Shed: Towards East (Edition Dur / Kultur ManuFaktur Dussmann)

René es uno de esos artistas que van a su bola, es una especie de salmón musical que nada siempre contracorriente, ajeno a las corrientes favorables, al éxito comercial y a las tendencias. tan pronto puede ser tenebroso y lúgubre como fresco y despejado. Tan pronto le da al ambient como al hardcore, domina el techno y domina el house, domina los breaks y el bass.

Quizá por rebosar calidad en todo lo que hace no es un triunfador, hoy día la calidad sabemos todas que no te lleva a ningún lado, a Shed llegar a la fama le importa un pimiento y se nota. Hace bien poco revisaba su reciente trabajo bajo su alias Head High y ahora llega el momento de catar lo nuevo bajo su pseudónimo más libre y arriesgado.

Shed. Foto: Birgit Kaulfuss.

Como me temo que me va a encantar, me preparo para viajar a la casa materna y degustarlo en ese pedazo de hi fi del salón ahora que mi madre se ha ido a Marbella con las amigas y no hay nadie en casa, además tiene aire acondicionado, objeto de lujo que brilla por su ausencia en el zulo en el que vivo en el centro de Madrid.

Comienza la aventura con el tema que da nombre al disco “Towards East“, tranquilo y cadencioso, orgánico y relajado, ideal para entrar en materia. Cuando me estoy echando los hielos en el whisky caro que le estoy mangando a madre me pega un sobresalto tremendo con los breaks frenéticos del segundo corte: “Absolute“, que me sabe al Aphex Twin más cabrón, combinando jungle y ambient de manera magistral.
De la euforia paso a la ralentización con el reggae abstracto de “No Dread“,
combinación de Jamaica y Stockhausen que podría combinar con techno si eres lo suficientemente buen DJ.

In Between” es una especie de nana cósmica, emotiva y flotante que me lleva a un estado de semi siesta que se prolonga con el trance místico de “Time“, un mantra hipnótico de primera calidad que suena a banda sonora de película buena.
September 5th” abre con sonidos de órgano celestial que pronto se interrumpen con breaks lentos y profundos y super efectados para regresar al arreglo sobre los mismos combinando rítmica y armonía. De lo mejor hasta ahora.
Reichenberger” es el penúltimo de los cortes, de nuevo ambient arrítmico, y flotación soñadora, para terminar esta delicia de escucha gourmet con “The Satisfied“, despedida naif y melosa como el 90% de lo que contiene este precioso álbum que como no puede ser de otra manera, me acompañará durante todo el verano si consigo sobrevivir a tanto colorcito y buenrollismo. Que vuelva la oscuridad y el frío por Dios.

Se trata de una edición limitadísima que puedes encontrar aquí.