La resonancia del vidrio, el acero y las tuberías en las frías paredes de piedra de la antigua iglesia Paulus en Magdeburgo creó una atmósfera intensa.
“Cuando me senté en el órgano de la iglesia Paulus en Magdeburgo, escuché la resonancia de las notas altas y bajas. Luego, apunté algunas teclas que quería tocar sin parar, creando una base para que Markus respondiera y tocara con el Euphone. La resonancia del vidrio, el acero y las tuberías en las frías paredes de piedra de la antigua iglesia creó una atmósfera intensa. Lo que tocábamos parecía importante, incluso si se trata de dos tipos en una iglesia vacía”, dice Hainbach, el compositor y artista de música electrónica Hainbach, que reside en Berlín y que crea paisajes sonoros cambiantes.
El sonido del Euphone es a la vez extraño y curiosamente humano. Gélido pero expresivo, se combina con el órgano, el viejo piano de cola Ibach y los bucles de cinta con una extraña fluidez.
“Si bien solo me acerqué a este disco cuando lo estaba haciendo desde un punto de vista exploratorio, sin una idea fija en mente, al volver a escuchar las cintas descubrí una extraña urgencia. El entorno y los sonidos me hicieron pensar en las cosas que importan, desde lo bello hasta lo feo. Aquí hay esperanza, pero es una lucha“, remata Hainbach.