Sven Väth: Catharsis (Cocoon Recordings)

20 años desde su último trabajo, “Fire” y ahora Tito Sven anuncia nuevo álbum para el 25 de febrero en su sello, Cocoon Recordings; se llamará “Catharsis” y ya he tenido la oportunidad de escucharlo. El disco está repleto de joyazas contundentes, hipnóticas, psicodélicas, joyazas también presentadas en parámetros ambient y con voces masculinas -al estilo de los 90-, que en un principio me hicieron dudar pero que tras dejar de lado la puta manía de avanzar con el dedo el tema y después de saborearlos de principio a fin, ya podemos decir que esas voces están donde tienen que estar.

Sven Väth. Foto: Daniel Woeller

Voces como la que abre el primer tema “What I Used To Play“, donde unos acordes con toques electro y la melodía se unen con la voz como un perfecto trinomio. “The Worm” nos traslada a un plano más oscuro, misterioso a la vez que hipnótico y da yuyu: lo escuchas en un garito largo, oscuro, de techo bajo y seguro te vas controlando a los mendas de tu lado por si son vampiros. Y entonces pasas con “The Inner Voice“, “Catharsis“, “Bein in Love“, “The Cranes of Gangtey Valley” y “Panta Rhei” a un cambio de registro lleno de luz, color y onirismo puro y duro: una alegría sonora que planea sobre mundos con tres soles, arena lila, aguas verde turquesa y cielos de color anaranjado.

Feiern” es una bomba, posiblemente junto con “Catharsis” sean los estandartes pisteros del álbum: de los que te sacan una sonrisa mientras lo bailas o mientras escuchas esa voz que incita al jolgorio y al baile en comunión.

En “Mystic Voices” juega con una línea de bajos acojonante que te eleva, como el electro brutal de “Butoh” -mi track favorito-: toda una sorpresa, diferente, único. Con “Nyx” pasa lo mismo que con “Butoh”: una constante sensación de sorpresa y ganas de bailar. “We Are” es el track perfecto para cerrar cualquier sesión de electrónica con pedigrí: sea nocturna o matinal.

Muy atrás quedan aquellos años dorados de clubbing, cuando Sven Väth pasó del sello Eye Q al fantástico Harthouse, luego bajó los BPM y de dedicó al 3000% a su amada Ibiza con Cocoon y sus innumerables y memorables sesiones con las primeras espadas -y amigos- de la época. Pero ahora, y tras esta jodida pandemia me atrevo a decir que Tito Sven ha vuelto por todo lo alto. Sven Väth sigue siendo un Dios de la electrónica.