Juan Rico nos demostró el año pasado que aún anda lejos de haberse cansado de producir techno exigente o tener intención alguna de empezar a relajarse. A un LP de antiguos temas caseros en su Mental Disorder (2002, buenos y precarios tiempos), lo acompañaron dos EPs, uno en compañía de Tensal y el tremendo “Dogma” (nada menos que en Semantica) cuyos primeros temas todavía nos tienen algo nerviosillos. Nada más comenzar este 2022, el asturiano ha decidido regresar una vez más como Reeko, esta vez para el sello Ownlife, con un EP de tres temas, “Crystal Clear” y de nuevo con bastantes cosas que decir.
Si algo ha caracterizado el recorrido de Reeko durante las dos últimas décadas es la constancia. A su techno industrial y vasto, se han ido añadiendo capas de nuevos recursos que no sólo le han permitido desarrollar un estilo extraordinariamente personal, sino generar con cada nueva referencia una serie de variaciones e incorporaciones que expanden indefinidamente su sonido. “Crystal Clear” aparece caracterizado por unos graves profundos y percutores, que sin embargo dejan mucho espacio a las capas anhelantes y abrumadoras de notas altas y brillantes. El primer tema, “Reach a climax” es buen ejemplo de ello. Las nuevas incorporaciones no son progresivas y sutiles, sino que se dan como cortes sorprendentes y eufóricos en mitad de un rugido constante.
Pero es en las canciones subsiguientes, “Weak Spots” y “Cleverest Demon” (favorita del EP) donde el 12” parece más preparado para la pista de baile. Aunque Rico sigue utilizando esos repentinos cambios e introducciones de distorsiones, cajas y sintetizadores; en ellos parece que “Crystal Clear” sí que entrega con toda su crueldad el sonido al que el seudónimo de Reeko nos tiene habituados. No se entienda esto, en cualquier caso, como un problema. Resulta fascinante, aunque él prefiera separarlos, la hondura ambiental con la que la fuerza artística y más abstracta de su proyecto Architectural permea este trabajo. El EP va enfervorizándose conforme avanza, pero sin dejar de mostrar por ello un gusto tremendo por añadir capas y capas sensitivas, etéreas y suculentas a los duros ritmos. Como resultado nos queda de nuevo la constatación de la constancia de Reeko. En un EP que opta por convencer a sus seguidores más experimentales, no renuncia en absoluto a destruir unos cuantos cuerpos y… ¿Cuánta gente puede hacer eso en Europa a día de hoy?