King Gizzard & The Lizard Wizard: la reinvención del dream-pop vanguardista

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Este nuevo trabajo de King Gizzard & The Lizard Wizard podría ser su salto más intrépido hacia lo desconocido hasta la fecha. Diez canciones que se gestaron como loops arpegiados en sintetizadores modulares, para convertirse después en un seductor y adictivo dream-pop. “Butterfly 3000“, editado por KLGW y Virgin Music, es el disco más accesible de su carrera.

Al igual que sus dos predecesores, “Butterfly 3000” se grabó de forma aislada en las casas de los miembros de la banda australiana. Creativamente, Stu Mackenzie describe el proceso del álbum como un “desafío grupal”. La banda se adhirió a reglas que, al igual que las Oblique Strategies de Brian Eno, la colocó firme pero fructíferamente fuera de su zona de confort. En primer lugar, comenzaron a crear el nuevo material en equipos desconocidos para ellos, como los sintetizadores modulares. “Como no somos muy hábiles con ellos y no tenemos un conocimiento profundo de ellos, tuvimos fallos felices: muchos sonidos extraños, incorrectos y rotos que volteamos y volteamos hasta convertirlos en canciones”.

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La banda ha escrito todas las canciones de “Butterfly 3000” en tono mayor, marcando un profundo cambio en su modus operandi. “Estábamos tratando de hacer música de baile alegre a nuestra manera, y es algo que no habíamos hecho antes”, asegura Mackenzie. Tras muchas noches interminables dedicadas al uso de los sintetizadores y secuenciadores, repitiendo y superponiendo ruidos extraños en la oscuridad y molestando a sus vecinos hasta altas horas de la madrugada, Mackenzie describe el pop inconformista de “Butterfly 3000” como “arpegios polimétricos extraños y fuera de lugar. En el fondo es vanguardista, pero un niño de seis años podría disfrutarlo”.

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El título del álbum, como en muchos de sus trabajos anteriores, es obra del colaborador Jason Galea, quien ha creado para “Butterfly 3000” una portada que se inspira en el fenómeno del póster Cross-eyed Autostereogram de los 90, el cual refleja el espíritu del álbum como “los sueños y la metamorfosis; el cambio y evolución”, dice Mackenzie. “Es un viaje, es una fantasía. Es uno de nuestros discos más ligeros y ha salido en un momento realmente difícil. Nos desafiamos a nosotros mismo en este álbum para hacer algo que nunca habíamos hecho antes”.

“Butterfly 3000” es un triunfo del enfoque extraterrestre característico de King Gizzard & The Lizard Wizard hacia la música, sus estrategias oblicuas y su negativa a repetirse. También es el testimonio de un grupo que, tras una década y 18 álbumes, todavía pueden sorprender, todavía tienen hambre de reinventar su propio paradigma y siguen encontrando nueva inspiración en infinitas posibilidades. Les veremos en la próxima edición del Primavera Sound en 2022.

Puedes escuchar “Butterfly 3000” bajo estas líneas.