Muchas veces, lo mejor no está al final de la noche, sino al principio. Y el Nocturne 3 de este MUTEK Barcelona 2022 es buena prueba de ello. La británica afincada en Barcelona D.N.S reventó Nitsa con un escandaloso DJ set, un regocijo de influencias brit que fueron del breakbeat al garage, al dubstep e incluso al hip-hop al final. Seguramente, para prepararle el terreno a una Shygirl que incendió la pista y se dio un baño de masas, comulgando con un público que, sin ápice de duda, había venido a bailar sus ritmos deconstruidos. El dúo belga ascendant vierge sólo tuvo que hacer lo suyo -un conciertazo de eurodance con bases megapotentes y cada vez más aceleradas- para mantener el listón en lo alto antes de que las Chica Gang pusieran el broche mostrando su faceta más cañera, siempre con el tono desenfadado y fiestero que las caracteriza.

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Vincent Lemieux

Pero lo verdaderamente interesante y descubridor estuvo en Astin, especialmente cuando el catalán Oma Totem, tras la apertura de Vincent Lemieux, siguió su línea downtempo con un live ralentizado, atmosférico y arduo experimental, convertido en delicia para los tímpanos más exploradores. El legendario Shackleton no defraudó con sus ritmos electrónicos complejos y Josey Rebelle demostró por qué se le considera una de las grandes diggers del momento en Europa. En dos horas, mezcló prácticamente todos los géneros de baile habidos y por haber, haciendo de aquella una de esas noches que dejan huella.

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ascendant vierge

Una noche que puso la clausura a un MUTEK Barcelona que, en 2022, volvió a llevarnos de ruta por la ciudad y sus mejores rincones. Hasta el año que viene.