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La carrera de Luke Standing, no ha sido hasta el momento que digamos ejemplar. Originario de Reino Unido, donde hizo carrera como Esoteric y Furesshu, este productor se mudó a Berlín en 2013, lugar en el que fundó su sello discográfico (en la década de los 10s fundar tu propio sello era como abrir un blog en la de los 00s) y comenzó a sacar música con un nuevo seudónimo, Blue Hour. El recorrido de Blue Hour durante los ya casi diez años que lleva en funcionamiento no es algo mediocre, pero resulta irregular. Si en trabajos como “Unearthed” o “Miramar”, ambos en su sello, desarrollaba un techno suave y anticlimático, en “Devotion” (también en Blue Hour) comenzó a incorporar con mayor asiduidad y agresividad breakbeats; aunque sin demasiada convicción. Pero hoy queremos hablar de su trabajo como Tracing Xircles, en el que colabora desde 2017 con el de otro modo inédito AJ-X.
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Este dúo que tiene un lustro de recorrido, lanzaba el viernes su cuarto EP, el primero que nos ha llamado la atención de un modo especial. “Xenolith”, un 12” de cuatro cortes, renuncia a todo el aire suave y liminar de los anteriores trabajos de Tracin Xircles, focalizando su sonido en breakbeats, una programación compleja y agresiva y una ambientación oscura e insurgente. En sus 25 minutos, este EP permite poca relajación al oyente, dejando de lado el techno hacia una exploración del jungle llena de desparpajo. En nuestra opinión, toda la referencia está a un gran nivel, pero si hubiese que descartar un corte, tendría que ser “Surface Level”, que parece seguir atado a un estilo más predecible y anquilosado, a pesar de tener una producción ya tan brutal como sus compañeras.
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Dicho esto, nos surgen, a priori, dos dudas básicas. La primera es, evidentemente, cómo es que Standing no ha probado a trabajar este tipo de sonoridades antes, en las que parece desenvolverse con enorme soltura. Toda esta programación junglística -cuando no warpiana-, ese uso de breaks, podría aportar tácitamente muchísima textura y profundidad a su música, a la que no es que le falte nivel, sino que le falta algo de vida. La segunda duda, es a qué espera AJ-X (Simon Pilkington) para lanzar algo por su cuenta. Cabe esperar que parte del atractivo que tiene este trabajo de Tracing Xircles esté determinado por las ideas de este desconocido productor, o tal vez no; pero el caso es que nos gustaría salir de dudas y comprobar si aquí hay una buena mina de un techno oscuro y junglero, nada desdeñable para las salas berlinesas.