“Estoy muy decepcionado con ‘la escena'”. Así empieza un largo texto Dave Clarke en Facebook en el que no deja títere con cabeza. El blanco de las críticas del barón del techno son las súper estrellas del clubbing (todos sabemos a quiénes se refiere) que, pese a no necesitar tanto el dinero como el 99% de la industria del ocio nocturno, ha aprovechado la mínima oportunidad para seguir haciendo caja.
Clarke asegura que están sufriendo algo así como un síndrome FOMO propiciado por sus managers. FOMO es el acrónimo de ‘fear of missing out’, algo así como un temor de no estar a la última, de perderse lo más nuevo, y así han creado unos ambientes de trabajo que bordean lo legal.
“Al promover una ética de negocio avariciosa, la escena realmente está haciendo un esfuerzo para quitar la palabra cultura de todos esos clubs y eventos legítimos que han tenido que cerrar y están atravesando penurias. Estos djs internacionales que actúan en estas fiestas han escupido básicamente a las industrias legítimas, han escupido a los equipos de backline. ¿Y todo esto para qué? Un exitoso post patrocinado en el que hablan de lo que echan de menos los bolos. Todo esto solo tiene que ver con su ego y con sus fees”.
Luego apunta a las coincidencias entre fiestas de este tipo y posteriores brotes en la región, dando como ejemplo lo que ha ocurrido recientemente en Amberes (Bélgica) o París (Francia), ciudades y países que están viendo un aumento considerable de casos. Por último anima a desarrollar estos eventos en las condiciones adecuadas (aunque no ideales, como están haciendo en Ámsterdam clubs como Fuse y Kompass.
Como última reflexión: “estos bolos están dando munición a las autoridades para retrasar aún más este tipo de eventos. Y aunque empiezo a creer que los eventos pequeños podrían volver este año, tengo serias dudas de que los grandes festivales vuelvan a Europa en 2021”.
Puedes leer el post al completo en inglés abajo: