El Tiempo Propio, encuadrado en las teorías de la relatividad de Einstein, se refiere a aquel tiempo que miden un grupo de observadores, en el que cada uno está en reposo con respecto a los demás, sobre un suceso concreto que también acontece en reposo con respecto a ellos. Los observadores, que se mueven a una velocidad constante unos de otros, y también respecto al suceso, percibirán la llamada dilatación del tiempo. La dilatación del tiempo revela que el tiempo que mide un observador en movimiento uniforme, respecto a otro, mide un intervalo de tiempo más pequeño que el que está en reposo.
En Un tiempo propio, exposición semipermanente que podemos visitar en el Centre Pompidou Málaga hasta el 15 de octubre de 2023, se analiza,
intepreta y desmenuza, mediante un recorrido de obras multidisciplinares, ese momento de confinamiento en el que la rutina quedó sustituida por un cúmulo de horas vacías. Horas carentes del yugo del reloj al que estamos acostumbrados. La exposición se articula en seis partes, claramente diferenciadas, en las que se desplega esa visión de tiempo de manera
progresiva, desde las vacaciones y el ocio hasta las realidades más íntimas y casi oníricas. En la última parte se vuelve a la realidad con ánimo de repensarla.
Se trata de un estudio minucioso y fascinante del tiempo libre, pero también un análisis interior, onírico e intimo. Como en el concepto de Tiempo Propio de Einstein, la percepción personal del tiempo varía, tanto si hay modificaciones en nuestro movimiento como si las hay en el suceso que observamos y que nos sirve de guía, la rutina de nuestras vidas, por ejemplo.
Tiempo de Ocio
El tiempo libre, aquel que nos sobra después de restar obligaciones laborales, de aprendizaje o del tipo que sean, es el que se expone y se desgrana en esta parte. Tiempo de ocio cotizado, distendido y falsamente desligado del reloj, puesto que ese cupo de horas libres que nos dejan la productividad y la constricción no son sino migajas limitadas, también, en el tiempo.
La polisemanticidad del ocio (aprovechar el tiempo el libre o darse a la pereza y a la procrastinación) no es nueva, de hecho la palabra griega skholè ha dado origen a “escuela”, tanto a la noción de enseñanza y aprendizaje como al sitio en el que esta se da, pero también se refería al tiempo libre. La raíz griega recoge así todas las posibles determinaciones de la palabra castellana ocio: tanto las positivas como las negativas. No
olvidemos que el ocio fue considerado indispensable para la condición de ciudadano e intelectual desde Aristóteles hasta el calvinismo y, posteriormente, el marxismo que dotaría al trabajo físico, y por ende al proletariado, de su máxima dignidad. Pese a ello Paul Lafargue, yerno de Marx, escribió el aclamado texto titulado El derecho a la pereza y
podemos intuir que transcurrieron divertidas las sobremesas en casa de los Marx…
En este capítulo encontramos desde Jouet Big-The Face de Philippe Stark, un juguete concebido por el diseñador del famoso Juicy Salif en los 90, pasando por Optimistic Box nº3 de Robert Filliou, un tablero de ajedrez portátil en el que Fillou rinde homenaje a Duchamp, que abandonó su producción para dedicarse profesionalmente al ajedrez (en el interior de la
caja no hay nada más que una placa que reza “No imitarás a Marcel Duchamp”).
La Petite fille sautant à la corde de Picasso también forma parte de este Tiempo de Ocio.
Tiempo de los Intersticios
En esta segunda parte se nos presentan una serie de obras que nos hablan de la permeabilidad de las fronteras, y concretamente de aquellas que limitan estados conscientes e inconscientes. La transición entre la vigilia y el sueño o entre el esfuerzo y la pereza, momentos que nos llevan a territorios desconocidos y a menudo fecundos.
En Sommeil hollywoodien de Jean Cocteau, un joven y un león reposan dormitando sobre una cama. La escena respira paz y calma. El león es la figura que le aporta surrealismo a la obra, desdibujando los límites entre la realidad y el sueño.
Llama especialmente la atención la obra de Richard Baquié Autrefois il prenait souvent le train pour travestir son inquiétude en lassitude. Baquié crea una escultura que nos transporta física y mentalmente a un viaje en tres: ruido y aire, que sugieren la idea de movimiento. En una pantalla aparecen mensajes luminosos compuestos de frases que nos hablan de la noción de tiempo y errancia.
Tiempo de las Vacaciones
Tiempo de distensión, de entretenimiento y de descanso. En este capítulo se centran las obras que nos hablan de ese entorno vacacional, de evasión y también de la parte más artificial: las vacaciones como producto del capitalismo, complejos prefabricados y marketing. Como vemos en Maison de vacances volante, de Guy Rottier.
Los retratos Hilton Head Island, S.C., USA de Rineke Dijkstra en los que el artista capta la esencia adolescente, ese tránsito y esa búsqueda de referentes que forjarán la personalidad de seres humanos adultos.
Tiempo Interior
En esta sección se aborda ese tiempo de introspección en el que el tiempo, aquel contabilizado por el reloj, deja de tener relevancia. Ensoñación, evasión, escapismo mental. Aquí se exponen aquellas obras que nos invitan a abandonar limitaciones de tiempo, pero también de espacio, a encontrarnos de frente con miedos, anhelos, horizontes y terrenos
inexplorados.
En la instalación de Wendy Jacob observamos unas “formas dormidas que respiran”. La obra de Jacob nos evoca momentos de ensoñación y subconsciente, aunque también está dotada de componente político al interpretar, en esos cuerpos dormidos en el suelo, las personas que viven y duermen en la calle.
Tiempo de la Introspección
En este capítulo toma relevancia el espacio doméstico, no como frontera y reclusión, sino como espacio de creatividad, evasión y reinvindicación. Ese espacio relegado, durante siglos, a la mujer y a las personas de edad avanzada puede convertirse en un lienzo en blanco lleno de posibilidades. Se trata de concebir ese espacio y tiempo domésticos, no como horas que pasan vacías, sino como tiempo para cuidarnos y crecer interiormente.
Martha Rosler, artista y activista femenista, reproduce en esta obra un programa de televisión de cocina. Rosler denuncia el papel de la mujer relegada al hogar parodiando dicho formato: crea un abecedario en el que cada letra está representada por un utensilio utilizado de forma irreal y cómica. Rosler limita el abecedario a utensilios de cocina denunciando las limitaciones femeninas en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
Tiempo de la Confrontación
Después de un recorrido hasta lo más profundo de nosotros mismos, explorando espacios, tiempos y la ausencia de estos, volvemos a encontraros con la realidad tal y como la conocemos. No se trata de una vuelta resignada, todo lo contrario, en esta última parte de la exposición se nos presentan obras que nos invitan a repensar realidades, espacios y tiempo propio. Con todo lo aprendido a lo largo de este trayecto interior tenemos claves y herramientas para desarmar todo aquello que conocemos y reinventarlo.
Penone, inscrito en el movimiento del arte povera que aboga por el uso de materiales naturales, nos presenta en esta obra la memoria de la naturaleza. Cogiendo como base un bloque de madera, Penone talla un tronco con sus ramas, “extrayendo” así lo que fue el origen de la materia prima con la trabaja. Podríamos decir que se trata de una reivindicación
de modelos sociales y económicos sostenibles.
