Experimentación maquinal enrevesada en este vinilo de Porter Brook para Second Born.
A veces resulta un ejercicio saludable castigarse los oídos y el cerebro con sonidos que se salgan de lo normal, forzar a nuestro sistema cognitivo a aceptar cosas arriesgadas, fuera del terrible algoritmo, cosas a priori no saludables.
Esta es la predisposición que se ha de tener al degustar este vinilo y exponerse a su mensaje oscuro y difícil, no por ello no bailable.
La experimentación de Porter Brook con Live Coding considera que la realidad de la cultura de la música de baile en la década de 2020 está inseparablemente mediada por algoritmos y espacios digitales.
La economía de la atención y la cooptación corporativa del underground han disuelto gran parte de la cultura de la música de baile en un solvente acre de creación de contenido.
Prefrontal Asymmetry se libera dentro de la sobreestimulación que este cambio generacional nos exige. Al evocar rara vez los motivos y clichés tradicionales de la pista de baile entre el ruido algorítmico feroz y fragmentos reutilizados de medios digitales de formato corto, Prefrontal Asymmetry ofrece una tesis alternativa y optimista sobre el Zeitgeist aniquilador percibido de la Generación Z Clubland:
“Nada puede ser más liberador que resignarse a la avalancha de estímulos y rechazar la sinceridad de dicho contenido en favor de la experimentación sincera, las relaciones preciadas y la alegría de la experiencia”.
Este modus operandi se ve reforzado por el trabajo colaborativo con el vocalista LINTD, nacido en Lagos y radicado en Manchester, que ofrece reflexiones tecnológicamente mutadas sobre la autoestima, el valor y el miedo en nuestro panorama contemporáneo.
Un remix de GAEL, residente de K41, en el lado B contextualiza y materializa aún más el mensaje.